De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año ocurren en el mundo alrededor de 16 millones de nacimientos en mujeres entre 15 y 19 años. Esto, además de alterar o cancelar el proyecto de vida de las nuevas madres, implica para ellas graves riesgos de presentar complicaciones obstétricas, padecer secuelas o morir por causas maternas.

La investigadora Rosario Cárdenas Elizalde, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), planteó los diferentes factores de peligro en este sector de población, en el contexto de la presentación de la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes, realizada ayer en Los Pinos.

Ofreció cifras de esta realidad en México: en 2013, 15 de cada 10 mil mujeres menores de 15 años tuvieron un hijo, y 68 de cada mil eran menores de 20 años.

Y es un motivo de preocupación, indicó, porque el llamado embarazo adolescente ha aumentado en el país a partir de 2010 y en las últimas décadas ese indicador ha mostrado avances menores comparados con los observados en otros grupos de edad.

Ahí mismo y ante el presidente Enrique Peña Nieto, la joven Cristina García González, procedente de Temascalcingo, región mazahua del estado de México, reclamó para ella y todos los adolescentes del país, información, conocimientos y orientación, para poder decidir sobre nuestra vida y lo que queremos hacer; conocer los riesgos a los que nos enfrentamos y saber elegir.

Cristina reprochó el pensamiento de muchos padres al suponer que si no hablan de sexua­lidad con sus hijos no habrá relaciones y no nos vamos a embarazar. Pero todos los días se embarazan niñas y jóvenes, y parece que son invisibles.

Por ello, a los adultos responsables de las políticas públicas, pidió compañía y oportunidades, para tomar buenas decisiones. Pero sobre todo, que confíen en nosotras, para que podamos seguir confiando en ustedes.

Luego Rafael España, de 13 años, procedente de Monterrey y participante en un concurso de debate político, habló de la popularidad de los adolescentes cuando aseguran fumar, beber alcohol o tener relaciones sexuales.

Con llaneza planteó las consecuencias de un embarazo temprano: A mi edad, tener un bebé sería muy difícil. No trabajo. Entonces no podría mantenerlo. Tendría que dejar la escuela y no es fácil que pueda encontrar un trabajo. Si dejo de estudiar, entonces muchas cosas cambiarán totalmente en mi vida. Además, realmente no sé qué podría hacer con un bebé; cómo viviríamos, dónde, con quién, qué haría si le sucediera algo...