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El Centro de Ciencias de la Complejidad reunirá expertos para atender problemas nacionales

Institución de la UNAM impulsa el trabajo multi y transdisciplinario

Por ejemplo, la diabetes no es un asunto exclusivamente médico; tiene que ver con nutrición, genética y economía, afirma Alejandro Frank, coordinador de la dependencia

La sede, localizada cerca de Universum, será inaugurada en agosto o septiembre próximos, informa

 
Periódico La Jornada
Martes 27 de enero de 2015, p. 2

Los casos de diabetes en México representan uno de los más graves problemas de salud en los años recientes. Sin embargo, si a muchas personas afectadas por este mal se les informara que sociólogos, economistas y hasta astrónomos también pueden aportar ideas para contrarrestar esa enfermedad, podrían ponerlo en duda. Lo mismo sucedería si se anunciara que para hacer un análisis de la pobreza se puede incluir a físicos y matemáticos.

Por ello, desde hace casi una década, investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han liderado y emprendido esfuerzos de investigación transdisciplinaria y transversal en varios temas, lo que ha dado origen al Centro de Ciencias de la Complejidad (C3).

Alejandro Frank, miembro del Instituto de Ciencias Nucleares de esa casa de estudios y actual coordinador del C3, explicó en entrevista con La Jornada que este proyecto es muy ambicioso, pues trata de vincular a científicos de distintas disciplinas para aportar soluciones a problemas nacionales, como pobreza, salud, medio ambiente, escasez de agua y seguridad.

Como investigadores necesitamos vincularnos entre nosotros y con la sociedad. Las universidades no están diseñadas para ello. El trabajo en los institutos y centros de investigación de la UNAM, de muy alto nivel, no favorece la interacción de grupos dentro de estas entidades académicas y menos hacia el exterior de las mismas. En la actualidad, los problemas más graves que enfrentamos son complejos y requieren de la atención de especialistas de las diferentes áreas de estudio.

Ciencias duras y sociales

De ahí, agregó Frank, la idea de impulsar el C3, que pronto y gracias al apoyo de las autoridades de la UNAM contará con sede propia. Será un centro de investigación en el que converjan científicos de las diferentes áreas: ciencias duras, sociales y humanidades, a fin de realizar proyectos transversales que aborden problemáticas específicas tanto con el trabajo en ciencia básica como aplicada.

Aun cuando ya cuentan con varios proyectos en los que decenas de investigadores han colaborado con el C3, el coordinador de este espacio consideró que se trata de un reto gigantesco, pues tiene que enfrentar inercias que se dan en el quehacer universitario, como el trabajo individual o de una sola disciplina. El proyecto va más allá, al intentar vincular trabajo de especialistas de diversas áreas.

El científico informó que cuando José Narro Robles, rector de la UNAM, conoció el proyecto, de inmediato dio el apoyo, al grado de que lo incluyó en su programa de trabajo para su segundo periodo al frente de esa casa de estudios. Además se buscó un espacio para la construcción de las instalaciones del C3, que se localiza en Ciudad Universitaria, frente al museo de las ciencias Universum, y que se prevé sea inaugurado entre agosto y septiembre de este año.

Frank agradeció también el respaldo que ha dado Carlos Arámburo de la Hoz, coordinador de la Investigación Científica.

Gracias a ello, el C3 dejó de ser un espacio virtual y hoy día es parte de la estructura de la UNAM y cuenta con el presupuesto de un proyecto especial. Aunque este año se prevé convertirlo en un centro de investigación multi y transdisciplinario.

El coordinador del C3 ejemplificó: La diabetes es una enfermedad que ocupa casi la tercera parte del presupuesto en salud del país, pero no es un problema exclusivamente médico; en realidad se trata de un problema social que tiene que ver con nutrición, costumbres, economía, genética y otros factores, y como tal debe atenderse. Incluso se puede pedir a un astrónomo que por un tiempo deje de ver las estrellas para que nos ayude a dar soluciones a ese mal, porque ese profesional es muy hábil en el manejo de datos.

También hay varios colegas que trabajan en el diseño de semáforos inteligentes, esto es, que no sean controlados por un centro de mando, sino que sea la misma tecnología la que al detectar la presencia de vehículos active las luces verdes o rojas.

Hoy día, varios investigadores de la UNAM, así como de institutos nacionales de salud como el de nutrición, cardiología o geriatría, y de otras instituciones, han colaborado con el C3. Frank apuntó que en estos años se han emprendido varios proyectos, como un observatorio ambiental, un sistema epidemiológico a través de Internet y otros sobre pobreza, diabetes y cáncer.

Todos ellos han aportado trabajos y artículos de investigación publicados por los científicos, siempre dando crédito al C3. Al respecto, el coordinador enfatizó que si bien los investigadores deben seguir produciendo y cumpliendo con los textos de ciencia, también pueden extender su labor para contribuir a la solución de problemas nacionales por medio del C3. Asimismo, agregó que para la evaluación del Sistema Nacional de Investigadores debe ser considerada la labor en este centro y el impacto que tenga en la sociedad.

Frank dijo que la intención del C3 es ser un brazo o una extensión para el resto e los institutos y centros de investigación tanto de la UNAM como de otros espacios. Aquí no habrá cubículos, sino espacios de encuentro para la interacción de los investigadores, y que sea por medio de ello como surjan los temas y las problemáticas que podemos resolver. Se trabaja en conjunto con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, mediante el proyecto de Laboratorios Nacionales.

Al referirse a las instalaciones, el académico destacó que el edificio es un avance arquitectónico que respetará la flora y fauna del lugar donde se edifica, pues estará flotando sobre la roca del pedregal para no perjudicar a plantas y animales. Además, será sustentable, pues contará son paneles solares y otras tecnologías; su diseño permitirá la interacción académica.

Podremos traer gente de otros estados o países; es una propuesta muy ambiciosa y necesaria. Queremos cambiar el paradigma tanto en la organización del trabajo entre disciplinas como en la estructura de las instituciones, y hasta en el diseño del edificio, que está en un sitio privilegiado, pues a un lado están representadas las ciencias con el museo Universum, del otro están las áreas de las humanidades con el Centro Cultural Universitario, y en la parte posterior se ubican los institutos de ciencias sociales y humanidades, concluyó.