Hermosillo, Son.

A una semana de que se cumplan seis meses del derrame de tóxicos en el río Sonora, causado por la mina Buenavista del Cobre, propiedad de Grupo México, aún hay personas con afectaciones a la salud, aseguró una familia del municipio de Ures.

Los quejosos sostuvieron que las autoridades tratan de hacer como que no ven los nuevos casos de intoxicación y tampoco se encargan de la atención médica de los afectados por el uso de agua de los pozos en la región.

Reyna Valenzuela Figueroa, habitante de la cabecera municipal de Ures, en la región del río Sonora, aseguró que sus hijos y otros familiares presentan lesiones en la piel desde hace tres meses.

El voluntariado del Cima (hospital privado de Hermosillo) me regaló una consulta para ellos; los valoraron y pidieron algunos exámenes, entre ellos una biopsia. Son exámenes costosos y no se han hecho. Yo he pedido apoyo a la gente del Fideicomiso Río Sonora y de la Cofepris (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios), pero no me lo dan, dijo Valenzuela Figueroa.

Señaló que debido a que el agua con que se baña su familia proviene de un pozo cercano al río Sonora, han sufrido quemaduras y presentan manchas muy dolorosas en la piel.

El jueves estuve en las oficinas de Grupo México (en Hermosillo) y no me dejaron entrar. Me preguntó el guardia si no estaba enterada de que Grupo México ya había pagado al fideicomiso para lo que fuera necesario, pero a mí no me atienden en el fideicomiso ni en Grupo México, agregó Reyna, madre de un niño de 10 años y una niña de 11, quienes ya no son recibidos en la escuela a la que acudían en Ures por la gravedad de sus lesiones en la piel, pues las autoridades de la escuela creen que se trata de une enfermedad contagiosa.

El derrame habría llegado a pozos que abastecen redes de agua

Acusó al gobierno federal de ocultar la realidad. Aseguró que la contaminación del río se infiltró a las aguas subterráneas, de donde se extrae líquido por medio de pozos conectados a las redes de distribución en los municipios de Arizpe, Huépac, Aconchi, San Felipe, Baviácora, Banámichi y Ures.

Todos se tiran la bolita y nadie da la cara. El nuestro no es el único caso: tengo un sobrino igual, y he visto a 20 personas más en condiciones como la nuestra en Baviácora y Ures, afirmó Valenzuela Figueroa.

El pasado 6 de agosto se derramaron 40 millones de litros de lixiviados de cobre acidulados generados por Buenavista del Cobre, en un hecho que fue catalogado por las autoridades ambientales federales como el peor desastre ecológico en la historia de la minería en México.