Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Cultural de La Jornada
Domingo 1 de febrero de 2015 Num: 1039

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Volcanes grises en el
Museo León Trotsky

Verónica Volkow

Una semblanza
de Silvio Zavala

Enrique Florescano

El brindis del proemio
Orlando Ortiz

Los últimos surrealistas
Lauri García Dueñas entrevista con Ludwing Zeller y Susana Wald

Juan Goytisolo
a la intemperie

Adolfo Castañón

Juan Goytisolo:
literatura nómada
a contracorriente

Xabier F. Coronado

El eterno retorno
del sol

Norma Ávila Jiménez

Un cuaderno de 1944
Takis Sinópoulos

Columnas:
Bitácora bifronte
Jair Cortés
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
Al Vuelo
Rogelio Guedea
La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Cabezalcubo
Jorge Moch
La Casa Sosegada
Javier Sicilia
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
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La Jornada Semanal

 

Luis Tovar
Twitter: @luistovars

En busca del sentido

Al tipo de cambio actual, mil 500 dólares equivalen aproximadamente a unos 22 mil 500 pesos, mismos que pueden serlo todo o valer menos que nada, según se vea: para quien percibe un salario mínimo en México significan poco menos de once meses de sueldo, mientras que a impresentables amorales como Luis Videgaray, Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera, con esa suma no les alcanzaría ni para un abono de sus respectivas casitas Higa.

Al cineasta José Luis Valle –salvadoreño, naturalizado mexicano, egresado del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, autor de la muy buena y galardonada Workers (2013)–, esos mil 500 dólares, añadidos a la necesaria e invaluable ayuda de los amigos, le alcanzaron para llevar a cabo Las búsquedas, que en su currículum aparece como segundo largometraje, si bien se sabe que su realización comenzó antes de siquiera iniciar la de Workers. Como sea, Las búsquedas formó parte del segundo Festival de la Riviera Maya, efectuado hace un par de años, recientemente estuvo exhibiéndose en la ciudad de Monterrey, ahora figura en el programa de la quinta edición del Festival Internacional de Cine de la unam (ficunam), a celebrarse entre el 26 de febrero y el 5 de marzo por venir, y ya obtuvo al menos un reconocimiento: el Premio del Jurado en el Festival de Biarritz de 2014.

Los cuántos y los cómos


José Luis Valle

El dato de lo que le costó a Valle producir el largometraje, en términos económicos, tiene más de una lectura: en un medio cinematográfico hasta cierto punto acanallado a fuerza, por un lado, de cineastas que no moverían un dedo sin apoyos monetarios estatales o privados y, por otro lado, de producciones que cuando ya consiguieron sus veintitantos millones de pesos –costo promedio de un largometraje de ficción en México–, los usan cada vez más chocantemente para la triste imitación de modelos formales y narrativos hollywoodenses, una cinta como Las búsquedas viene a reiterar algo bien sabido pero con frecuencia olvidado: que cuando se reúnen talento, ingenio, capacidad de trabajo y solidaridad, los recursos monetarios no son un óbice forzoso para hacer cine. Pero no sólo eso, que ya sería bastante: también demuestra que ciertas consideraciones relativas a una producción cinematográfica son revisables y no leyes falsamente inapelables, como postulan los requerimientos para hacerse con los mencionados apoyos estatales, por ejemplo, o con el financiamiento privado que condiciona su aval a la presencia en pantalla de aquello que sus empresas venden, convirtiendo a los filmes así confeccionados en largos y costosos anuncios comerciales. Rubríquese la mención del dato, en fin, diciendo que a Másdeuno le ha parecido “de mal gusto” o “innecesario” que Valle incluyera, junto a los créditos del filme, la mención de lo que le costó hacerlo, sin hacerse cargo de la contradicción flagrante de que suele ser el primero en mencionar, cuando viene al caso –es decir siempre para el ínclito Másdeuno–, los millones de dólares que costó filmar tal o cual súper producción gringa.

Los qués

Quien haya visto Workers y vea Las búsquedas, habrá de coincidir en que dos largometrajes le han bastado a Valle para evidenciar que ya tiene un estilo narrativo personal, venturosamente alejado de las imitaciones deploradas líneas arriba, en el que se privilegia la mirada cercanísima a personajes cuya densidad no está hecha de histerias histriónicas, y se cuentan historias que no incluyen jamás el ardid, siempre bajo riesgo de inverosimilitud, de la situación límite constante, es decir secuencia tras secuencia, sin la cual –dicen unos que dicen que de esto saben mucho– cualquier relato “se cae” inevitablemente.

Lejos de ese tic, tal vez inconscientemente aprendido de tanto consumir el pulso narrativo propio de las series televisivas, o peor, de las telenovelas, hasta ver dichos formatos como algo aplicable a todo relato hecho de imágenes, Las búsquedas trabaja por acumulación dramática: los protagonistas de la historia –Arcelia Ramírez y Gustavo Sánchez Parra en un nivel actoral sobresaliente– muestran paso a paso el ascenso incontenible de sus pulsiones, estados de ánimo, decisiones personales, en un contexto urbano que los declararía anónimos e irrelevantes si no fuera porque, al verlos tan de cerca, se descubre que son como uno que los está mirando: contrariados por la realidad, de suyo tan tozuda, y sin embargo deseantes y buscando la manera de sacarle la vuelta a la tristeza, a la soledad, o al riesgo permanente de vivir sin un sentido para seguirlo haciendo.