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Ver día anteriorMartes 3 de febrero de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Agroecología

L

os serios problemas que ha traído consigo la agricultura industrial están claramente documentados en el libro Alimentos sustentables: de la tierra a la mesa, de Martha Elena García y Guillermo Bermúdez (Conabio, 2014). Los autores dedican un interesante capítulo a las alternativas que se han generado desde que se tomó conciencia del problema.

Se hizo evidente que esa manera de producción, que implica un mayor uso de agua, agrotóxicos y más energía, está rebasando los límites de la naturaleza al exigir a la Tierra un mayor rendimiento. Los suelos pierden fertilidad, los cuerpos de agua y los mantos freáticos se contaminan y se ha reducido drásticamente la biodiversidad.

Consideran que frente a este modelo han nacido diversas convocatorias como el Manifiesto por la vida: por una ética para la sustentabilidad, firmado en Colombia, en 2002. Ahí se expresa que “la crisis ambiental es una crisis de civilización. Es la crisis de un modelo económico, tecnológico y cultural que ha depredado la naturaleza y negado a las culturas alternas. El modelo civilizatorio dominante degrada el ambiente, subvalora la diversidad cultural y desconoce al otro (al indígena, al pobre, a la mujer, al negro, al Sur) mientras privilegia un modo de producción y un estilo de vida insustentables que se han vuelto hegemónicos en el proceso de globalización”. (www.scielo.br/pdf/asoc/n10/16893.pdf).

En la práctica, son muchas las organizaciones y grupos de campesinos que han vuelto los ojos a tecnologías tradicionales; es el caso de la agroecología, concepto en el que confluye una visión moderna de la ecología profunda, que busca incorporar los recursos locales para el manejo agrícola; se vale de sistemas de producción intensivos en mano de obra que no descansan en la mecanización, por lo que generan más empleos y disminuyen la dependencia tecnológica. Se trata de una forma de producir alimentos en la que está presente la cultura. Es una agricultura orgánica.

Sin embargo, con el nombre de orgánico muchas veces se esconde una trampa, pues las mismas trasnacionales han hecho un gran negocio con la sustitución de agroquímicos por productos biológicos, pero continúan promoviendo los monocultivos que reducen la biodiversidad. Una agricultura verdaderamente sustentable sigue el modelo de la milpa mexicana. A mayor diversidad de especies vegetales y animales, menor presencia de plagas, mayor fertilidad de los suelos y mayor productividad.

El 5 de febrero, a las 17:30, presentarán este libro en el teatro del museo Universum de la UNAM, Héctor Bourges, José Franco, José Sarukhán, Luis Alberto Vargas y los autores.