Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Cultural de La Jornada
Domingo 8 de febrero de 2015 Num: 1040

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

El acuerdo
Javier Bustillos Zamorano

Leonela Relys: elogio
de la maestra

Rosa Miriam Elizalde

Décimas para recordar
a Xavier Villaurrutia

Hugo Gutiérrez Vega

Szilágyi y la judicatura
Ricardo Guzmán Wolffer

Las mujeres de
Casa Xochiquetzal

Fabrizio Lorusso

Visiones de Caracas
Leandro Arellano

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Columnas:
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Ricardo Guzmán Wolffer
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Naief Yehya
Artes Visuales
Germaine Gómez Haro
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Paso a Retirarme
Ana García Bergua
Cabezalcubo
Jorge Moch
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La Jornada Semanal

 

Javier Bustillos Zamorano

(La escena se desarrolla en una oficina pública. En la pared está la fotografía del Presidente, franja tricolor al pecho y gesto altivo. Los muebles en desorden y amontonados en las esquinas; papeles, portarretratos y cristales en el piso. Está el edil, una mujer y ocho civiles de complexión atlética, corte militar, chamarras negras, pantalones de mezclilla y zapatos tenis. El edil y la mujer están sentados en el piso; él con la camisa desgarrada, ella con el traje sastre roto, abierto, despeinada y las mejillas manchadas por el rímel corrido; ninguno trae zapatos, espalda con espalda. Es de noche, porque la única luz que alumbra el sitio es la que proviene del farol de un poste de la plaza. El sonido de los radiotransmisores y sus frases inentendibles es lo que se oye.  Después de una pausa, se oye una voz en el radio que pregunta algo que no se entiende por la estática).

CIVIL 1. Adelante… ( se oye de nuevo el ruido) …enterado. (Al Edil y a la Mujer) Ya llegó el subsecretario (se oyen pasos en lo que parece ser un largo pasillo; se abre la puerta y entran otras cuatro personas, una con traje y corbata).

SUBSECRETARIO. ¡Pero por qué los tienen así, chingao!, ¡dos sillas! A ver, Juan Manuel, mira nada más, carajo, por favor señora, deme la mano. ¿No los habrán golpeado?

MUJER. ¿De qué se trata, hijos de la chingada? ¿Por qué nos tienen así? ¡¿Quién es usted!?

SUBSECRETARIO. Señora: estoy aquí para arreglar las cosas y procurar que usted y su marido no salgan perjudicados, pero si me va a tratar de ese modo, me voy y los dejo a su suerte. O se calma y arreglamos las cosas o se atienen a las consecuencias… (Ante la falta de respuesta, ordena:) denles algo de tomar. Bien. Vamos a ver: su situación es difícil…

EDIL. Nosotros no tenemos nada que ver…

MUJER. Esa estupidez de que yo ordené que los sacaran es una mentira, es una estúpida mentira; tenemos testigos,  a esa hora estábamos en mi casa; ese acto del que hablan había terminado dos horas antes; ahí estaba el capitán Gómez de la zona militar…

SUBSECRETARIO. Lo sé, lo sé; nosotros sabemos que ustedes no tuvieron nada que ver, de eso no hay duda, tranquilos. Es simplemente que los hechos ocurrieron tan deprisa que apenas nos vamos acomodando, son investigaciones iniciales…

EDIL. ¿Entonces por qué nos tienen aquí?

MUJER. Estamos secuestrados ¿o qué?

SUBSECRETARIO. O le baja señora o no se lo diré otra vez.

EDIL. Ya Carmen, ya, cálmate; que nos explique qué está pasando.

SUBSECRETARIO. Ya les dije: son investigaciones iniciales y siempre se tienen tropiezos al principio.

EDIL. Pero la radio y la televisión ya están diciendo que nosotros somos los que los mandamos matar y ustedes saben que no es cierto, ustedes saben que aquí manda el Ejército y la policía federal, no se hace nada sin su permiso…

MUJER. Ellos cerraron las carreteras; fue un operativo.

SUBSECRETARIO. Ya le dije Juan Manuel; eso lo sabemos, cálmense.

MUJER. ¿Entonces por qué están saliendo así las noticias?

SUBSECRETARIO. Ya ve cómo son los periodistas, pero tranquilos. Lo que vamos a hacer es esto, escúcheme bien Juan Manuel: mañana convoca usted al Cabildo y solicita licencia a su cargo…

EDIL. ¿Pero por qué? Eso no lo puedo hacer, sería como…

SUBSECRETARIO. A ver Juan Manuel, vamos entendiéndonos; o hace usted lo que le ordeno o se va a la cárcel mañana mismo por homicidio, ¿ya sabe de quién, no? La averiguación está abierta y nosotros sabemos que usted mismo lo mató y mandó matar a los otros dos. ¿Estamos? No son ustedes unas blancas palomas; usted (a la Mujer) está relacionada con ese cártel de narcotraficantes, su familia, y desde hace mucho tiempo. Sólo con valuar todas sus propiedades, sus centros joyeros, sus negocios…ahí los atoramos. ¿Nos vamos entendiendo? Bien. Después de pedir licencia, inmediatamente se vienen con nosotros; los van a acompañar aquí nuestros amigos (señala a los civiles) y ya; ya después les daremos otras instrucciones.

EDIL. No, de una vez díganos qué va a pasar, ustedes saben qué va a pasar ¿no?... si nos explica bien lo que va a pasar, nosotros colaboramos sin problemas, pero necesitamos saber todo lo que tienen planeado, digo, por favor, le ruego que nos entienda; si nosotros sabemos qué va a pasar vamos a estar más tranquilos, sin la incertidumbre, que es lo que más acaba.

SUBSECRETARIO. Va. A ver, por favor déjenme solo con ellos (salen todos los civiles, se acerca a ellos al punto de que sus rodillas se tocan). En principio vamos a culparlos a ustedes y a su policía (ataja con un ademán las interpelaciones); en principio. Los vamos a acusar de delitos que a la larga no se pueden comprobar, por ejemplo: asociación delictuosa, lavado de dinero, secuestro, etcétera. Estarán en proceso de dos a seis meses, sólo usted irá a prisión, su esposa será arraigada; lo más probable es que no haya pruebas para encarcelarla, en fin, es sólo para focalizar el asunto, es decir, hacerlo local, ¿me entiende? Es un asunto de un  presidente municipal y su policía que fue (hace el gesto manual de comillas) infiltrada por el narco, etcétera (nuevo ademán de contener sus respuestas). Quizá sea necesario tenerlo unos meses adentro, hasta que se calme el asunto. Y ya.

EDIL. Perdone, pero yo necesito garantías. ¿Quién me garantiza que va a ser así? Estando en la cárcel ya es difícil…

SUBSECRETARIO. Le debe bastar con mi palabra, Juan Manuel.

MUJER. No. Necesitamos garantías, algo que nos asegure que no seremos engañados, creo que es lo mínimo que podemos pedir.

SUBSECRETARIO. ¿Qué se les ocurre?

MUJER. No firmamos nada, ni declaramos nada.

SUBSECRETARIO. Pues legalmente pueden reservarse su derecho a declarar.

EDIL. Nada que nos incrimine.

MUJER. Y el compromiso de que nadie nos toque; no nos golpeen.

SUBSECRETARIO. De acuerdo. Además de esos delitos incomprobables, habrá las consabidas fallas procesales para que en un tiempo breve salgan sin problemas. Sus negocios seguirán operando normalmente y quizás haya una gratificación posterior, eso ya se les avisará.

MUJER. ¿Qué va a pasar con mi familia?

SUBSECRETARIO. No se les tocará para nada.

EDIL. ¿Mi jefe de la policía municipal?

SUBSECRETARIO. Ahí sí hay un pequeño problema. Parece como que se le quiere ir la lengua; bueno, eso me dijeron, en realidad no sé bien, pero si colabora pues no habrá problema; eso lo está viendo otra persona.

EDIL. Es que está desaparecido…

SUBSECRETARIO. Ustedes ocúpense de ustedes y déjennos a nosotros lo demás ¿sí? Bueno, pues ya estamos…