Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Cultural de La Jornada
Domingo 8 de febrero de 2015 Num: 1040

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

El acuerdo
Javier Bustillos Zamorano

Leonela Relys: elogio
de la maestra

Rosa Miriam Elizalde

Décimas para recordar
a Xavier Villaurrutia

Hugo Gutiérrez Vega

Szilágyi y la judicatura
Ricardo Guzmán Wolffer

Las mujeres de
Casa Xochiquetzal

Fabrizio Lorusso

Visiones de Caracas
Leandro Arellano

Leer

Columnas:
Galería
Ricardo Guzmán Wolffer
Jornada Virtual
Naief Yehya
Artes Visuales
Germaine Gómez Haro
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Paso a Retirarme
Ana García Bergua
Cabezalcubo
Jorge Moch
Prosaismos
Orlando Ortiz
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
Núm. anteriores
[email protected]
@JornadaSemanal
La Jornada Semanal

 

Luis Tovar
Twitter: @luistovars

Para documentar la cinefilia (I DE III)

Veinticinco años después, el Departamento de Publicaciones del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos –el indispensable CUEC–  sigue cumpliendo los objetivos que se planteó en 1990, y que de acuerdo con el estimado Rodolfo Peláez pueden resumirse así: publicar obras de cineastas destacados, textos académicos y manuales técnicos de peso internacional. Simultáneamente, Estudios Cinematográficos, la revista emblemática del CUEC, cumple en este 2015 dos décadas de llevar a buen término sus propósitos, enunciados de este modo, otra vez en palabras del jefe del Departamento de Publicaciones cuequero: “ser instrumento para la formación y actualización tanto de alumnos, docentes y profesionales del quehacer fílmico y audiovisual, promover la reflexión e investigación de nuestros académicos y contribuir a la difusión de la cultura cinematográfica entre el público en general”.

La proliferante anemia teórica, histórica y conceptual que desnutre, a niveles de pena ajena, a un enorme número de voces y plumas que en tiempos recientes han venido incorporándose al ejercicio de algo que quisieran crítica pero suele no pasar de la roma enunciación del gusto o del disgusto, cuando no del mero comentario trivial/circunstancial/coyuntural, hace que no resulte ocioso repetir una vez más lo que se ha mencionado aquí mismo respecto de cuán conveniente –y en vista de lo antedicho, cuán urgente– sería que la cada día más nutrida miríada de comentadores y opinócratas haga parte de ese “público en general” a quien revista y publicaciones también van dirigidos; cuán bueno sería, para decirlo rápido, que abandonaran la comodona creencia de que para hablar de cine basta con ver cine, y se pusieran a leer. Materiales de lectura sobran, y para muestra van a continuación las mínimas reseñas de lo que el cuec ha editado a lo largo de los últimos veinticuatro meses.

La revista

El número 36 de Estudios Cinematográficos festeja el vigésimo aniversario de la revista, está dedicado al cine documental y ofrece textos sin desperdicio alguno. Abren sendas conversaciones con dos documentalistas de primera talla: el checo Harun Farocki, recientemente fallecido, que formó parte del Nuevo Cine Alemán –al que criticó acerbamente para luego abandonarlo–, fundó y editó la célebre revista Filmkritik e impartió cátedra alrededor de todo el mundo. El otro grande es el entrañable brasileño Eduardo Coutinho, muerto hace un año y seis días exactamente, cuyo trabajo ha fundado escuela, sobre todo en lo relativo a la función, los vínculos y las implicaciones sociopolíticas de las que el cine documental no puede desentenderse.

A las entrevistas sigue un sólido cuerpo de ensayos en el que se aborda gran cantidad de elementos ya constitutivos, ya relativos, ya de aplicación, tocantes al cine documental: entre otros, su retórica, sus fundamentos en la investigación, su función educativa, sus métodos de producción y sus posibilidades en cuanto a financiamiento. Remata el número un cuento olvidado de Juan Bustillo Oro, titulado “Cómo murió Charles Prague”, precedido por un estudio sustancioso en el que se aborda la conocida filia del cineasta por la narrativa del thriller y su manera de trasladarlo al cine que realizó.

Los libros

En coedición con el Conaculta se hizo la segunda edición, actualizada, del bien conocido Manual básico de producción cinematográfica, de Martha Orozco y Carlos Taibo, con la colaboración de Sandra Paredes. Más claro será citar la explicación dada por los propios editores: están aplicadas “las opiniones de maestros y alumnos [del cuec y el ccc, sobre todo] que lo utilizaron como libro de texto y se trabajó en hacer una versión más pedagógica y con más detalle. […] Se actualizaron las estadísticas y se cuidó que los ejemplos y formatos fueran más claros y mejor explicados en su contexto”. Se enfatizan ahora, en virtud de las actuales condiciones para la producción cinematográfica en un país como el nuestro, los aspectos laborales y jurídicos que resulta indispensable tomar en cuenta si lo que se busca, como es obvio, es que una producción llegue a buen término. Detalle sustancial, para quien ignore las credenciales de Orozco, Taibo y Paredes, es que ellos mismos son productores cinematográficos a la vez que docentes y autores, lo cual confirió a esta obra, desde su primera edición hace un lustro, el valor insustituible de contar con la experiencia directa trasvasada en método y sistema.

(Continuará)