Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Cultural de La Jornada
Domingo 15 de febrero de 2015 Num: 1041

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Campbell y La era
de la criminalidad

José María Espinasa

El quehacer editorial: adrenalina pura
Edgar Aguilar entrevista
con Noemí Luna García

Batis para neófitos
Fernando Curiel

En el Sábado de
Huberto Batis

Marco Antonio Campos

Recuerdo, Huberto
Bernardo Ruiz

El multifacético
Huberto Batis

Luis Chumacero

Batis y el amor
a la palabra

Mariana Domínguez

Leer

Columnas:
Bitácora bifronte
Ricardo Venegas
Monólogos compartidos
Francisco Torres Córdova
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
De Paso
Ricardo Yáñez
La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Cabezalcubo
Jorge Moch
Perfiles
Ricardo Guzmán Wolffer
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
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La Jornada Semanal

 

Luis Tovar
Twitter: @luistovars

Para documentar la cinefilia (II DE III)

La ley del cine

Ramón Obón es, al mismo tiempo, narrador, guionista, realizador cinematográfico y, egresado de la Facultad de Derecho de la UNAM, también es un reconocido especialista en derecho de autor y legislación cinematográfica. Esta combinación de profesiones lo vuelve particularmente sensible a la necesidad del gremio fílmico de contar con un amplio conocimiento legal aplicable al desempeño cineasta. Derecho de autor y cine, editado por el CUEC, es un compendio de los tópicos fundamentales al respecto: Libertad de expresión, Responsabilidad civil, Censura y supervisión en el régimen legal mexicano, Ley Federal de Cinematografía, El sistema del copyright, Los autores de la obra cinematográfica, Los artistas intérpretes, Atentado al derecho de divulgación (la “piratería”), Problemática del doblaje, Remuneración, Exhibición y comercialización, Ataques a la moral, Censura en el cine, Reproducción para venta o renta, Ley Federal del Derecho de Autor, Originalidad, El ejercicio de los derechos morales, Temporalidad de la transmisión de la obra cinematográfica, Derechos patrimoniales, Regalías y, finalmente, Aspectos contractuales y registrales. Basta el título de estos apartados para dejar clara la importancia del volumen.

Más de estos, por favor

No puede haber cinéfilo mexicano que se respete y que al mismo tiempo ignore la importancia de La perla (1945), una de las cumbres no sólo de la trayectoria brillante de Emilio el Indio Fernández sino, por supuesto, de la filmografía mexicana entera. Asimismo, es bien sabido que la historia original pertenece al estadunidense John Steinbeck; lo que se desconoce, y que Reyes Bercini pormenoriza en Poética del instinto, es el complejo y dilatado proceso que felizmente culminó en la obra cinematográfica. En su ensayo, Bercini cuenta la historia detrás de La perla, pero hace mucho más: a partir de este caso particular, reflexiona en torno a conceptos fundamentales como la adaptación cinematográfica, la transcodificación, la transposición semiótica, la imagen como escritura, la siempre polémica relación entre cine y literatura, la relación creativa entre novelista, guionista y realizador, y la dimensión mítica del relato. Denso en su contenido pero no por eso menos accesible en su discurso, este libro constituye una feliz aportación a la literatura histórica, crítica y analítica relativa a la cinematográfica mexicana; literatura más bien escasa y, por lo tanto, tremendamente necesitada de estudios como el presente.

La exposición del pecado

Permítase a este juntapalabras recurrir a la definición inmejorable dada por los editores para entender de qué se tratan los volúmenes Avaricia y Lujuria, primeras entregas de la serie “Historia de los afectos”, también del CUEC: “Los participantes del proyecto universitario de investigación ‘Cine y filosofía. Poéticas de la condición humana’, inician con Avaricia. Historia de los afectos una colección de libros en donde se registra y testimonia el diálogo entre cineastas y filósofos en torno a la condición humana, específicamente en torno a los afectos y, para ello, asumen como punto de partida el acercamiento reflexivo y narratológico a los pecados capitales que han sido motivo tanto de análisis teórico en la tradición filosófica de Occidente, como de encarnación en múltiples personajes e historias de la cinematografía mundial.”

En el primero de los libros, Avaricia –coordinado por Armando Casas y Leticia Flores Farfán–, se abordan, entre otros temas, “reflexiones teóricas de Santo Tomás, Dante, Spinoza, Kant, o [se] describen detalladamente personajes clásicos tales como Harpagón de El avaro de Molière y Ebenezer Scrooge de Cuento de Navidad de Dickens”, por supuesto sin dejar de lado a Trina, personaje de la mítica cinta titulada precisamente Avaricia, de Von Stroheim, y llegando hasta ejemplos recientes como el Jordan Belfort que Scorsese dibujó en El lobo de Wall Street.

Por su parte, el volumen Lujuria –coordinado también por Casas y Flores Farfán, aquí en compañía de Paul Majkut–“se trata y da cuenta tanto de la teorización filosófica del pecado de lujuria como del abordaje cinematográfico y audiovisual de los excesos de la carne. […] La lujuria es analizada desde una perspectiva interdisciplinar que enriquece su enfoque y enmarcada en la reflexión más amplia de la condición humana”.

Créalo el lector: este par de libros son una verdadera delicia que no provoca sino el deseo de seguir pecando. Que vengan pronto los cinco pecados capitales que faltan.

(Continuará)