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A la mitad del foro

La rueda del infortunio

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La noche del viernes, el líder templario Servando Gómez, La Tuta, fue trasladado a la prisión de máxima seguridad de Almoloya de Juárez, estado de México. La vigilancia en el penal fue reforzada con elementos de la SedenaFoto Reuters
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las cuatro de la mañana despertaron a Enrique Peña Nieto. Una llamada de Miguel Ángel Osorio Chong: las fuerzas del orden han detenido a La Tuta, gran maestre de los templarios tarascos, el de los videos difundidos con maligna oportunidad para exhibir a los dizque servidores públicos coludidos con el narco. Y festejó en grande el alicaído mandatario, a quien parecían obedecer únicamente los uniformados del Ejército Mexicano, que conmemora el Día de la Lealtad y reconoce la jefatura incontestable del mando civil.

En Jalisco, donde festejaban dos años de combate al hambre. Como en los días distantes de campaña presidencial, Peña Nieto se metió entre la multitud, hizo equilibrios, tendió los brazos y recibió el regusto de las mujeres, dotadas de instrumentos electrónicos, que reprodujeron selfies en abundancia tal que inquieta a la oposición de izquierda moderna y a la de la derecha que comulga con ruedas de molino. En Guerrero seguían las protestas, la exigencia de justicia y de castigo a los culpables del crimen de Iguala, de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Y la terca demanda de no votar, de cancelar las elecciones.

No les quita el sueño en el INE. Los partidos que votaron en favor del centralismo y eligieron a los consejeros demandan castigo ejemplar para los dueños de la franquicia ecológica del Partido Verde. Imposible borrarlos de las boletas electorales. En todo caso, los representantes de la pluralidad partidista siguen las tácticas de los maestros alebrestados de la coordinadora. Ahí está el fantástico caso de la reforma educativa, reforma constitucional que no se acata ni se cumple en Oaxaca y en Guerrero. Y puede que tampoco en Michoacán y Chiapas. Emilio Chauyffet es secretario de Educación que proclama el imperio de la ley, el estado de derecho. Pero el gobernador oaxaqueño no informa de faltas de asistencia ni de ausencias permanentes. Y por el sube y baja de la popularidad en las encuestas, el subsecretario de Gobernación paga y concede miles de plazas adicionales a los del plantón en la Plaza de la República.

Con razón culminó el festejo presidencial con el enroque, con Jesús Murillo Karam desplazado de la Procuraduría General de la República, y Jorge Carlos Ramírez Marín le dejó su lugar al frente de la Sedatu. Del híbrido resultante de la siembra de parcelas ejidales en terrenos urbanos por invasión, por el bárbaro crecimiento sin planeación, sin pies ni cabeza. Y, por lo visto, sin idea alguna de la raíz y razón de la reforma agraria. Murillo Karam es todavía diputado con licencia; será siempre animal político: recibió el cargo con visible alivio y los elogios de Enrique Peña Nieto sin asomo de duda, con la certeza que dan los compromisos contraídos y los acuerdos cumplidos.

A lo mejor los de Hidalgo conocen las razones por las que Enrique Peña Nieto designó a la senadora con licencia Arely Gómez. Y no hablo de la obsesión con las conjuras, como la que a falta del dedazo que designaba al sucesor, entronizó a Televisa, al mago de Oz de la era electrónica. El Senado va a confirmar la designación de Arely Gómez, abogada con larga carrera y vasta experiencia jurídica en tribunales, en la Judicatura y en la Suprema Corte de Justicia. Y sin embargo, por corto que sea el plazo para que desaparezca la Procuraduría General de la República y se constituya la Fiscalía General, enfrentar el caos anarquizante, la rebelión de los marginados y la disolución por la ausencia de credibilidad que agobia al poder constituido pareciera requerir algo de la dureza del verdugo de Joseph Le Maitre.

No es la condición de mujer lo que pudiera parecer o ser blando frente a la criminalidad bestial y el anárquico desprecio por la ley. Quien lo creyera recuerde a la Dama de Hierro, Margaret Thatcher, impávida ante la muerte de los irlandeses en huelga de hambre; a Catalina la Grande en Rusia; a la emperatriz regente de China, Cixí, liberadora de las mujeres cuyos pies eran destrozados en aras de una presunta belleza femenina, pero implacable al consolidar su poder con el degüello de decenas de miles de sus súbditos. La futura fiscal general necesita aplicar la ley sin distingos, sin miedo a la dura naturaleza de la ley, pero con extrema firmeza para imponer respeto a los derechos humanos.

Ojalá. Apenas hay tiempo para evitar el desplome del presidencialismo democrático; su hundimiento en el pantano de la incredulidad y el aparente autismo en las alturas. Primer cambio en el gabinete, dicen. Y apenas hay quien suponga que habrá otros en la cercanía que da influencia, en el palacio republicano de viejos hábitos cortesanos. Nadie ha intentado asustar con el poder detrás del trono que se atribuía a José María Córdoba en el sexenio de Carlos Salinas. Los devaneos de Felipillo santo no hicieron sino exponer desnuda la ambición de los jóvenes validos. Y el sonorense Durazo, que asustó a Vicente Fox con su carta de renuncia, hizo un arma del silencio y ya es legislador de oposición.

Pero en tiempo de villanías se le ocurrió a Aurelio Nuño expresar su desprecio por los críticos, por la crítica, al jefe de la oficina presidencial; chief of staff, dirían los que repiten al final del día cuando quieren decir a fin de cuentas. Y ahí viene el cortejo, ya se oyen las voces inanes de los espots televisivos. Y nadie explica por qué las encuestas señalan al PRI en el punto más alto de las preferencias, mientras muestran al presidente Peña Nieto a la baja, con el juicio favorable de menos de 50 por ciento de los ciudadanos. El PRD se hundió en Iguala y Carlos Navarrete añade lastre al desprestigio. El PAN en combate por el botín político, con el añadido del apetito por el oro exhibido en tres lustros de servicio al poder de los que más tienen.

La opinión pública manifiesta desconfianza y desprecio por todos los partidos. Pero el PRI lleva la delantera en todas las encuestas. Mientras PAN y PRD empeñan combates intestinos, el PRI hizo pública la lista de sus candidatos a gobernador: Claudia Pavlovich, Sonora; Ricardo Barroso, Baja California Sur; Alejandro Moreno Cárdenas, Campeche; José Ascención Orihuela, Michoacán; Ivonne Álvarez, Nuevo León; Juan Manuel Carreras, San Luis Potosí; José Ignacio Peralta, Colima; Héctor Astudillo, Guerrero, y Roberto Loyola, Querétaro. Se acabó el carro completo. Pero Claudia Pavlovich capitalizará el pésimo gobierno panista empeñado en dejar a las tribus yaquis sin agua y a los mineros envenenar la tierra, el aire y el agua.

El panismo sonorense opera en Baja California Sur, y ahí pueden derrotar a Ricardo Barroso. Todo depende de la vocación política, de la voluntad de comprometerse con las causas de la mayoría. Juan Manuel Carreras debe ganar en San Luis a pesar del lastre del pasivo gobernador priísta. Y en Campeche –donde el panismo patrimonialista naufragó con el trágico final del delfín de Calderón; en la cuna del Partido Socialista del Sureste– nunca ha ganado la derecha y Alejandro Moreno Cárdenas llega firme, a tiempo para ser un buen gobernador y atender el reclamo de administrar la riqueza del petróleo a favor del pueblo.

Del pueblo de Uruguay se despidió José Mujica: Querido pueblo, gracias por tu saber, gracias por tus críticas, gracias por tu cariño y, sobre todo, gracias por tu hondo compañerismo cada una de las veces que me sentí solo en medio de la presidencia. Aquí ya nadie habla del pueblo; hablan de la gente. Y piensan en la gente decente. Gracias, presidente Mujica, hombre rico sí los ha habido.