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Hay pequeños grupos remanentes que se reorganizarán

Captura de La Tuta no reduce el narcotráfico, dicen expertos

Sus raíces son de los años 80; cambian los líderes pero el problema persiste

 
Periódico La Jornada
Domingo 1º de marzo de 2015, p. 6

La captura de Servando Gómez La Tuta, el líder de Los caballeros templarios –el cártel que aterrorizó el estado occidental de Michoacán durante años– es un nuevo golpe de efecto del gobierno mexicano en su intento por reducir la lista de los capos más buscados, pero nadie espera que la violencia o el narcotráfico disminuya con su detención.

El crimen organizado se reacomodará mientras el cártel golpeado ahora se reagrupa o da origen a nuevos grupos, como ha ocurrido en anteriores ocasiones en las que México ha capturado o matado a un líder de la delincuencia organizada.

Desmantelarlos era un paso necesario, pero no acaba con el problema de la inseguridad, dijo Alejandro Hope, un analista de seguridad. La siguiente fase es más complicada. Hay pequeños grupos remanentes que extorsionarán, robarán y posiblemente fabricarán metanfetaminas.

Gómez, un maestro de primaria de 49 años reconvertido en uno de los narcotraficantes más poderosos de México, fue capturado después de meses de trabajo de inteligencia el viernes de madrugada en la capital michoacana, Morelia, junto a otras ocho personas que tenían en su poder armamento pesado, incluido un lanzagranadas, en un operativo en el que no hubo un solo disparo, dijo el Comisionado Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido.

El cártel de los Templarios, un grupo con inclinaciones seudo-religiosas que se escindió de La familia michoacana, había logrado un control absoluto del estado, en palabras del secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong. Orquestaba la vida política, controlaba la economía, cobraba impuestos –extorsiones–, predicaba un particular código de devoción a Dios y a la familia, mataba, asesinaba y generaba terror.

Pero la organización perdió poder cuando miles de civiles se alzaron en armas en 2013 y crearon los grupos de autodefensas para luchar contra ellos y, sobre todo, cuando el gobierno federal intervino en Michoacán en enero de 2014 para poner orden en el estado.

El presidente Enrique Peña Nieto, quien llegó al poder hace poco más de dos años, ha tenido éxito en la captura de importantes narcotraficantes, incluido el líder del cártel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán, detenido hace un año.

En total, en los pasados seis años han sido arrestados o abatidos en México 10 líderes criminales, seis de ellos durante el mandato de Peña Nieto. Y de los máximos capos sólo sigue libre Ismael El Mayo Zambada, del cártel de Sinaloa.

Estamos avanzando, estamos respondiendo, estamos teniendo importantes aprehensiones de los objetivos más importantes, de los delincuentes más buscados, señaló el viernes el presidente. Pero, sobre todo, seguimos trabajando para lograr el México de paz que queremos.

Sin embargo, las detenciones, aunque sean de líderes poderosos, parecen tener poco efecto en el tráfico de drogas. Los decomisos en la frontera entre México y Estados Unidos, la única manera de tener una estimación del tráfico, han fluctuado de las mil 220 toneladas de 2010 a las mil 410 de 2011 y las mil 40 de 2014, según cifras oficiales estadunidenses.

El gobierno mexicano asegura que recuperó Michoacán de manos de Los caballeros templarios y que la captura de Gómez fue la cereza del pastel, un arresto de especial simbolismo.

En entrevista con The Associated Press, el procurador michoacano José Martín Godoy explicó que sólo quedan dos o tres capturas importantes en el estado, pero garantizó que la estructura de los Templarios está destruida, porque se le comenzó a golpear desde la base y desde distintos ámbitos de forma simultánea.

Ya no hay grupos de crimen organizado, hay individuos criminales, dijo el fiscal, nombrado por el gobierno federal como parte del despliegue de enero de 2014 para asumir el control de Michoacán.

Como muestra de lo que las autoridades consideran un éxito, Martín Godoy indicó que en un año de trabajo más de 6 mil personas han sido detenidas, entre ellas 352 servidores públicos –autoridades políticas, administrativas y policías– por delitos que van desde el halconeo –ser informante del crimen–, hasta extorsión, homicidio, secuestro o peculado. Entre los procesados se encuentra el ex gobernador interino Jesús Reyna.

Pero los expertos dudan de los efectos a medio y largo plazo de estos resultados.

“Es peligroso sugerir que Los caballeros templarios están desmantelados”, explicó David Shirk, profesor asociado de Ciencias Políticas de la Universidad de San Diego. Puede que les lleve seis meses o un año pero este es un grupo de actores ilegales que ha conservado el poder. Sus raíces se remontan a los años 80 y 90. Tienen diferentes etapas, cambian los nombres, cambian los líderes pero el problema persiste.