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Coyotes y depredadores del carbón invaden hasta las casas

Voracidad de mineras devasta pueblos enteros en Coahuila

El alcalde de Sabinas dice que sus títulos de propiedad ya no valen

Hay un vacío de Estado en la región, acusa Familia Pasta de Conchos

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La mayoría de los vecinos padecen enfermedades a causa del carbón. El polvo de los tajos que trabajan día y noche no nos deja respirar, señalan los habitantes de CloeteFoto Sanjuana Martínez
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 1º de marzo de 2015, p. 8

Cloete, Coah.

Lidia Salazar Viera muestra el título de propiedad. Es dueña de su terreno y casa, pero hace unos meses llegó un coyote del carbón, construyó un tajo en medio del pueblo, empezó a extraer el mineral arrasando con todo, con el argumento de ser el nuevo dueño de las propiedades de 4 mil vecinos.

Este pueblo minero luce devastado, rodeado de tajos, minas de carbón a cielo abierto. Los enormes terreros y desperdicios del mineral ofrecen la imagen de una zona de guerra. La voracidad de coyotes y empresarios del carbón, unida a la corrupción continúa de las autoridades municipales de Sabinas, no han respetado las áreas habitacionales.

La familia del priísta Jesús María Montemayor Garza, ex alcalde de Sabinas y presunta dueña de las empresas que laboran con prestanombres, ha ido tragándose los parques, luego los caminos, después el arroyo y ahora va despojando de sus casas a decenas de familias que viven expuestas a altos niveles de contaminación por la extracción de carbón las 24 horas.

Doña Lidia tiene 67 años, las enfermedades respiratorias no la dejan vivir como antes y por si fuera poco, el mal de pinto, una enfermedad infecciosa, invade su piel y ha empezado a afectar visiblemente rostro y manos:

La mayoría de mis vecinos padecen enfermedades a causa del carbón. No paramos de estornudar. El simple polvo de los tajos que trabajan día y noche no nos deja respirar, hay muchos asmáticos; la ropa siempre negra y los trastes sucios. Antes los tajos estaban más retirados, ahora los tenemos arriba de nosotros y pretenden meterse a las casas, porque nos dicen que hay nuevos propietarios. Van dejando fosas por todos lados. No les importa la gente, ellos nomás quieren el carbón.

Lleva viviendo aquí 40 años, por eso el día que apareció Servando Guerra, el albañil del pueblo y vendedor de fierro viejo, diciendo que era el dueño de su casa y del resto de terrenos y viviendas, le sorprendió mucho. En realidad, según comentan los vecinos, el verdadero dueño es Jesús María Chuma Montemayor Garza, ex alcalde de Sabinas y sobrino del ex gobernador de Coahuila Jesús Montemayor Seguy, quien precisamente expidió los títulos de propiedad a los habitantes de Cloete.

Él viene y dice que es dueño de todo el pueblo, pero no muestra ningún documento, sólo dice que sus títulos de propiedad son los que valen, porque son más nuevos y que todos tenemos que abandonar nuestras casas y que si no, esperemos las consecuencias. Al hacer los tajos han destruido el pueblo, sacaron hasta la tubería del drenaje y contaminaron el único arroyo que cruza el pueblo. Los tajos han provocado grietas muy feas en las casas, acusa Ramón Rocha, hijo de doña Lidia, dedicado al cuidado de las chivas.

Tajos y cuevas

El sonido de las retroescavadoras moviendo la tierra para sacar carbón es continuo. En el barrio Cocedores, María Matiana Guerrero Mercado, de 37 años, ayuda a llevar y traer a los niños de la escuela más cercana al pueblo. Tiene cuatro hijos y se muestra muy preocupada: “No podemos dejarlos salir a jugar ni al patio de nuestras casas, ni a los parques. Estamos invadidos de tajos, que eran de Ramiro Jasso, quien los vendió a Servando Guerra, alias La Tawa, el antiguo albañil del pueblo, quien dice que todos los terrenos a partir del kínder son de él, pero nunca hemos visto un documento, ni un plano, ni tampoco un permiso.”

Los vecinos acuden constantemente ante el alcalde Lenin Flores Lucio, de la coalición UDC-PAN-PT –cuyo escolta fue acusado recientemente de liderar una banda de asaltantes, usando vehículos oficiales, que operaba en la región carbonífera–, y sencillamente ante la invasión de los empresarios del carbón se lava las manos.

El alcalde Lenin Flores es parte del problema, él se beneficia del negocio del carbón, por eso no hace nada y permite la extracción ilegal. El municipio expide los permisos para que trabajen los tajos día y noche, dice Inocencia Trinidad González Solís, mientras se manifiesta junto a un grupo de vecinas que forman una barrera para impedir que las maquinas retroescavadoras invadan sus casas.

Todos los días nos paramos aquí para que no avance el tajo, dice Esmeralda Saldaña con un bebé en brazos mientras explica las alergias que padecen sus hijos luego de 13 años viviendo en este pueblo invadido por las minas de carbón.

Cuenta que su esposo Pedro Martínez, se fracturó un pie al caer en uno de los hoyos dejados por la extracción de carbón. El mes pasado un minero murió sepultados en uno de los tajos donde trabajan sin prestaciones, vigilancia ni Seguro Social.

La acompañan sus dos hermanas y media docena de niños, algunos de los cuales juegan con toda normalidad al borde del precipicio: “El primer regidor Álvaro Jaime Arellano y el alcalde Lenin Flores son cómplices de los coyotes del carbón. Están escarbando hasta por debajo de las casas”, asegura Verónica Saldaña Ramírez.

Dice que las denuncias ante autoridades de Protección Civil, Comisión Nacional del Agua, Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales han sido inútiles, porque nadie detiene a los empresarios del carbón. Los coyotes y empresarios del carbón extraen el mineral con total impunidad, el cual después venden a Promedi, la paraestatal administrada por el gobernador Rubén Moreira y después procesan en la planta lavadora de Grupo México.

El avance de las retroescavadoras parece inminente y el minero Matías Zamora se aproxima en moto. Abandonó la mina para venir hasta aquí y defender su casa, que es la siguiente en la lista de los depredadores del carbón. Tiene el rostro cubierto de carbón y el blanco de sus ojos brilla en esta fría mañana de tres grados.

Cuenta que el prestanombre de los tajos quiere comprarle su casa a la fuerza y pagarle mucho menos del valor catastral: Estoy pidiendo 800 mil pesos por mis dos casas, pero el me quiere dar 30 mil pesos, porque dice que es zona rústica. Nosotros sólo tenemos posesión de la tierra, por eso ellos quieren pagar lo que les da la gana.

Tiene cinco hijos y muestra las cuarteaduras ocasionadas en su vivienda por los tajos, también las grietas de la tierra que ya se va abriendo por las cuevas que van construyendo a unos metros del patio de su casa: “Abajo del patio ya escarbaron. Cueviaron por abajo y se comieron el carbón. Se nos está sumiendo el terreno y ellos sacando el dineral”, se queja mientras muestra los estragos introduciendo con toda facilidad una barra de hierro en la tierra.

Su esposa, Norma Saldaña, de 31 años, lo interrumpe y cuenta que hace unos días lo amenazaron de muerte e intentaron secuestrarlo para obligarlo a vender sus propiedades: Llevamos varios meses sin poder dormir porque trabajan 24 horas. Nadie los detiene. La tierra se está sumiendo. Llevamos toneladas de tierra echada en el patio con pura carretilla para impedir que nuestra casa se caiga.

A petición de los vecinos, la agente investigadora del Ministerio Público Liliana Magaly Reyes Pizarro hace acto de presencia, pero como otras autoridades municipales, estatales y federales de distintas dependencias, vienen, toman nota y no detienen a los empresarios del carbón.

La impunidad

Los vecinos afectados se han unido a la Organización Familia Pasta de Conchos, que los está apoyando y ya han presentado una denuncia ante Ildefonso Guajardo, secretario de Economía, para exigir que se suspendan todos los títulos de concesión minera ubicados dentro del pueblo, hasta determinar la legitimidad de la extracción de carbón y de los supuestos propietarios de los terrenos; se repare el daño ambiental provocado bajo la mirada cómplice de las autoridades del municipio de Sabinas y se reparen los daños causados a caminos, drenaje y viviendas.

Cristina Auerbach, directora de la organización, ha decidido abrir una oficina en Cloete y permanecer en guardia permanente ante las amenazas de los depredadores del carbón:

“Las familias están en absoluto estado de indefensión. Autoridades, empresas con sus abogados y el alcalde Lenin Flores les han dicho que sus títulos de propiedad ya no valen y que no pueden decir nada porque antes eran Los Zetas los que manejaban todo y ahora ya todo es legal, pero existe una violación sistemática a los derechos de más de 4 mil personas que no tienen ante quien quejarse, porque el gobierno no quieren recibir las denuncias.”

De acuerdo con una investigación independiente, las empresas del carbón registradas en los tajos presuntamente ilegales ubicados en el pueblo son: Taso Grandeco, Minera La Coqueta, Coal del Norte, Orlando García Macías, Jesús Elpidio Aranda Valdez y Compañía Mineral Ecológico Sabinas.

Auerbach recorre los tajos de Cloete y va anotando todas las irregularidades cometidas por el gobierno municipal, estatal y federal en connivencia con los coyotes y empresarios del carbón: Las autoridades no actúan ante el despojo con el argumento de que el carbón estaba primero que las familias. Van de aberración en aberración. Extraen carbón a costa de la vida de las personas. En la región carbonífera hay un vacío de Estado, aquí sólo valen los intereses de empresas y prestanombres de las mineras que se están metiendo a las casas a sacar carbón. Es perverso e ilegal.