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Comercio exterior

China cambia prioridades
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En Pekín, una familia pasa delante de la propaganda difundida por el gobierno sobre alcanzar el sueño chino. Los líderes políticos están preocupados porque la desaceleración económica se está profundizando con brusquedadFoto Ap
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Periódico La Jornada
Martes 3 de marzo de 2015, p. 26

En 2014 el valor de las importaciones de China subió apenas 0.5 por ciento, según autoridades aduaneras del país. Fue un retroceso respecto del ascenso de 7.3 por ciento en 2013 y una gran caída frente a los incrementos anuales de 22.6 por ciento en promedio en 2002-11. Cambios aún más radicales son evidentes en las pautas de comercio con países individuales. Aunque el panorama sigue siendo que las naciones exportadoras de productos primarios sufrirán más que las vendedoras de bienes de consumo o equipo, la historia en detalle es mucho más variada.

Se requiere mirar de cerca las tendencias de importación de China en 2014, pues ese año probablemente sea una buena guía para el futuro. Los fuertes descensos en precios internacionales de muchos productos primarios –el petróleo bajó 9.1 por ciento, el carbón 17.1, el cobre 6.4 y el mineral de hierro 28.4 por ciento– quizá no se sostengan a largo plazo, pero han sido preludio de cambios subyacentes en la demanda china de importaciones. Conforme el país comience a alejarse de su modelo de crecimiento impulsado por la inversión, disminuirá la demanda de bienes primarios para el sector de la construcción. Esto tendrá gran impacto, pues las importaciones chinas a la fecha se han inclinado hacia esos productos, en particular cuando son consumidos dentro del país y no usados en artículos para exportación.

Subir el volumen

El valor de las importaciones chinas de muchos mercados ha variado en consonancia con los precios de los productos primarios. Esto se nota sobre todo en América Latina; las cifras aduanales chinas muestran que las importaciones procedentes de Brasil, dominadas por la soya y el mineral de hierro, cayeron 4.8 por ciento el año pasado, a 51 mil 700 millones de dólares. Otros grandes exportadores de la región han tenido una experiencia similar; las importaciones procedentes de Argentina han descendido 13.8 por ciento; las de Perú, 2.5, y las de Venezuela, 13.7. Chile logró evadir la tendencia, con un aumento de 1.6 por ciento en sus ventas al país asiático en 2014, sobre todo de cobre. México y Uruguay son exportadores más modestos a China, pero las ventas de ambos subieron, 9.3 y 6.6 por ciento, respectivamente.

Otros grandes proveedores de bienes primarios en Asia y África tuvieron experiencias similares. Las importaciones originadas en Australia cayeron 1.2 por ciento, a 97 mil 800 millones de dólares; el crecimiento en los volúmenes de importación contrarrestó gran parte del fuerte descenso de precios del mineral de hierro y el carbón. A Sudáfrica, también gran exportadora de mineral de hierro, le fue peor: las exportaciones a China descendieron 7.8 por ciento. Sin embargo, otros proveedores de bienes primarios vieron aumentar su volumen: Zambia y la República Democrática de Congo aumentaron 1.1 y 2.7 por ciento, respectivamente, en tanto Mongolia saltó 45.1, por los crecientes embarques de una nueva mina de cobre.

Si bien el descenso en el valor de las importaciones de la mayoría de proveedores claves el año pasado fue modesto, tal vez venga algo peor. Es probable que los precios en los contratos de importación de China sigan a los de los mercados, pero con retraso, pues muchos son parte de acuerdos a largo plazo. Entre tanto, el volumen de importaciones como el mineral de hierro y el cobre ha continuado creciendo; la debilidad de los precios globales ha sido impulsada sobre todo por un auge de la oferta. A medida que la inversión en China continúe disminuyendo en 2015-19, las condiciones de la demanda también se deteriorarán en términos reales.

Mercado resbaladizo

Parte del mercado de bienes primarios es particularmente difícil de predecir. Históricamente, las importaciones chinas de combustibles fósiles de países individuales han sido muy volátiles, y el año pasado no fue excepción. En general, el valor de sus importaciones de combustibles minerales creció 0.5 por ciento, pero hubo giros violentos en las compras a ciertos países. Las importaciones de Guinea Ecuatorial, Ghana, Nigeria, Sudán, Irán e Irak aumentaron, mientras las de Kazajstán, Arabia Saudita y Angola se hundieron.

En algunos casos, como Libia y Venezuela, es posible que factores políticos y preocupaciones financieras hayan influido en el descenso de importaciones de energéticos. Hubo también un ascenso notable en importaciones de combustibles de proveedores que tienen una proporción relativamente pequeña del mercado chino, que benefició a naciones como Papúa Nueva Guinea (sus ventas a China crecieron 77.4 por ciento, al comenzar los envíos de gas natural licuado conforme a un nuevo contrato), Myanmar (446 por ciento más) y Colombia (110 más). Sin embargo, en la mayoría de los casos China se limita a comprar lo que necesita al mejor precio disponible. Sus compras de países individuales, por tanto, probablemente se mantendrán volátiles, aunque la creciente demanda del sector de transporte debe asegurar que la tendencia al alza se mantenga firme.

Nueva normalidad

Si el panorama para países exportadores de bienes primarios a China parece nublado, el cuadro es mucho más brillante para los que se especializan en bienes de consumo, artículos tecnológicos y equipo. La demanda ha crecido a medida que los hogares, gobiernos y empresas chinos se han encontrado con más dinero para gastar y demandas más complejas que satisfacer. La mecanización del sector manufacturero también sigue a toda marcha, absorbiendo importaciones, impulsada en parte por la necesidad de incrementar la productividad al subir los salarios.

La UE estuvo entre los principales ganadores de esta tendencia en 2014; las importaciones procedentes de ese bloque subieron 10.7 por ciento, a 244 mil 300 millones de dólares. Alemania, Dinamarca, Francia, Austria, Hungría, Portugal, Rumania y la República Checa tuvieron crecimiento de dos dígitos en sus ya considerables exportaciones a China. Las importaciones provenientes del Reino Unido también saltaron 23.5 por ciento, lo cual puede reflejar un reciente mejoramiento en las relaciones de ambos países, luego de una disputa diplomática en 2012-13. (Tal vez los factores políticos influyeron también en el salto de 28.8 por ciento en las importaciones de origen noruego en 2014). Si bien las exportaciones europeas a China tuvieron en general buen desempeño en 2014, las de Suiza cayeron un punzante 28 por ciento, a 40 mil 500 millones de dólares, por el impacto negativo en las ventas de bienes de lujo, como relojes, a causa de la campaña china contra la corrupción.

Otros países también se han beneficiado de la demanda china de bienes de consumo, equipo y tecnología. Corea del Sur, Japón y Estados Unidos son fuertes en ese terreno y son, en ese orden, las tres fuentes principales de importaciones. Todos vieron crecer sus ventas en 2014. Otros países han establecido posiciones de nicho en uno o más de esos sectores. Nueva Zelanda, por ejemplo, ha ganado fama como proveedora de productos alimenticios de calidad, lo cual elevó 15.2 por ciento sus ventas a China, a 9 mil 500 millones de dólares. Australia espera que su nuevo acuerdo de libre comercio con China facilite un aumento de exportaciones agrícolas y ayude a contrarrestar la menor demanda de productos primarios.

Sueño de unos, pesadilla de otros

Siempre es necesario interpretar con cautela los datos de comercio de China. La sobrefacturación ha causado distorsiones en años recientes, y a veces los datos aduanales del país no casan con los presentados por sus socios comerciales. Como sea, parece probable que las tendencias evidentes en 2014 caractericen los próximos años. La demanda de productos relacionados con la construcción se debilitará, y si bien seguirá necesitando importar combustibles fósiles, el ritmo de crecimiento en términos de volumen será modesto, y la mezcla de combustibles cambiará, al aumentar las plantas de energía alimentadas con gas. Las naciones exportadoras de productos primarios ya no podrán esperar que las importaciones chinas crezcan a tasas de dos dígitos cada año.

Sin embargo, el valor de las importaciones continuará aumentando a 9.3 por ciento anual en promedio en 2015-19, según pronósticos de The Economist Intelligence Unit. La expansión será apuntalada por mayores importaciones de bienes de consumo, productos de alta tecnología, maquinaria y equipo. Esto es positivo para países fuertes en exportaciones agrícolas, y para naciones desarrolladas que puedan proporcionar la maquinaria avanzada que China necesitará.

Economist Intelligence Unit

Traducción: Jorge Anaya

En asociación con Infoestratégica