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¿La Fiesta en Paz?

Nuevos récords, uno del Cecetla y otro de los Fitos

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Un torero participó el viernes en el espectáculo previo al arranque del serial Red Bull X Fighters, en la Plaza de Toros MéxicoFoto Xinhua
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oé Saavedra, aficionado pensante, pregunta que cuántos toros han sido indultados en la historia de la Plaza México y que si en otra temporada como grande se ha perdonado la vida a tres o más toros, como en la que acaba de pasar. Según fuentes consultadas, en los 69 años del coso de Insurgentes la autoridad, no el matador, ha otorgado el indulto a 30 astados, sin contar novillos, casi siempre a petición mayoritaria del público, aunque en ocasiones luego de ondear un pañuelito desde el palco de la empresa o tras una llamada telefónica al juez de plaza.

En los primeros 50 años de existencia de la magna obra concebida por el empresario yucateco-libanés Neguib Simón y construida por el ingeniero Modesto C. Rolland, fueron indultados únicamente 16 toros, pues había la convicción de que un toro bravo debía morir en el ruedo y no de amor, cubriendo vacas contra reloj. Sin embargo, en los siguientes 19 años la cifra casi se duplicó al serle perdonada la vida a otros 14 astados. Empero esta lamentable indultitis aguda no comenzó con el Cecetla ya que en menos de cuatro años, entre 1978 y 1982, se concedieron seis indultos.

Pasaron más de ocho años, de mayo de 1986 a noviembre de 1994, en que la Plaza México pareció recobrar la seriedad, cuando menos en materia de indultos, pero con la llegada de la desaprensiva, autorregulada e intocable empresa de Miguel Alemán Magnani, la Plaza México acabó convertida, gracias a la inexcusable negligencia de las autoridades del Distrito Federal y delegacionales, en el Centro de Capacitación para Empresarios Taurinos de Lento Aprendizaje (Cecetla), que en sus primeras 21 temporadas grandes ha visto desfilar tanta bravura que se ha perdonado la vida a 14 toros, tres en la temporada 2014-15, nuevo récord del Cecetla, difícil de superar, pero no imposible, habida cuenta de que la bravura en varas pasó a la historia junto con los tres puyazos reglamentarios, pues la megapuya permitida los sustituyó.

Otra empresa que sigue rompiendo récords –vergonzosos récords– es la multimillonaria, voluntariosa y reincidente Espectáculos Taurinos de México, SA (Etmsa), de Alberto Bailleres, socia capitalista de la pretensiosa Fusión Internacional por la Tauromaquia (FIT) integrada además por un empresario de España y otro de Francia, que hace tiempo le tomaron la medida a los peculiares criterios empresariales taurinos de sus socios mexicanos, y que juntos suman 22 plazas de toros entre los tres países.

Nadlleli Bastida, periodista taurina con más valor civil que muchos, escribió en el portal www.opinionytoros.com, a propósito del reciente numerito en la plaza de Mérida el domingo 22 de febrero pasado: “...han echado al ruedo y lidiado en la Plaza Mérida, sin el mínimo rubor, un toro con un ‘pitón reconstruido’. Digo han, en plural, porque no ha sido uno el responsable, sino que como siempre, estos hechos conllevan una cadena cuyos eslabones nadie quiso romper. Aquellos que seguramente no concibieron que esto pudiera salir a la luz o desestimaran sus consecuencias, poco a poco se les va saliendo de las manos...”

“A media semana –agrega Nadlleli– las autoridades del coso merideño aceptaron la manipulación de astas del toro número 344 de San Isidro... el animal fue enlotado, sorteado y lidiado. Joselito Adame tuvo la atención de contestar las preguntas inquisitorias. Las respuestas fueron más que desafortunadas. ‘Repito, me puse delante 20 minutos y jamás vi un alambre… Y si hay que reclamarle a alguien es al juez de plaza que para eso está ahí’.

“Hasta ahora Adame y el juez Zapata han sido los únicos crucificados. Desde luego son grandes responsables de ello; sin embargo, no los únicos. ¿Cómo ‘tragarse’ la declaración-refutación-deslinde que Adame pretendió si todos, sin estar delante, habíamos visto en fotos la ‘reconstrucción’ hecha con alambres? Sin embargo, la falta grave en realidad es permitir que un animal manipulado salga al ruedo. Ha sido escandaloso el caso por los alambres, pero a todas luces toda la corrida, como prácticamente todas las lidiadas, muestran signos de astas despuntadas.

“¿Tres días después las autoridades pretenden desmarcarse? No hacía falta ninguna prueba postmortem para determinar la manipulación. El juez de plaza como último cabo no detuvo ninguna anomalía y permitió la consumación de semejante transgresión. ¿Dónde están los ganaderos..? ¿No era y es lo suficientemente vergonzoso como para alzar la voz y manifestar que se han de lidiar en contra de su voluntad y ética pues el encierro estaba ya en manos de la empresa? ¿Espectáculos Taurinos de México también se amparará inculpando de todo a la autoridad? ¿Dónde queda todo ese discurso expuesto hace algunas semanas en la presentación de la Fusión Internacional por la Tauromaquia? ¿De qué estamos hablando..?”