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Presentaron los primeros dos títulos de la colección coordinada por el investigador

Encomia Florescano una nueva forma de difundir la historia al mayor público posible
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Enrique Florescano, en la Librería Rosario Castellanos, durante la presentación de la serie Historia Ilustrada de MéxicoFoto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Sábado 14 de marzo de 2015, p. 4

Con eruditos y accesibles recuentos de la arqueología y la literatura en el país, los dos primeros títulos de la colección Historia Ilustrada de México, coordinada por Enrique Florescano, fueron presentados el jueves en la Librería Rosario Castellanos.

En ese acto, el investigador dijo que esta serie “propone una nueva forma de difusión de la historia (…), que entregue los últimos o los más acabados conocimientos, casi siempre almacenados en los centros académicos, al mayor público posible, en ediciones ricamente ilustradas, actualizadas y accesibles.

Aun cuando la historia ha experimentado grandes transformaciones, en sus temas como en sus métodos, no hay libros que recojan esos cambios y los ofrezcan al público en ediciones accesibles, que es la finalidad de la colección coeditada por Penguin Random House y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

Arqueología mexicana, 500 años

En su intervención Enrique Vela, autor del estudio Arqueología, manifestó que hoy uno de los mayores avances en ese campo consiste en que la escritura maya está siendo entendida gracias a una amplia investigación; además, el hallazgo monumental de la imagen de la diosa Tlaltecuhtli augura un tesoro por ser descubierto.

Explicó que el monolito mexica más grande se halla sobre unos 13 mil objetos, entre lo que los investigadores llaman ecodatos, pedacitos de animales y piezas de jade. Lo más impresionante es que sólo es camino a lo que esperan sea el hallazgo principal.

Afirmó también que, con el ejemplo de un vestigio olmeca recién hallado cerca de Xochitepec, donde hacen un hoyo y sale una pieza excepcional: eso pasa todos los días en México. La arqueología se sigue escribiendo.

Vela hizo un recuento de más de 500 años del desarrollo de la arqueología en México, cuyo origen es anterior al arribo de los españoles. Mencionó como iniciadores a los frailes Bernardino de Sahagún y Jerónimo de Alcalá, este último estuvo con los tarascos; Antonio de León y Gama, Antonio Alzate y Carlos de Sigüenza y Góngora.

Aludió a Leopoldo Batres y Manuel Gamio, los primeros arqueólogos profesionales, e hitos como el descubrimiento de la Tumba 7 de Monte Albán, a cargo de Alfonso Caso; la creación del Instituto Nacional de Antropología e Historia y el Museo Nacional de Antropología, el hallazgo de la tumba de Pakal y la exploración en Tehuacán, Puebla, de la historia del maíz.

Enrique Vela resumió cómo la arqueología mexicana pasó del objeto a la pirámide, de ésta a la ciudad y luego a los estudios regionales. Hoy se hace registro de sitios y bienes arqueológicos sin mayor sentido; que salgan en la prensa y digan que registraron 10 mil sitios arqueológicos más, si no hay un después de ese registro perdemos el tiempo.

Literatura novohispana

Antonio Rubial, responsable del capítulo dedicado a la Colonia en el libro Literatura de la colección, dijo que éste “intenta dar una panorámica desde el México prehispánico hasta el siglo XX de las obras literarias.

“Comenzamos haciendo una literatura dependiente de la hispánica, pero ya desde finales del siglo XVII se genera una conciencia de ser diferentes a Europa (…) Este orgullo de los novohispanos por sus santos, imágenes, sabios, ciudades y edificios se plasman en esta literatura y construye un espacio de autonomía que desembocará en la Independencia”.