Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Cultural de La Jornada
Domingo 15 de marzo de 2015 Num: 1045

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Los vajilleros
desaparecidos

Agustín Escobar Ledesma

Ritos expiatorios y
consenso social en
la postmodernidad

Michel Maffesoli

Ajedrez en la Plaza
de Santo Domingo

Christopher García Vega

Blanca Varela y
Guillermo Fernández

Marco Antonio Campos

Olvidar para aprender
Manuel Martínez Morales

Charlie Hebdo, la libre
expresión y la ética

Didier Fassin

En contra de la
irresponsabilidad

Annunziata Rossi

El Nuevo año
José María Espinasa

Leer

Columnas:
Bitácora bifronte
Ricardo Venegas
Monólogos compartidos
Francisco Torres Córdova
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
De Paso
Ricardo Yáñez
La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Cabezalcubo
Jorge Moch
A Lápiz
Enrique López Aguilar
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
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La Jornada Semanal

 

¿Al antisemitismo sigue un antiislamismo?

Annunziata Rossi

Leí en el núm. 1995 de Proceso (25/I/2015) un artículo de adhesión de Roberto Saviano a Charlie Hebdo, cuyo título, “Cita para la próxima matanza”, suena como una apuesta, casi un augurio. Me sorprende que un escritor serio como Saviano, cuyo libro Camorra no es de calumnias, sino de denuncia documentada de la delincuencia criminal napolitana, pueda apoyar, en nombre de la libertad de expresión, al semanario satírico francés que en su cabezal se proclama journal irresponsable, y cuya campaña sistemática y denigrante en contra del islamismo ha provocado (sí, provocado) el asesinato de doce miembros de su equipo editorial, y el revuelo en París. De tres a cinco millones de franceses han salido a la calle proclamando Je suis Charlie.

Ahora bien, la libertad de expresión, que todos defendemos, tiene limites reglamentados en el código penal de todos los países, y Charlie Hebdo los ha rebazado sistemáticamente con una campaña virulenta en contra de la esfera sagrada de una religión. Quizás la desacralización de la religión islámica dependa de la creciente secularización, ya insensible al sentimiento religioso, que no puede entender la religiosidad de otros pueblos y, en este caso concreto, caricaturiza y denigra la de los musulmanes que, fanática o no, nos guste o no, debe ser respetada. La crítica sí, pero no el vilipendio. Ejemplo: una vulgar viñeta presenta a un Mahoma desnudo que pregunta: “¿Os gusta mi trasero?” Me pregunto qué pasaría en México si alguien ofendiera de esta manera a la Virgen de Guadalupe. Yo, que soy agnóstica, saldría inmediatamente a la calle a protestar.

Hay que añadir las imágenes estereotipadas, triviales y denigrantes que Charlie Hebdo ofrece de los musulmanes (sin considerar que en Francia viven 5 millones de ellos ya nacionalizados, por lo tanto ciudadanos franceses), imágenes que me recuerdan los estereotipos, otro tanto denigrantes que, junto con los pogromos, persiguieron a los judíos hasta el Holocausto. ¿Al antisemitismo sigue ahora un antiislamismo? La reacción sería terrible, porque los musulmanes, como ya sabemos, no son los judíos pacíficos de entonces.

Tampoco el semanario francés considera el peligro de que los ataques al islamismo pueden mantener o reavivar en los musulmanes la memoria siempre latente de la dura e inhumana colonización europea en Oriente (aparte de su rechazo a la coalición europea contra países como Afganistán, Irak y Libia). Vamos, no somos tan inocentes.

No conozco el mundo islámico, pero en mis lejanos estudios universitarios sobre Dante tuve que leer el Libro de la escala de Mahoma que narra el ascenso, al lado del ángel Gabriel, del fundador del monoteísmo islámico al Paraíso y su descenso al Infierno (en la religión islámica no existe el Purgatorio). Siglos después, ese libro será una fuente de la Divina Comedia dantesca, lo que me hizo respetable la figura del profeta Mahoma.

Estoy en contra del terrorismo de derecha y de izquierda, y del asesinato. Del mundo islámico rechazo su feroz discriminación de la mujer pero, al mismo tiempo, rechazo el vilipendio de su religión y de cualquier otra religión.