Sociedad y Justicia
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Persiste la venta incontrolada de estos productos en planteles de educación básica

En la ciudad y el campo, escolares enfermos por comida chatarra

A padres y docentes, la SEP nos dejó solos para ofrecer alimentos nutritivos; sólo invertirá 14% de lo requerido para instalar bebederos

Reportan obesidad e hipertensión en menores de 14 años

 
Periódico La Jornada
Domingo 15 de marzo de 2015, p. 32

En el país, la venta de comida chatarra en las escuelas de prescolar, primaria y secundaria sigue sin control, pese a que desde 2011 se aprobaron los lineamientos para el expendio de alimentos y bebidas en planteles de formación básica, aseguraron profesores y directivos.

Enfrentamos una generación de alumnos enfermos. Hay casos de menores de 14 años que ya son obesos e hipertensos, afirmaron.

Un informe del Instituto Nacional de Salud Pública y del Centro de Investigación en Nutrición y Salud sobre la aplicación de la tercera etapa de los citados lineamientos revela que 56.3 por ciento de los alimentos que se expenden en centros escolares son galletas, pastelitos y confites, 10 por ciento son bebidas azucaradas y 9.8 botanas saladas.

En contraste, se detectó que las frutas, verduras y el agua potable representan sólo 6.2 por ciento de todos los alimentos comercializados. Agrega que 44.7 por ciento de los niños señala que su refrigerio escolar nunca incluye legumbres y 25.4 por ciento tampoco consume frutas.

El análisis subraya que entre 40 y 80 por ciento de los directivos, profesores, padres y expendedores de alimentos en escuelas desconocen los valores nutricionales establecidos en los lineamientos, mientras que menos de 40 por ciento de los planteles cuentan con materiales educativos para su aplicación.

En un recorrido realizado por este diario en primarias y secundarias se constató que en las cooperativas o tiendas escolares continúan ofreciéndose productos con altos contenidos calóricos, como sopas instantáneas, frituras, botanas y panes, así como refrescos y jugos procesados.

En tanto, maestros reconocieron que es difícil garantizar el acceso a una alimentación más sana si no existen las condiciones para ello. No todas las escuelas cuentan con bebederos de agua potable, ni hay un acceso garantizado a frutas y verduras en el hogar.

Padres sin recursos

En el caso de los planteles de tiempo completo, afirmaron, hemos salido adelante por el apoyo de padres y maestros. La Secretaría de Educación Pública (SEP) simplemente nos dejó solos. El gasto de una alimentación sana la deben cubrir los padres, y no todos tienen recursos.

La pobreza, explicaron, también afecta la calidad de los alimentos que consumen los alumnos. Muchos llegan con lo justo para comprar bolsas de frituras por cinco pesos. Es todo lo que comen, porque no tienen para otra cosa. Cada vez es más común ver que no pueden pagar las marcas de alimentos procesados y consumen las que se venden afuera de las escuela a granel, sin ninguna calidad ni higiene.

En los comedores escolares, a los cuales accedió La Jornada, buscamos que por 20 pesos se ofrezcan alimentos de calidad. Al principio fue difícil que los alumnos aceptaran comer frutas y verduras, pero es un proceso largo. Ahora son ellos quienes solicitan a sus padres que ya no les compren refrescos o jugos procesados; sin embargo, todavía nos llegan con una bebida azucarada y una fritura como único alimento, afirmó una profesora con más de 30 años de servicio.

Al respecto, el estudio Kilos de más, pesos de menos. Los costos de la obesidad en México, elaborado por el Instituto Mexicano para la Competitividad, destaca que 34.4 por ciento de los niños en edad escolar son obesos, mientras los adolescentes afectados por esta condición son 35.8 por ciento.

A esto se suma que en 2015 la SEP sólo contará con mil 360 millones de pesos para instalar bebederos en escuelas públicas del país, lo que representa únicamente 14 por ciento de la inversión requerida, de acuerdo con estudios de la Cámara de Diputados, para garantizar el acceso a agua potable de calidad a todos los planteles educativos.

Profesores de telesecundaria alertaron acerca de que el incremento en el consumo de comida chatarra en los centros escolares no se limita a las zonas urbanas. En las comunidades rurales hemos comenzado a detectar un mayor número de casos de alumnos obesos.