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La mayoría de las víctimas, turistas extranjeros; ninguna organización reivindica el ataque

Mueren 21 personas en asalto al Museo Nacional de Túnez

Irrumpe comando armado de cinco atacantes; la policía mata a dos y busca a tres prófugos

Había 200 visitantes; más de 20 resultan heridos y el resto salen ilesos, incluidos 8 mexicanos

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En imagen tomada de video, turistas corren a refugiarse cuando un grupo armado irrumpió en el Museo Nacional de Túnez. Un crucero con más de 3 mil pasajeros estaba estacionado en el puerto y la visita era parte del itinerario de los paseantes. Había turistas de Italia, Alemania, España, Polonia, México y Colombia, entre otrosFoto Reuters
The Independent
Periódico La Jornada
Jueves 19 de marzo de 2015, p. 23

Túnez.

Hombres armados irrumpieron en el Museo Nacional de Túnez este miércoles y mataron al menos a 19 personas, incluidos 17 turistas extranjeros, en una atrocidad que amenaza de nuevo la estabilidad en el país considerado la única historia exitosa producto de la primavera árabe.

En uno de los más sangrientos ataques extremistas en el noroeste africano contra ciudadanos de Occidente, cinco atacantes con uniformes de milicianos mataron a turistas de Italia, Alemania, España, Polonia y Colombia durante el asalto al reconocido Museo Bardo, ubicado justo a un lado de la sede del Parlamento en esta capital. Al mediodía de este miércoles, los atacantes dispararon primero con rifles AK-47 contra autobuses de transporte turístico estacionados afuera del edificio y después entraron al museo, donde había unos 200 visitantes, entre ellos ocho mexicanos, muchos atraídos por la famosa colección de mosaicos romanos que ahí se alberga.

Un guía turístico dijo haber visto a uno de los atacantes jugueteando con su Kalashnikov antes de abrir fuego. Existen reportes no confirmados de que otros atacantes usaron cuchillos contra las víctimas.

Más de dos docenas de turistas resultaron heridos en la agresión, que concluyó después de que las fuerzas especiales sitiaron durante tres horas el lugar, mataron a dos de los atacantes y liberaron a un número aún no especificado de rehenes en un contra asalto final. Dos miembros de las fuerzas de seguridad tunecinas murieron en la operación.

El primer ministro de Túnez, Habib Essid, declaró: este es un momento crítico de la historia que definirá nuestro futuro. Nuestra nación está en peligro.

Ningún grupo reivindicó de inmediato el ataque, pero Essid señaló que claramente tuvo la intención de diezmar la importante industria turística tunecina. Se sospechaba de militantes islamitas de la vecina Libia, o incluso de Túnez.

La responsable de la política exterior de la Unión Europea, Federica Mogherini, aseguró que una organización terrorista está detrás del ataque y que el bloque movilizará todas sus herramientas para dar pleno apoyo a Túnez para combatir al terrorismo.

Ciudadanos tunecinos conforman uno de los más numerosos grupos, hasta de 3 mil individuos, que se cree se han unido a las filas del Estado Islámico (EI, conocido también como Isil). El grupo, que se ha vuelto muy activo en la vecina Libia, recientemente amenazó con atacar Túnez usando a ciudadanos de esa nación y que han regresado a su país.

Medios locales indicaron que la matanza también pudo haber sido una venganza de la rama libia del grupo, luego de que el líder tunecino Ahmed Rouissi fue ultimado el pasado fin de semana en combates en las afueras de Trípoli.

El ataque tuvo sobre todo los rasgos característicos de un intento calculado de socavar la naciente democracia de Túnez y sus hasta ahora exitosos esfuerzos de impedir las polarizaciones islamitas y golpes de autoritarismo que han arruinado a sus vecinos norafricanos.

El derrocamiento del autócrata Zine Abidine Ben Alí en 2011 fue la piedra de toque que originó las revueltas de la primavera árabe que se extendieron a Libia, Egipto, Siria y Yemen. La adopción de una nueva constitución y la celebración exitosa de elecciones convirtieron a Túnez en un raro ejemplo de éxito y estabilidad que contrastaba con el caos en toda África del Norte y Medio Oriente.

Convertir en objetivo una gran atracción turística dentro de un pequeño país de diez millones de habitantes que depende en gran medida del turismo que recibe de Europa es un golpe particularmente duro.

El barco crucero de propiedad italiana, Costa Fascinosa, con 3 mil 161 personas a bordo, estaba en el puerto de Túnez al momento del ataque y una visita al museo era parte del itinerario de los pasajeros. El gobierno polaco dijo que tres de sus pasajeros estaban entre los heridos.

En un mensaje por televisión, Essid afirmó: todos los tunecinos debemos estar unidos después de este ataque, dirigido a destruir nuestra economía.

A pesar de que el atentado ocurrió en el centro de la capital, cientos de trabajadores y residentes se reunieron afuera del complejo en que se encuentran tanto el museo como la sede del gobierno para expresar su rechazo, al tiempo que un helicóptero militar sobrevolaba la zona, a la que ingresó también un tanque del ejército.

Después de años de una transición accidentada, muchos tunecinos esperaban que 2015 fuera el año en que se lograría finalmente la estabilidad y un crecimiento económico sostenido.

Karim Ben Salah, quien trabaja en la industria turística, comentó: “hicieron esto para sabotear nuestra democracia. Esto tendrá impacto en el turismo y la inversión.

Me siento mal por mi país, dijo a su vez la estudiante Fatima Ben Sadrine.

Imágenes televisivas mostraron a decenas de personas, incluidos ancianos extranjeros, y a un hombre con un niño en brazos, que corrían en busca de refugio por el complejo, cubiertos por las fuerzas de seguridad que disparaban sus rifles al aire.

En imágenes anteriores se pudo ver a turistas y personal del museo guareciéndose en una gran sala de exhibición durante el ataque.

Essid dijo que dos de los atacantes estaban vestidos de soldados y que antes de entrar al museo estuvieron en el edifico del Parlamento.

Durante la noche continuaba la búsqueda de otros tres hombres armados. Este ha sido el peor ataque contra extranjeros en Túnez desde que Al Qaeda perpetró un ataque suicida en una sinagoga en el que murieron 21 personas, en su mayoría alemanes, en la isla turística de Djerba, en 2002.

© The Independent

Traducción: Gabriela Fonseca