Opinión
Ver día anteriorSábado 21 de marzo de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Infancia y sociedad

Niñez en el capitalismo

L

as infamias que se cometen en el mundo capitalista contra la infancia son dato fundamental de la perversidad de este sistema que amenaza la supervivencia de la humanidad, ya que en él se sobrestimula lo más primitivo de nuestro cerebro, por lo que frena la evolución y el desarrollo cultural y atenta, cada vez más, contra los equilibrios vitales del planeta.

La única triste ventaja que la mentalidad capitalista hubiera podido dar a la niñez sería verla como capital-potencia o, de perdida, como mercancía de alto valor que hay que proteger y cuidar, pero ni de eso han sido capaces los ciegos sacerdotes del mercado.

Sólo en países como Suecia o Finlandia, que son socialdemócratas, o en países como Japón y China, cuyos sistemas todavía están permeados por una espiritualidad y una ética, o, finalmente, en países que, como Cuba, siguen explorando sistemas alternativos, los niños están a salvo del infierno capitalista.

Dos jóvenes cubanos de 26 y 24 años llegaron de visita a México, invitados a la celebración de una familia amiga. Él, Ernesto, es médico y está haciendo su especialidad en anestesiología; ella, su hermana Laura, acaba de terminar sus estudios en economía. Ambos tienen una lúcida y gentil conversación; es un gusto percibir su solidez cultural y moral sostenida en una sencillez que impresiona. Ellos nos han confirmado la situación privilegiada de la infancia en su país y la protección que Cuba da a las mujeres embarazadas. Siente uno, entonces, ganas de llorar de rabia contra los gobiernos mexicanos, porque Bolivia y Venezuela han acabado rápidamente con el analfabetismo. Y mientras, a pesar del bloqueo económico, Cuba no tiene analfabetos y sus niños y jóvenes tienen nutrición y escuela, todo el oro negro de México que ha corrido casi 80 años por manos prianistas sólo ha servido para envenenar y corromper. ¿Y cómo están niños, jóvenes y mujeres? Para saberlo, basta hojear los periódicos:

“En abandono y pobreza 70 por ciento de jóvenes embarazadas. Por comida chatarra, enfermedad y sobrepeso en escolares. La desnutrición sigue siendo azote de millones de niños mexicanos. Maestros reprimidos, asesinados y acorralados por una reforma a la que la educación pública realmente le importa un comino. Aumento de feminicidios y de su impunidad. Tres millones de niños trabajan sin pago y en riesgo. Jueces, legisladores y periodistas vendidos o amordazados…” Pero eso sí, tenemos funcionarios que ganan más que en Suiza y un presidente que viaja como rey y miente con enfermizo entusiasmo sobre el futuro al que está llevando a México.

(Nerudiana: “… mas no podrán detener la primavera”.)