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Otras muertes de luchadores
 
Periódico La Jornada
Domingo 22 de marzo de 2015, p. a13

En una función realizada en la arena Coliseo del Distrito Federal, el 29 de diciembre de 1979 falleció Sangre India (José Ramos Estrada, 24 años) cuando en un lance se salió del cuadrilátero y se pegó contra una butaca.

El 26 de octubre de 1993 murió Oro (Jesús Hernández Silva) a los 21 años. Recibió de Kahoz un golpe en el pecho, se desvaneció y se golpeó la nuca en la lona, también en la Coliseo. Murió por derrame cerebral rumbo al hospital.

En 2005, en una habitación de Minneápolis, Estados Unidos, fue encontrado sin vida Eddie Guerrero, hijo del legendario Gori Guerrero, después de haber luchado. Las autoridades informaron que fue por ataque cardiaco causado por consumo de anabólicos.

Después de una lucha en Campeche, murió Ángel Azteca (Juan Manuel Zuñiga, 43 años) por infarto, en 2007. Estaba semirretirado.

Un caso especial fue el de Abismo Negro (Andrés Palomeque González, 38 años), quien viajaba en autobus a El Rosario, Sinaloa, y durante el trayecto le pidió al chofer que se detuviera, se bajo corriendo y días después fue encontrado muerto en una fosa con agua. Unos atribuyeron su muerte al consumo de anabólicos, otros que había sido asesinado, también en 2009.

Otro caso que conmocionó a los aficionados del pancracio fueron los asesinatos de los miniluchadores La Parkita y Espectrito (Alberto y Alejandro Pérez Jiménez), quienes fueron asesinados por sobredosis de gotas oftalmológicas. Los hermanos festejaban en Garibaldi con unas sexoservidoras luego de una función en Cuajimalpa, en 2009.