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Pan, trabajo, techo y dignidad, las reivindicaciones

Resurgen protestas en España contra políticas de ajuste del presidente Rajoy
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Integrantes de al menos 300 organizaciones y sindicatos se sumaron a las manifestaciones. Las llamadas Marchas de la Dignidad partieron de diversas ciudades del país para concluir en MadridFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 22 de marzo de 2015, p. 22

Madrid.

A pesar de la lluvia y del intenso frío, decenas de miles de personas se manifestaron este sábado en Madrid bajo la convocatoria de las Marchas de la Dignidad, que reúne a unas 300 organizaciones y sindicatos que representan a los sectores más golpeados por la crisis económica. El objetivo de la movilización fue alzar nuevamente la voz contra las políticas de ajuste impuestas por los tecnócratas de la Unión Europea, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional aplicadas por el gobierno conservador del presidente Mariano Rajoy.

La manifestación de hoy, a la que se sumaron más de 40 mil personas, según los organizadores, fue el inicio de lo que se espera sea uno de los años de mayor agitación política en España de las últimas décadas, con varias elecciones cruciales, como la que renovará al Congreso de los Diputados y, por tanto, el gobierno del país.

Las Marchas de la Dignidad llegaron a Madrid luego de partir desde todos los puntos del país en una caminata en la que recorrieron pueblos y ciudades para sumar a más personas a su reivindicación.

En la manifestación se lanzaron varias iniciativas, entre ellas la de convocar a una huelga general para el próximo otoño –el 22 de octubre, a sólo unos meses de las comicios generales– y desalojar del poder a la vieja política, en sintonía con el mensaje que lanzan desde hace unos meses las fuerzas políticas emergentes que pugnan por el voto del descontento, como Podemos –desde la izquierda– y Ciudadanos –desde la derecha.

Las reivindicaciones de los manifestantes eran claras: Pan, trabajo, techo y dignidad.

Entre las peticiones más claras de los colectivos destacaron el no pago de la deuda, el derecho a la vivienda, empleo digno y servicios públicos para todas las personas. Así lo expresaron en su discurso final, que leyeron miembros del movimiento: Millones de trabajadores y trabajadoras se encuentran sin empleo. Tener unas manos para trabajar; tener una carrera terminada; disponer de tu capacidad tanto manual como intelectual y no encontrar un trabajo digno es humillante. Se está desperdiciando el talento colectivo de una sociedad, hipotecando indefinidamente su futuro. Los trabajadores y trabajadoras no se merecen este atropello a nuestra dignidad colectiva.

Y lanzaron un grito de auxilio ante las miles de familias que han perdido sus casas por deudas bancarias. “No hay nada más inhumano que desalojar a una familia de su hogar, sólo para alimentar la voracidad insaciable de unos banqueros sin escrúpulos. Banqueros a los que los estados siervos de la troika alimentan a costa de empobrecer aún más a la clase trabajadora y a las personas más indefensas”.