Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Cultural de La Jornada
Domingo 22 de marzo de 2015 Num: 1046

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

¿Un Carlos Marx
del siglo XXI?

Leopoldo Sánchez Zúber

Los dos mestizajes
de Duverger

Miguel Ángel Adame Cerón

Francesco Rosi:
reflejar la realidad

Román Munguía Huato

Quiroga y la
influencia bien asumida

Ricardo Guzmán Wolffer

Tzvetan Todorov:
un paseo por el
jardín imperfecto

Augusto Isla

En la alcoba de Eros
Ricardo Venegas

Leer

Columnas:
Tomar la Palabra
Agustín Ramos
Jornada Virtual
Naief Yehya
Artes Visuales
Germaine Gómez Haro
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Paso a Retirarme
Ana García Bergua
Cabezalcubo
Jorge Moch
Jornada de Poesía
Juan Domingo Argüelles
Cinexcusas
Luis Tovar


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La Jornada Semanal

 


con Rocío Barrionuevo

En la alcoba
de Eros

Ricardo Venegas

Rocío Barrionuevo estudió Lengua y Letras Hispánicas en la UNAM. Fue jefa de redacción del suplemento Sábado del periódico unomásuno, donde publicó semanalmente la columna Eros durante seis años. Sus ensayos y crónicas sobre erotismo han sido publicados en las revistas como Nexos y Cambio, entre otras. También ha participado en programas de radio y televisión para hablar de una de sus grandes pasiones: la literatura licenciosa. Ha publicado los libros La lujuria perpetua (antología, Cal y Arena) y Juegos de alcoba (Ediciones B). Sobre este último versa esta conversación.

–¿Cómo iniciaste esta investigación del erotismo a través de diversos autores y cómo se dio el encuentro con tantas lecturas sobre el tema?

–Todo empezó por culpa de Huberto Batis, infatigable promotor de quienes le rinden tributo a Eros y gran conocedor de los temas lúbricos en la literatura. Gracias a su afición por los placeres voluptuosos, cuando Batis dirigía Sábado decidió incluir una sección de erotismo, escrita por Andrés de Luna, quien renunció a finales de los ochenta. En aquella época, yo trabajaba en el suplemento y Huberto me pidió que sustituyera temporalmente a Andrés, mientras encontraba otro experto. Sin la más mínima idea, me lancé a hacer traducciones de los artículos sobre erotismo que Batis me proporcionaba. Poco a poco quedé fascinada por todas aquellas descripciones de cuerpos brindando y recibiendo placer. Una referencia me llevó a otra, un libro me llevó a otro y así se fue tejiendo una red de relaciones librescas en mi cabeza.

–Un libro como Juegos de alcoba, que aborda el tema erótico de forma directa pero divertida, interesante y, dirían los entendidos, licenciosa, nos conduce por diversos períodos en los que la humanidad asume de forma distinta su permisibilidad respecto al sexo. ¿En qué momento consideras que está nuestro país: somos más abiertos o más cerrados?

–Actualmente se maneja una doble moral en nuestro país: respiramos sexo en la TV, en internet, en el cine, en las letras de las canciones más fresas; indudablemente se habla más sobre el tema, pero a los mismos hombres y mujeres que oyen y ven diariamente toda esa lujuria desbordada les causa rubor que los vean leyendo una novela erótica o que los atrapen leyendo una revista pornográfica. En Facebook se repite esa actitud; cualquier usuario que publique alguna imagen voluptuosa o postee algún comentario cachondo puede ser denunciado por algún seguidor que se siente ofendido. He visto quejarse a más de un escritor reconocido por la falta de criterio de sus “amigos”. Y sólo estoy usando ejemplos del entorno público; si hablamos del privado el asunto es más serio, pues hay damas y caballeros que prefieren sólo las prácticas amatorias que les parecen “decentes” y excluyen el sexo oral, el anal o la masturbación por considerarlos pecaminosos, y se sienten abochornados si alguien hace referencia al tema en su presencia, pero a solas devoran las escenas de esas mismas prácticas que les ofrece el monitor de la computadora o la televisión.

–¿Sigue siendo motivo de preocupación para el macho mexicano el tamaño de su pene?

–Del mexicano y de todos los hombres en general. He leído cualquier cantidad de encuestas donde se les pregunta a los caballeros si le dan importancia al tamaño de sus penes; casi todos contestan con un rotundo sí. No en balde las películas porno de cualquier país muestran a vigorosos sementales con miembros regordetes y grandes. Con respecto a este tema, recomiendo la novela La sangre erguida, de Enrique Serna, donde se habla de la intensa y complicada relación que sostienen los caballeros con sus penes.

–¿El orgasmo sigue siendo un tema que debe hablarse en voz baja en México?

–Claro que no. Al contrario, se debería hablar en voz muy alta para que a quien le interese la información sepa cómo satisfacer a su pareja. Me parece que hombres y mujeres siempre preferirán que su acompañante goce la relación sexual, así que la mejor forma de llegar a un acuerdo bajo las sábanas es hablando abiertamente de las necesidades lúbricas y de los puntos que disparan el placer de cada cual. El problema es que todavía hay damas que hablan en voz baja porque tienen temor de que las confundan con una cualquiera, y muchos caballeros no se atreven a preguntar porque les da pena que los cataloguen como inexpertos. En fin, un terrible malentendido de roles de género.

–¿A qué atribuyes la infidelidad en las parejas?

–Son muchos los factores que propician la infidelidad, pero creo que el más importante es que no se cumplen las expectativas de la pareja en la vida en común, en la sexualidad, en lo social, en la comunicación, etcétera.

–Parecen caminos distintos, pero se antoja preguntarte: ¿es más poderoso el sexo que la búsqueda espiritual?

–No creo que uno sea más poderoso que la otra. Tampoco creo que sean caminos diferentes, a menos de que se esté convencido de la dicotomía cuerpo-alma, materia-espíritu, o se esté involucrado en determinadas creencias religiosas. La espiritualidad tal vez no sea otra cosa que un entrenamiento diario y apasionante para establecer contacto con nuestro ser interior. Para mí, la auténtica búsqueda espiritual no es una huida del mundo real, sino una práctica que nos conduce a experimentar y vivir lo que realmente somos, por lo que un aspecto tan importante en nuestra vida, como la práctica de la sexualidad, también forma parte de esa búsqueda.