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La cinta de Jorge Ramírez tiene un éxito sin precedente para el cine mexicano en ese país

Guten Tag, Ramón conquista el corazón y las taquillas alemanas

Se estrenó en 52 salas el 5 de febrero pasado y sigue en exhibición

Es la historia de un joven que llega a Alemania huyendo de la delincuencia en su pueblo en México y cómo una anciana le brinda su ayuda: Cuando los alemanes dan su amistad son de una lealtad inquebrantable, cuenta el director

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El espectador alemán se ha rendido ante una historia que no está ligada al narcotráfico ni a la violencia que invade la imagen que se tiene de México en ese país. En el fotograma, Krystyan Ferrer, quien interpreta a Ramón
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 31 de marzo de 2015, p. 9

Berlín.

En la historia del cine mexicano ninguna película había logrado en Alemania lo que Guten Tag, Ramón, de Jorge Ramírez Suárez, consiguió: ser un éxito de taquilla.

La cinta se estrenó el 5 de febrero, se distribuyó en 52 salas de cine alemanas y continúa en exhibición, algo sin precedente para el cine mexicano en este país, ya que la proyección de producciones mexicanas aquí suele concentrarse en alguno de los muchos festivales de cine que se llevan a cabo durante el año. En la Berlinale, uno de los encuentros cinematográficos en los que cualquier cineasta quiere dar a conocer su trabajo, la proyección no suele ir más allá de dos presentaciones para un público limitado.

Ni cintas de gran impacto internacional, como Amores perros, Y tu mamá también o El crimen del padre Amaro han logrado mantenerse más de dos o tres semanas en menos de una decena de salas de cine en Alemania.

Guten Tag, Ramón, quinto largometraje de Ramírez Suárez como director, productor y guionista, ha superado cualquier expectativa y, lo más significativo en este país, ha conquistado el corazón de los alemanes.

Cansados del Holocausto

La historia de Ramón –interpretado por el joven Krystyan Ferrer– ha conmovido al público alemán. Estamos un poco cansados de la imagen que de nosotros se da en el extranjero y de las historias ligadas al Holocausto y la Alemania nazi, es un comentario que se repite una y otra vez en diversos foros de este país.

Por otro lado, el espectador alemán se ha rendido ante una historia que no está ligada al narcotráfico ni a la violencia que invade la imagen que se tiene de México en este país, tanto en la ficción como en la realidad.

Ramón es un adolescente de un pequeño pueblo del norte de México que se resiste a ser parte de la red de delincuencia. Tras varios intentos fallidos por cruzar la frontera hacia Estados Unidos sigue la recomendación de un amigo cuya tía vive en Alemania. “Ahí no hay migra, ni nadie te controla; además, allá se gana muy buen dinero”, le dice; así comienza la aventura.

Guten Tag, Ramón muestra el lado amable del ciudadano alemán, en este caso de una anciana jubilada –Ingeborg Schöner–, dispuesta a prestar ayuda a un joven mexicano que llega a un país donde la dimensión del contraste cultural, social y linguístico es incomensurable.

El cineasta mexicano cambia su residencia entre Alemania, México y Estados Unidos, lo que le permite una visión cargada de contrastes que refleja en su trabajo.

El humilde entorno de una ranchería del norte de México de la que es originario el personaje Ramón, comparado con el estado de bienestar, abundancia y seguridad alemanas, contrastan a su vez con el clima de violencia que reina en México.

La crítica alemana ha sido generosa con Ramírez-Suárez, quien no ha parado de recorrer el país con su película, historia aquí calificada como drama cargado de humanidad, que muestra el lado amable del ciudadano alemán sin caer en cursilerías y basado en la experiencia de Ramírez Suárez.

Anécdotas que inspiraron la cinta

En conversación con La Jornada, en la capital alemana, el director mexicano narra algunas anécdotas que sirvieron de inspiración para la historia de Ramón.

Una de mis muchas experiencias con este país y su gente está relacionada con la vida de los jubilados. El personaje de Ruth está basado en la vida real, una anciana enfermera de 100 años que conocí en Bremen, madrina de mi esposa. Esta mujer, sin hijos ni familia, nunca tuvo a quien entregar su afecto. Vivía en un edificio de 16 departamentos, donde todos los inquilinos superaban los 80 años y vivían solos. Un escenario simplemente impensable en México.

Por otro lado, el personaje de Ramón también está inspirado en un mexicano que conoció en Austria y tuvo una experiencia similar al del personaje de Ramón, quien recibió ayuda de una anciana alemana cuando se encontraba en una situación un tanto desesperada.

Mi experiencia con el ciudadano alemán es que cuando ellos ofrecen su amistad son de una lealtad inquebrantable; podrán no ser abiertos en cuanto a la expresión de sus sentimientos, pero la fiabilidad y la seguridad que puedes tener una vez que te entregan su amistad es de una sola línea. Aquí no a cualquiera se le dice amigo; la amistad es algo que tienes que ganar y cuando estás fuera de tu país, fuera de casa y te instalas en el extranjero por la razón que sea, una de las cosas más importantes es encontrar un amigo.

Está próximo el lanzamiento en formato devedé y blue-ray para el mercado alemán, mientras en México se encuentra en este momento situada en el primer lugar en descargas digitales.

La película fue vista en México por más de un millón de personas y se proyectó en 250 salas. En Estados Unidos ha gozado de un éxito similar.

Mientras tanto Ramírez Suárez ha sido ya reconocido como ciudadano distinguido en Wiesbaden, en el oeste de Alemania. Ramírez Suárez concluye: Alemania se ha convertido en mi segunda patria.