Opinión
Ver día anteriorSábado 4 de abril de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Neblina morada
S

in duda uno de los cineastas estadunidenses más interesantes de la actualidad, Paul Thomas Anderson, ha seguido una trayectoria cada vez menos accesible a los grandes públicos. Tras la narrativa oblicua de The Master (2012), el realizador ha seguido en esa vena iconoclasta con su séptimo largometraje, Vicio propio, inaugurando algo que se podría llamar el pacheco noir, subgénero antes insinuado por The Long Goodbye (1973), de Robert Altman.

Basada en la novela homónima de Thomas Pynchon, autor cuya prosa siempre me ha resultado impenetrable, la película se sitúa en 1970 y se centra en el detective privado Larry Doc Sportello (Joaquín Phoenix), quien vive en Gordita Beach (sustituto ficticio de Manhattan Beach) y recibe la visita de su ex novia Shasta Fay Hepworth (Katherine Waterston). Ella se encuentra en relaciones turbias con el magnate de bienes raíces Mickey Wolfmann (Eric Roberts), que está desaparecido, y le pide a Sportello que la ayude a localizarlo. Poco después, la propia Shasta se desvanece y así el detective sigue una investigación llena de testigos dudosos y pistas falsas. La cosa se complica cuando la ex heroinómana Hope Harlingen (Jena Malone) le pide también que encuentre a su marido Coy (Owen Wilson), quien aparece en las circunstancias más imprevistas.

A pesar de su excentricidad de base, Vicio propio sigue las reglas del género negro de detectives. Como otros antihéroes más convencionales, como Philip Marlowe, Sportello tiene su propio código de conducta, en este caso filtrado por un sempiterno toque de mota. Aunque él no pronuncia la narrativa en off para describir sus acciones, esa labor la cumple su ex asistente, la omnisciente Sortilège (Joanna Newsom). En su pesquisa, el hombre se topará con un antagonista policiaco, el agente Christian Bjornsen (Josh Brolin), apodado Bigfoot por sus modos brutales, entre otras personas extrañas y/o peligrosas que parecen estar involucrados en el caso, que gira en torno a una misteriosa embarcación llamada Colmillo Dorado. No falta el amigo, el abogado Sauncho Smilax (Benicio del Toro), presente para brindar información inútil.

Prácticamente sin escenas violentas, salvo un par de acciones, Vicio propio se mueve con el ritmo del pasón y puede resultar exasperante para el no iniciado. Pierda toda esperanza aquel que intente desentrañar la trama, envuelta en una neblina de confusión (en comparación, Al borde del abismo, de Howard Hawks, es un modelo de claridad cristalina). Como en todo noir que se respete, aquí no importa el qué, sino el cómo.

Con una de las bandas sonoras más raras de reciente memoria, entre canciones off beat y la música atípica de Jonny Greenwood, Vicio propio abunda en detalles tan desconcertantes como graciosos. Por ejemplo, la forma sugerente con la que Bigfoot devora una fálica paleta helada; la breve aparición de un ortodoncista depravado (Martin Short); el flashback a una búsqueda de mota, guiada por una tabla Ouija, que culmina en el momento más romántico entre Sportello y Shasta.

En un retrato coral de su ciudad natal, Los Ángeles, que podría emparentarlo con el de Boogie Nights: juegos de placer (1997), Anderson describe la agonía de la contracultura, en una realidad donde los crímenes del clan Manson y la presencia de Richard Nixon amenazan con aniquilar el sueño jipi. La película hiede a pachuli rancio en su representación de un modo de vida en vías de extinción. Pronto Sportello será un personaje tan anacrónico como sus patillas de cochero. Por ello, Vicio propio culmina con una sensación melancólica de pérdida, de vacío existencial.

Vicio propio

(Inherent Vice)

D: Paul Thomas Anderson/ G: Paul Thomas Anderson, basado en la novela homónima de Thomas Pynchon/ F. en C: Robert Elswit/ M: Jonny Greenwood/ Ed: Leslie Jones/ Con: Joaquín Phoenix, Josh Brolin, Owen Wilson, Katherine Waterston, Reese Witherspoon/ P: Ghoulardi Film Company, IAC Films, Warner Bros. EU, 2014.

[email protected]

Twitter: @walyder