Sociedad y Justicia
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El síndrome de sueño insuficiente es padecido principalmente por jóvenes

El celular, entre las principales causas de problemas para dormir

Leer antes de acostarse o cenar muy tarde, otros motivos de este mal, que afecta a 20% de la población

 
Periódico La Jornada
Sábado 4 de abril de 2015, p. 29

Un par de cojines sobre la cabecera de la cama y las luces apagadas; en la calle el ruido es mínimo y se cierran las cortinas para evitar que la luz del faro frente a la ventana penetre hasta la habitación. El espacio se ha preparado para conciliar el sueño y reponer la energía gastada durante la jornada; sin embargo, un pequeño aparato distrae la atención: el teléfono móvil. No importa que el cansancio se apodere del cuerpo; es necesario dar un último vistazo a las redes sociales, el WhatsApp o el correo electrónico. El resultado: dificultad para iniciar el sueño, y fatiga, distracción y somnolencia durante el día siguiente.

Esta escena es común entre quienes presentan el síndrome de sueño insuficiente (SSI), que consiste en la imposibilidad de dormir más de cuatro horas diarias, el cual es padecido sobre todo por estudiantes, adolescentes y adultos jóvenes.

Ulises Jiménez Correa, director de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), estimó que alrededor de 20 por ciento de la población sufre este problema, principalmente por el uso de dispositivos electrónicos sin límite, por leer justo antes de dormir o comer a altas horas de la noche.

Explicó que se trata de una alteración al dormir, pues las personas que la padecen se quejan de tener sueño durante el día, por lo que se les dificulta atender sus actividades escolares, laborales o familiares.

En la muestra general de quienes asisten a este centro universitario, 15 por ciento presenta este problema. Por grupo de edad, 100 por ciento de la población estudiantil de 15 a 25 años acude para atenderse por este síndrome.

Los pacientes duermen tres o cuatro horas por noche, de lunes a viernes, y tratan de recuperarse durante el fin de semana, lo cual, lejos de ser una solución, ocasiona que se acumule una deuda importante de sueño.

La causa fisiológica de este atraso es la estimulación luminosa que las personas se imponen al usar dispositivos electrónicos sin límite. Por ejemplo, ahora los estudiantes ocupan las noches para hacer sus tareas en equipo por Internet o revisar las redes sociales y su correo electrónico. Esa estimulación –explicó Jiménez Correa– no permite que el cerebro identifique que ya es hora de dormir, pues ocurren cambios importantes en la química cerebral y deja de producirse la melatonina en un horario adecuado, lo que dificulta el inicio del sueño.

Aunado a ello, las personas realizan actividades que no les permiten iniciar el descanso, como cenar tarde, leer o llegar muy noche a casa. El problema es que por lo regular las actividades laborales y/o escolares empiezan temprano y es cuando se presentan los síntomas diurnos de esta afectación, que son: somnolencia, dificultad para hacer bien las actividades, irritabilidad, ansiedad, problemas de atención, concentración y memoria.

Ello se refleja en una baja productividad laboral o rendimiento escolar inadecuado, además de cambios en el estilo de vida e incluso en las relaciones sociales. A veces la gente se queda dormida si requiere estar alerta y eso ocasiona accidentes. Hoy se sabe que los choques durante las primeras horas de la mañana se presentan porque hay privación de sueño, dijo.

Para que un paciente se recupere debe seguir indicaciones precisas como no automedicarse, dormir entre siete y nueve horas diarias y realizar alguna actividad física, pues una rutina deportiva ayuda a descansar.

No obstante, cada caso tiene sus particularidades, lo que hace necesario acudir con un especialista a fin de conocer el estado general de salud y las rutinas escolares o laborales. En función de estos datos se hacen esquemas personalizados encaminados a favorecer la calidad y tiempo.