Sociedad y Justicia
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Contra el aborto, el Congreso instituye el día del niño por nacer

La criminalización de las mujeres aumenta en NL

Diputados de PRI y PAN se basan en doctrinas religiosas para legislar: PT

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Abel Quiroga, director de Acodemis, visita prostíbulos de Nuevo León para promover con las trabajadoras sexuales el uso del condón, a fin de evitar enfermedades y embarazos no deseadosFoto Sanjuana Martínez
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 5 de abril de 2015, p. 29

Monterrey, NL.

Martha despertó esposada a una cama de hospital. Desconcertada, aún con los efectos de la anestesia, vio a su lado a una policía municipal que la miró y le dijo: Estás detenida por el delito de homicidio.

Recordó entonces la noche anterior. Desesperada, había decidido interrumpir un embarazo no deseado. Tomó primero cuatro pastillas, después 10 y finalmente otras tantas que ya no contó: “Me quedé dormida y a las 3 de la mañana me vinieron los dolores fuertes. Tenía más dolor que un parto normal.

A las 5 de la mañana me puse bien mal y a las 7 fui al baño y para fuera todo. En ese momento le pedí perdón a Dios. Me volví loca, me dio una crisis de histeria. Me puse muy mal, dice en entrevista con La Jornada.

Los paramédicos de la Cruz Roja atendieron la llamada de auxilio de su madre, y aún con el cordón umbilical la trasladaron al Hospital Metropolitano de esta ciudad. “Pensaba que me iba a morir, sentía que me lo merecía por lo que acababa de hacer. Me durmieron, y cuando desperté estaba esposada. Soy muy ignorante, no sé de leyes, pero pensé: ‘seguro voy para adentro’”.

Inmediatamente el personal médico la denunció. Su madre la esperaba afuera y los policías ministeriales la interceptaron: ¿Ya sabe la hija que tiene? Es una basura, una criminal, una asesina hija de la chingada.

La policía que la resguardaba la miraba con desprecio. Adolorida y temblando, Martha dijo: Quiero ir al baño. Sin contestarle, la agente le quitó las esposas. Oriné esposada con ella. Luego se me vino el mundo encima, continúa relatando.

El retroceso

En Nuevo León, 171 mujeres han sido consignadas por abortar en los años recientes, según los grupos feministas. El aborto está considerado un delito aquí y en 26 estados más, y solo está permitido en los casos de violación o peligro de muerte.

El PAN, unido al PRI, ha intentado la reforma constitucional para proteger la vida humana desde la concepción, y el pasado martes el Congreso aprobó por mayoría instituir el 25 de marzo como el día del niño que está por nacer.

La propuesta fue presentada por la diputada panista Carolina López Garza, legionaria de Cristo, acérrima defensora del sacerdote Marcial Maciel y quien paradójicamente preside la Comisión de Equidad de Género. Es un día muy especial, porque aquí se están reconociendo derechos como respetar la vida y el reconocimiento del derecho del niño no nacido, señaló.

Su correligionario, el diputado Francisco Treviño Caballero, apoyó la nueva medida: Se trata de no discriminar al ser humano cuando esté en gestación. Desde que se encuentra en el vientre materno, desde el momento de la concepción hasta el día que nazca, pues es un ser humano, no es un perrito, no es un elefante, no es un carro o una lancha; ahí hay un ser humano en formación.

El anuncio de la celebración de este día se hizo al mismo tiempo que la institución del 17 de mayo como Día de la Lucha contra la Homofobia, por lo cual los grupos en defensa de los derechos de la comunidad gay han protestado.

En entrevista, Mariaurora Mota, presidenta de la organización civil Género, Ética y Salud Sexual, se mostró seriamente preocupada: Es algo perverso aprobar estas iniciativas al mismo tiempo. Ellos están defendiendo a los embriones por encima de las mujeres, y no estamos de acuerdo. Es muy peligroso, porque es el primer paso para pavimentar el camino hacia la reforma constitucional que pretenden hacer para establecer que la vida comienza desde el momento de la fecundación e incrementar de esta manera la criminalización de las mujeres.

El diputado Guadalupe Rodríguez, del PT, manifestó su rechazo a esta medida, porque dijo que no le corresponde al Congreso declarar días especiales: “Ha cometido un error, porque inventó una categoría jurídica que no existe en la legislación mexicana, la del día del niño que está por nacer, algo que incluso científicamente no tiene fundamento. Los legisladores se están basando sólo en sus doctrinas religiosas para condenar los abortos. Esto fortalece la ya existente criminalización de las mujeres. Es un grave retroceso”.

Aborto libre

En México, 226 mujeres son denunciadas anualmente por abortar, según un reciente estudio del Grupo de Información en Reproducción Elegida, el cual destaca que la criminalización va contra las mujeres pobres, ya que las que pueden costearse un aborto viajan al extranjero para realizárselo en países donde está despenalizado.

Martha tiene 33 años y decidió abortar porque tiene cuatro hijos, cuya manutención corre por su cuenta. Su vida ha sido complicada. Fue violada por un vecino a los cinco años, y los abusos sexuales de otros se prolongaron durante su infancia.

Muy pronto cayó en las drogas y emigró a Estados Unidos, donde continuó con las adicciones. Hace unos años la deportaron y reinició su vida en este país: Tuve una vida marginada, con padres que se peleaban mucho y se separaban a cada rato. No había quien me hiciera caso; yo siempre estaba en la calle. Se mi hizo fácil acomodarme en ese mundo de las drogas.

Vive en una colonia popular, y para sacar adelante a sus hijos se dedica al sexoservicio, es bailarina y además vende ropa, zapatos y comida. Nadie aborta por gusto. Las cosas se complicaron. No encontraba trabajo y me enganché mucho en las drogas. Todo se me juntó. Se me cerró el mundo. Nadie aborta por gusto, dice mientras frota nerviosamente sus manos.

Tiene el cabello corto y un cuerpo escultural. El padre de dos de sus hijos murió hace poco, y otro sencillamente desapareció. Su última pareja, cuando supo que estaba embarazada, cambió de teléfono y ya no lo encontró: Ya no quiso saber de mí. ¿Por qué no les hacen nada a ellos? ¿Por qué no hay una ley que los persiga? Algunos son como perritos, nomás andan viendo dónde echan la meada, y ahí nos dejan. El gobierno no te ayuda. Encarcelar a las mujeres no es la solución.

Detenida en el hospital donde la atendieron por el aborto, solicitó ayuda a un amigo que finalmente la liberó de la cárcel, pero luego enfrentó una grave depresión posparto: “A la semana me puse a trabajar de bailarina y anduve en las mismas andadas. No tuve ayuda sicológica. Mi ayuda fue refugiarme en las drogas, en la cocaína y la cerveza. Trabajaba y me quedaba sin dinero por mis adicciones. Me volví una loca. La coca ya no me hacía, y me empecé a inyectar”.

Martha tocó fondo: “En el mundo de las drogas vivimos en la marginación, eres un monstruito en la calle. Salí de allí, con la ayuda de Dios, pero desde el aborto ya no quedé bien. Tomo medicamentos controlados para la depresión, ansiolíticos. Yo decidí hacer eso, pero desgraciadamente estamos en un país machista que nos criminaliza.

En el mundo de la prostitución, de los antros, se ven mucho los abortos clandestinos. Las mujeres abortan como pueden, con remedios caseros, con pastillas, con mañas, y algunas mueren. Las que tienen dinero se van a clínicas privadas y pagan. Las otras, las pobres como yo, sabemos que nos podemos morir, pero ni modo, no hay de otra.

Abel Quiroga, director de Acodemis, visita prostíbulos para promover con las trabajadoras sexuales el uso del condón, a fin de evitar enfermedades y embarazos no deseados. Algunas feministas han acudido a registrar simbólicamente su cuerpo al Instituto Registral y Catastral, para defender sus derechos, una lucha que apenas comienza, según señala en entrevista la activista Alicia Leal, fundadora de Alternativas Pacíficas.

Hay un retroceso del Estado laico. Se están llevando la Biblia al Congreso, y esto incrementará los abortos clandestinos. Tendrá un impacto en la vida de las mujeres y en el ámbito científico. Bloquean la posibilidad de legislar la eutanasia o el manejo de embriones, y afectan a las mujeres que acuden a la fertilización in vitro. Entonces, ¿los médicos también irán a la cárcel? ¿Dónde están las protestas de la comunidad médica? ¿Por qué sólo se criminaliza a las mujeres?