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El historiador mixteco y activista social publica el libro El fuego y las cenizas

La Independencia poco benefició a los indígenas: López Bárcenas

Siguen sometidos y eso explicaría mucho por qué piden su autonomía; es una forma de emanciparse, expresa a La Jornada

El XIX, siglo del liberalismo, fue peor que el colonialismo español, pues les quitaron sus tierras y legalmente los desaparecieron, señala el también abogado

 
Periódico La Jornada
Miércoles 8 de abril de 2015, p. 3

La Independencia poco benefició a los pueblos indígenas de México, afirma el historiador mixteco Francisco López Bárcenas.

“Fue una lucha que no significó gran cosa para ellos –señala–. No transformó su vida social, siguen siendo sometidos. Eso explicaría mucho la idea de por qué piden su autonomía, sería una forma de emanciparse.”

Autor del libro El fuego y las cenizas: los pueblos mixtecos en la guerra de la Independencia (Instituto Nacional de Lenguas Indígenas-Centro de Orientación y Asesoría a Pueblos Indígenas AC) –que será presentado este viernes en el Museo de la Ciudad de México, en Pino Suárez 30, Centro Histórico, a las 17 horas–, el también abogado y activista social sostiene que la clase gobernante continúa viendo a los pueblos indígenas como colonias.

Eso también ha permeado mucho en términos de que pudieran tener algún beneficio social o económico. Siguen siendo sometidos, indica en entrevista.

Nacido en la comunidad de Santa Rosa Caxtlahuaca, en la mixteca oaxaqueña, López Bárcenas destaca que estudios históricos hablan de cómo el siglo XIX mexicano, la época liberal, fue una segunda Colonia para los habitantes originarios de esta tierra.

Fue peor que la época colonial española, porque a los indígenas les quitaron las tierras, los gobiernos, aspectos que eran básicos para ellos y que no habían hecho ni siquiera los españoles. Éstos los sometieron, pero los reconocieron, agrega.

Durante el siglo XIX, a los indígenas les quitan todo e incluso, legalmente, los desaparecen. En la Revolución Mexicana, los reconocen como unidades campesinas, así aparecen en el artículo 27 constitucional. Y, actualmente, en el papel de las leyes de los derechos indígenas, la verdad es que las políticas están en contra de ellos.

Alianzas históricas, no discursos

Respecto de los legados de la insurrección de 1810 para los pueblos indígenas, López Bárcenas, colaborador de La Jornada, resalta que en el caso de los mixtecos dejó una especie de conciencia de unidad, la cual pervive.

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La lucha de los mixtecos se inició en 1811 y se prolongó durante casi todo el siglo XIX, hasta principios de la década de 1890, cuando fueron sometidos y el Estado mexicano ya se había consolidado, afirma Francisco López Bárcenas en entrevistaFoto Guillermo Sologuren

Es algo que, por ejemplo, se da en las luchas. He visto a gente de Guerrero apoyando las luchas de sus hermanos de Guerrero por la defensa de sus tierras. No son algo que se perciba en discursos, son alianzas históricas, dice.

Otro aspecto que esa gesta permitió a los pueblos mixtecos, puntualiza, es la idea de que sí se puede luchar y vencer al opresor, además de la enseñanza de que no todos deben ir a la guerra.

Resalta que ese fue un error estratégico de los mayas en la guerra de castas, pues fueron derrotados por ir todos al enfrentamiento, cosa que no hicieron los mixtecos; recordó que esos pueblos, en particular los triquis, fueron los primeros en levantarse en armas contra el Estado nacional tras la Independencia, en 1831.

De formación autodidacta como historiador, faceta que desempeña en los tiempos libres que le deja su trabajo de asesor legal de comunidades indígenas, Francisco López Bárcenas precisa que los mixtecos en realidad no fueron los primeros en alzarse en armas tras el pacto entre insurgentes y realistas que consumó la Independencia.

La de los mixtecos, destaca, era una lucha que comenzó en 1811 y se prolongó durante casi todo el siglo XIX, hasta principios de la década de 1890, cuando lograron ser sometidos y el Estado mexicano estaba ya consolidado.

Por eso es que después de la guerra de Independencia casi todos los jefes insurgentes se van a volver contra sus antiguos compañeros, entre ellos Nicolás y Miguel Bravo, los Galeana. Pero también van a surgir del lado contrario otros líderes importantes, como Juan Álvarez, quien estuvo muy cerca de Vicente Guerrero.