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México SA

Crece el gasto por elecciones

Después, Hacienda apretará

Guardadito gubernamental

A

l finalizar enero el ministro anunció un recorte al gasto público por 124 mil 300 millones de pesos, pero en los hechos ese mismo gasto se ha incrementado de forma permanente (15 por ciento en términos reales al cierre de febrero pasado, y el dato es de Hacienda), de tal suerte que hasta ahora ni de lejos se siente el efecto del tijeretazo. No se trata de un milagro, sino del manejo de la chequera pública en tiempos electorales.

El grueso inventario de fracasos del gobierno peñanietista hace prever un golpazo para el tricolor en los resultados comiciales del próximo 7 de junio, pero en Los Pinos se han puesto a chambear (tal vez desde que se instalaron en la residencia oficial) en lo político y en lo económico. En lo primero, destaca su estrategia de que sea la voraz empresa verde la que le saque las castañas del fuego, y en lo segundo el dinero no deja de correr hasta pasados los comicios. El ramalazo, pues, vendrá después de esa fecha.

El más reciente reporte financiero de Hacienda revela que prácticamente todas las dependencias del Ejecutivo registraron fuertes incrementos en su gasto durante el primer bimestre de 2015. Se dan casos como el de la propia Presidencia de la República, donde sus erogaciones se incrementaron la friolera de 118 por ciento, el mayor salto en el gobierno federal. Con todo y recorte presupuestal, el dinero corre aunque tiene fecha de vencimiento: después de las elecciones intermedias.

Sobre el particular, un análisis del Reporte Macroeconómico de México de la Universidad Autónoma Metropolitana (Lo que viene: la expansión del gasto público en un año electoral, elaborado por Juan Moreno Pérez, economista por la UNAM y doctor en Historia Económica por la UCLA) subraya que, no obstante el recorte presupuestal anunciado el pasado 30 de enero por Luis Videgaray, todo indica que en realidad no se está buscando disminuir el gasto público, al menos no para los primeros meses del año y el balance del primer bimestre del año así parece confirmarlo.

De hecho, anota, el comportamiento de las finanzas públicas y de la deuda pública durante enero (y en febrero se confirmó la tendencia) indica con bastante claridad que la intención de las autoridades hacendarias parece ser impulsar un fuerte crecimiento del gasto público, al menos durante los primeros meses de este año electoral.

Un elemento adicional, detalla el análisis, es que parece que el verdadero objetivo del anunciado recorte fue desviar la atención respecto a la cancelación del proyecto de construcción de un tren rápido de México a Querétaro (el cual ha sido cuestionado por un posible conflicto de interés en que estaría implicado el propio Presidente de la República), así como respecto a la manipulación de cifras llevada a cabo por la Secretaría de Hacienda para cerrar el ejercicio de 2014.

Además, los hechos contradicen lo que habría de esperarse con el tijeretazo de enero, especialmente por la caída en los ingresos petroleros. Si se hace un análisis superficial, la conclusión obvia es que el gobierno federal no sólo no tiene recursos para expandir el gasto, sino que parece obligado a disminuirlo, lo que sería congruente con el famoso recorte anunciado. Sin embargo, la realidad, que suele ser terca y engañosa, insiste en mostrar que está sucediendo algo diferente, lo cual es posible develar si se tiene el cuidado y la paciencia de desmenuzar todos los detalles de la información publicada, pues a diferencia de lo que parece estar sucediendo, tal información indica que la fuerte disminución en los ingresos petroleros se verá compensada, en exceso, por tres fuentes de recursos no anticipadas en la Ley de Ingresos de la Federación aprobada para 2015.

Y esos recursos, detalla Moreno Pérez, provienen de tres fuentes: la recaudación del impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) aplicado a la gasolina y el diésel, pues ahora el gobierno compra baratos esos petrolíferos y luego los vende caros. Esa fuente de ingresos puede alcanzar, según el trabajo citado, más de 246 mil millones de pesos en el presente año.

Un segundo elemento es el remanente de operación del Banco de México, derivado de la devaluación registrada en nuestra moneda a fines del año pasado, lo que permitió a ese instituto comprar dólares baratos y venderlos caros después. De esa fuente, se estima un ingreso de alrededor de 80 mil millones de pesos. Y la tercera, los ingresos derivados de las Coberturas Petroleras contratadas por la Secretaría de Hacienda a finales de 2014, los cuales se estiman, también en el trabajo comentado, en casi 63 mil millones de pesos. En total, 407 mil millones de pesos, un monto con el que fácilmente se cubren el recorte presupuestal de enero pasado (124 mil 300 millones) y el ya anunciado tijeretazo para 2016 (135 mil millones), y les sobra un dinerito.

El ingreso por IEPS a gasolina y diésel puede considerarse recurrente, además de participable, a diferencia de los otras dos. Eso significa que la primera fuente de ingresos seguirá operando en el siguiente año, pero las otras dos no. Por ello, el verdadero ajuste a la baja del gasto público, derivado de una caída permanente en los ingresos de origen petrolero, se llevará a cabo a partir del ejercicio de 2016.

La política que parece estar implementando la Secretaría de Hacienda para los primeros meses del presente año electoral es expandir fuertemente el gasto público. Aunque la caída en los ingresos petroleros sólo se compensará de manera parcial por los ingresos derivados del IEPS a la gasolina y el diésel, el faltante de recursos para poder expandir el gasto se conseguirá anticipando la contratación de deuda. Así, el déficit público se concentrará en los primeros meses, como ya se registró claramente durante el mes de enero (y febrero).

Con ese manejo temporal de las finanzas y de la deuda pública, las autoridades hacendarias podrán expandir fuertemente el gasto y el endeudamiento durante la primera mitad del año, ajustando esas variables en el segundo semestre, para cerrar finalmente el ejercicio fiscal, sin problemas, luego de la llegada de los señalados ingresos no recurrentes.

Las rebanadas del pastel

Entonces, a gastar a manos llenas y con mexicana alegría, que ya arrancó formalmente el proceso electoral. Ya después pondrán a parir a los mexicanos por la falta de recursos y, como si faltara algo, por la perniciosa aparición en sociedad de los candidatos que resultaron con mayor número de votos. Agarraos, pues.

Twitter: @cafevega