Opinión
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Ciudad Perdida

Salarios, línea definida

Mancera rompe esquemas

Respaldo a jornaleros

B

ien se puede decir que no hay memoria reciente de que un funcionario, menos aún con un cargo como el de Miguel Ángel Mancera, decida hacer pública su solidaridad con algún grupo de trabajadores demandantes de justicia.

Y fue anteayer que el jefe de Gobierno de la ciudad de México envió a los Trabajadores a Jornada Completa de los Campos Agrícolas de San Quintín, Baja California una comunicación escrita y firmada, en la que advierte que su reivindicación es la nuestra y sus demandas son las nuestras.

Con esa acción, tan simple como apoyar lo justo, Miguel Ángel Mancera rompe con un esquema de mucho tiempo, de casi siempre, en el que los gobernantes construían espacios de silencio si se trata de solidaridad con los trabajadores en sus demandas. Por eso el paso que dio el mandatario capitalino resulta de la mayor importancia para estos tiempos.

No muy seguido, pero algunas veces, las demandas de los más pobres sólo son carne de campaña que utilizan en temporadas electorales y luego se guardan, con vergüenza, en el último de los cajones del archivo del ya ni me acuerdo. La diferencia, esta vez, es que Mancera no está en el uso electoral de la demagogia, y que su discurso, el de los salarios justos, no se construyó con base en la temporada, sino con una idea muy clara, bien estudiada, de lo que se requiere en el país para no seguir enterrados en las miseria y la desigualdad.

Con esa carta, fechada el 7 de abril en sus oficinas, da certeza de un rumbo político que mira hacia horizontes de gobernabilidad muy claros, pero también marca diferencia con otros gobernantes, a quienes no mueven las condiciones de explotación a los trabajadores, por el contrario, se convierten en cómplices de los abusos con que se trata a los asalariados.

Además, se habrá de reconocer en Mancera la audacia, porque no resultará fácil caminar entre empresarios y funcionarios públicos, y desde luego entre políticos, enriquecidos a partir de someter a los trabajadores de todos los ámbitos, incluido, desde luego, el rural, a salarios muy por debajo de los niveles mínimos establecidos para salvaguardar la existencia en condiciones más o menos dignas, como ya ha denunciado el propio jefe de Gobierno.

En una entrevista concedida a este diario al finalizar el primer mes del año, Mancera advirtió que en los pasados 30 años se ha utilizado el salario mínimo como medida de contención o estabilizador económico referenciado, precisamente, a los incrementos paulatinos escalonados conforme a la inflación, y no para que respondiera a las necesidades del trabajador, sino como estabilizador universal, y así aceptarlo en todo el país.

Cosa de mirar las estadísticas: 37 por ciento de los 49 millones de personas empleadas en el país recibían apenas dos veces el salario mínimo, pero además ese ingreso perdió 78 por ciento su poder adquisitivo a partir de 1976. Así, la discusión sobre el tema es urgente y ya la inició el jefe de Gobierno, que sabe que la participación de los salarios del trabajador llegó a su menor nivel en 2013, mientras las ganancias empresariales alcanzaron su mayor nivel en los pasados 37 años.

Por eso, ahora que Miguel Ángel Mancera decidió romper con la regla por la cual los políticos en ejercicio del poder público no podían solidarizarse con los más necesitados y sus luchas, se podrían abrir nuevos cauces al quehacer de quienes ejercen el poder, para empezar a cambiar la tendencia que en cuando menos las tres décadas anteriores ha creado 50 millones de pobres en el país, por decir lo menos. Así es la realidad.

De pasadita

Más tardaron en bajar de la lista de candidatos al hermano del procurador de Justicia del DF que en reinscribirlo de nuevo; claro, después del berrinche en el búnker. Pero si de berrinches hablamos, ya veremos lo que hacen en el PRI cuando desde la autoridad electoral les digan que ni Adrián Ruvalcaba ni Miguel Ángel Salazar, que pretenden apoderarse de Cuajimalpa, podrán competir porque, según nos dijeron, son culpables de actos anticipados de campaña, y tantán. Xóchitl Gálvez quedará fuera porque no tiene credencial para votar en el DF, y David Razú, Valentín Maldonado, Ana Julia Hernández y Luis Espinoza Cházaro, por los amarillos, podrían también estar fuera de la contienda por pecadores electorales. Vamos a ver.