El lento asesinato de Mumia Abu-Jamal


German Eslava. Foto: Jerónimo Palomares

Mumia Abu-Jamal, periodista y ex Pantera Negra, luchador y activista de los derechos de los afroamericanos en Estados Unidos, está en peligro de muerte. En 2011 logró salir del corredor de la muerte al que lo tuvieron confinado casi 30 años. Hoy el sistema carcelario pretende aniquilarlo lentamente tras las rejas.

El lunes 30 de marzo, las autoridades de la prisión de SCI Mahanoy dijeron que Mumia Abu-Jamal tuvo una “crisis médica” y lo transportaron desde la prisión hasta la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Centro Médico Schuylkill en Pottsville, Pensilvania.

Según información de colectivos solidarios, aunque su glucosa ha disminuido, Mumia continúa débil. A los familiares que pudieron visitarlo después de múltiples obstáculos, el activista les informó que antes de que ellos llegaran los médicos le aplicaron doble dosis de insulina, probablemente para que lo vieran mejor, pero no lo ha visto ningún especialista y las sobredosis de insulina podrían afectar más su salud.

La organización “Campaña para Llevar a Mumia a Casa”, de Nueva York, denunció que Mumia se ha sentido mal desde enero pasado. “Si hubiera recibido la atención necesaria, no estaría en esta situación. Esta crisis muestra el problema de la falta de servicios de salud en las prisiones de Estados Unidos, como una violación fundamental de los derechos humanos”.

El activista de la liberación negra lleva más de 32 años en prisión. Mumia Abu-Jamal fue detenido el 9 de diciembre de 1981 en Filadelfia, culpado del asesinato del policía blanco Daniel Faulkner. La acusación vino de los mismos policías que lo habían vigilado desde sus días con los Panteras Negras en los años sesenta.

Mumia fue condenado a muerte bajo las órdenes del juez Albert Sabo, miembro vitalicio de la Orden Fraternal de Policías. Es conocido el episodio donde Sabo dijo a un colega que le ayudaría a “freír al negro”. Desde el año 2011, Mumia Abu-Jamal no está condenado a la muerte rápida por inyección letal, sino a la muerte lenta en prisión bajo una sentencia de cadena perpetua.

En la fotografía más reciente Mumia aparece de pie, pero la mayor parte del tiempo se encuentra en una silla de ruedas, informaron sus familiares.

El jueves 2 de abril, Mumia trató de ir al baño de la enfermería, pero debido a su debilidad no fue capaz de sostenerse y permaneció por más de 45 minutos en el suelo, sin que ningún médico o guardia de seguridad le ayudara. Para su familia es claro que el sistema carcelario estadunidense “lo quiere matar lentamente”.

El hermano de Mumia, Keith Cook, declaró que “las regulaciones en las prisiones son muy arcanas. No dan información sobre los presos a sus familiares ni a nadie más. Es como si tus manos fueran atadas porque no sabes nada del estado del preso y no tienes manera de platicar con él. Me acuerdo que hace un mes, Phil África estaba haciendo ejercicios en el jardín de la prisión, luego lo llevaron a un hospital y no informaron a su familia de su paradero. Tres días después, estaba muerto. Esto da miedo”.

Mumia, denuncian sus familiares, está sufriendo tortura del Departamento de Correcciones por negligencia médica, pues le dieron el medicamento equivocado, lo cual empeoró su condición.

Cabe señalar que los presos que están en la misma cárcel y han cuestionado lo que le ha ocurrido a Mumia, han sufrido represalias por parte del superintendente, a tal grado que los han apartado del ex Pantera Negra con el fin de ocultar información al público.

Gloria Muñoz Ramírez, con información de Amigos de Mumia México