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Los briozoos producen frustraminas, que inhiben enzimas del sistema colinérgico

Prueban sustancia de animales marinos contra el Alzheimer

En el Cinvestav desarrollaron un método para sintetizar el compuesto en el laboratorio a fin de no afectar el hábitat de esos seres, ya que en los tratamientos se requieren varias toneladas de ellos

 
Periódico La Jornada
Jueves 16 de abril de 2015, p. 2

Los esfuerzos por crear nuevas terapias contra el Alzheimer han llevado a los científicos a buscar alternativas en distintos ambientes, incluso en el mar. Integrantes del Departamento de Química del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) desarrollaron métodos de síntesis de compuestos generados por los briozoos, animales marinos con apariencia de musgo.

Estos seres producen frustraminas, sustancias que inhiben enzimas reguladoras del sistema colinérgico que, a su vez, se relaciona con procesos de memoria y aprendizaje.

Su propósito es realizar estudios biológicos detallados sin afectar el equilibrio ecológico de ecosistemas frágiles, como es el hábitat de los briozoos.

Según Martha Sonia Morales Ríos, responsable de la investigación en el Departamento de Química del Cinvestav, durante el proceso de degeneración neurofibrilar que caracteriza a la enfermedad de Alzheimer se presenta una disminución notable en los niveles de neurotransmisores colinérgicos, lo que se ha relacionado con la pérdida de neuronas colinérgicas en regiones del cerebro involucradas en los procesos de memoria y aprendizaje.

Por ello, hasta ahora los únicos tratamientos farmacológicos que se administran para la mejora cognitiva de los pacientes son los llamados fármacos colinérgicos. De allí la importancia de sintetizar las frustraminas en el laboratorio.

Al contar con pocos gramos de las frustraminas puras, que representan varias toneladas del organismo marino (briozoos), está en la posibilidad de continuar realizando estudios biológicos detallados, con la posibilidad de ampliar las investigaciones a otros blancos terapéuticos en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer, apuntó Morales Ríos.

Hacia otras líneas de estudio

Los fármacos colinérgicos retrasan la evolución de los síntomas del mal, pero no actúan sobre las lesiones cerebrales, que siguen su evolución. Por ello, los científicos confían en encontrar nuevas líneas terapéuticas orientadas a limpiar los depósitos de proteína beta-amiloide que se acumulan en el cerebro de los pacientes con Alzheimer, desarrollando una nueva serie de fármacos conocidos como los inhibidores de beta-sacretasa.

Ese es el efecto que buscamos que tengan las frustraminas obtenidas por síntesis química o la de sus análogos, por lo que continuamos realizando estudios biológicos, en colaboración con el Departamento de Farmacología del Cinvestav. Los resultados de esta investigación son, sin duda, de interés para la industria farmacéutica, concluyó la investigadora.