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Desde hace 50 años locutores dan avisos y noticias con altavoces

Tocadisco, medio de comunicación tradicional en el istmo para rescatar la lengua zapoteca
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El indígena Juan Turu es uno de los tres locutores comunitarios que fomentan la conservación del la lengua zapoteca en OaxacaFoto Foto Diana Manzo
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 20 de abril de 2015, p. 31

Juchitán, Oax.

Para los males, bondades, antojos, felicitaciones y hasta la política: los tocadiscos. Así llaman a los altoparlantes en los pueblos indígenas, presentes desde hace más de medio siglo como medio de comunicación tradicional y para mantener vivo el zapoteco, la lengua materna.

El gallo no ha dado la bienvenida al nuevo día con su canto cuando las voces de las mujeres y de los hombres comienzan a escucharse por las bocinas de los tocadiscos. El primer comunicado en lengua materna es: ¡Muy buenos días, mi gente!

Ta Tomás Villalobos (Tomás Villalobos López), de 82 años; Juan Turu (Ramón Ruiz Alvarado) de 79, y Ta Piper (Carlos Ramírez Santiago), de 69, son tres voces que a diario simulan el despertador de los pueblos indígenas. A las 6 de la madrugada comienzan a clasificar y dar los avisos a todos los ciudadanos.

Ta Tomás Villalobos y Juan Turu, originarios de Unión Hidalgo, y Ta Piper, de la séptima sección de Juchitán, apenas concluyeron el cuarto grado de primaria y tienen algo más en común: su labor para el rescate cotidiano del zapoteco. Los mensajes que se leen cada mañana llegan en castellano, pero ellos los traducen a la lengua materna.

Ta Tomás está agradecido con su actividad de comunicador comunitario, alentada con el altoparlante; con ella ha mejorado su escritura en castellano y zapoteco. Ta Piper traduce todos los textos a zapoteco, y Juan Turu ha perfeccionado las palabras en su lengua materna para expresar cada aviso o felicitación al aire.

El altoparlante existe en todos los pueblos del istmo, principalmente los zapotecos. Son aproximadamente entre 150 y 180 tocadiscos en todo el istmo de Tehuantepec. Este medio comunitario sirve a niños y jóvenes para que escuchen a diario las palabras y las canciones en su lengua materna.

La gente me trae sus textos en castellano y yo los traduzco al zapoteco. Para esto me he preparado leyendo más diccionarios, poemas, canciones, porque cada palabra en zapoteco debe darse tal cual, sin modismos. Todos estos detalles los checo antes de tomar mi micrófono y mover la bocina de oriente a poniente o de norte a sur, detalla Ta Piper.

Juan Turu explica que cada vez que informa al aire del fallecimiento de un vecino o de una celebración luctuosa, comienza con una melodía que, desde que inició con su altoparlante, lo identifica para dar ese tipo de mensajes.

A Ta Tomás lo distingue su micrófono, que tiene casi medio siglo. Lo adquirió en 1959, relata, y siempre lo acompaña cuando emite un mensaje al aire. Comenzó a dar anuncios, sin luz eléctrica en la comunidad. Trabajaba entonces por medio de una planta de luz, con el uso de gasolina. Hasta 1968, por gestiones del alcalde de Unión Hidalgo, José Cruz Cartas, se introduce la energía eléctrica en este municipio.

Hoy, el altoparlante con que anuncian eventos religiosos, la boda de un amigo, celebraciones y antojitos se compone de un amplificador, un micrófono, bocinas y un reproductor de discos. Su mantenimiento y cuidado es diario.

En las comunidades Unión Hidalgo y Juchitán se han fijado horarios para el uso del altavoz. Ahora ocasionan molestias a los vecinos porque las bocinas tienen gran alcance; el mayor emite a 150 vatios de potencia.

Las quejas aumentaron y las autoridades ecológicas y municipales establecieron como horario para el uso de altavoces, de las 6 a las 9 horas, y de las 12 a las 19:30 horas. Los defensores de la lengua zapoteca comentan que pese a los horarios fijos, “nosotros no trabajamos con el famoso horario de verano, sino con el de Dios.

Nuestros clientes ya lo saben. Algunos nos contratan por semana, otros pagan diario. Cada aviso cuesta entre 15 y 20 pesos. En temporada de campañas políticas nos traen avisos e invitaciones. Hemos sido de gran ayuda para la permanencia de la lengua materna, porque todos los avisos se dan en zapoteco”, expresan.

Los tres coinciden en que el trabajo del altavoz es celoso: cuidan la garganta, no toman agua fría, y a diario la lubrican con miel y limón o con algún ungüento de eucalipto.