Opinión
Ver día anteriorLunes 20 de abril de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Hillary Clinton, candidata
N

o hubo sorpresa cuando Hillary Clinton anunció su propósito de obtener la nominación del partido demócrata en la próxima campaña para la presidencia de Estados Unidos. Desde hace meses la prensa estadunidense le prestaba especial atención a cada una de sus actividades, no sólo por su calidad política, sino por considerarla como la probable sucesora de Barack Obama en la presidencia.

La publicación reciente de sus memorias acrecentó esa atención y dio lugar a que los medios estadunidenses empezaran a comparar el nivel de popularidad de los posibles candidatos republicanos con el de la señora Clinton.

La semana pasada confirmó su entrada a la carrera por la presidencia y ahora empezará la especulación sobre quién pudiera ser su rival para representar al Partido Demócrata en la elección presidencial. Cada declaración y movimiento suyo será motivo de análisis, suspicacias y crítica por parte de apoyadores y denostadores. A las sistemáticas críticas de los legisladores de los republicanos durante el tiempo que fungió como secretaria de Estado por su supuesta responsabilidad en la muerte del embajador estadunidense en Bengasi, en un atentado terrorista a la embajada en esa ciudad, ahora se han sumado otras, como el uso de su correo electrónico personal para comunicaciones que se alegan fueron oficiales. Es de esperarse que lo siguiente sea un escrutinio sobre su vida personal.

Pero lo que realmente dará paso a las cuestiones de fondo será la estructuración de su plataforma política, que al fin y al cabo es la que realmente importa a la opinión pública. Será su visión sobre la ruta que el país tomará en los próximos años en torno a la cual los ciudadanos optarán cuando depositen su voto en noviembre de 2016. Lo demás es, o debiera ser, accesorio y prescindible en una carrera en la que está de por medio el destino de la nación.

Por lo pronto, una de las señales que la señora Clinton ha enviado en ese sentido es el nombramiento de la abogada afroestadunidense Maya Harris como parte del equipo que definirá su perfil de política durante la campaña en las elecciones primarias. Las tesis de la señora Harris, por la que según algunos comentaristas de prensa fue nombrada, es que los políticos en general han ignorado uno de los sectores con más rápido crecimiento entre los electores: las mujeres de color, y quien quiera ganar una elección no puede ignorar esta realidad y debe tomar en cuenta las necesidades de esa población.

Al parecer la señora Clinton así lo entendió en su afán de integrar o preservar la gran coalición que permitió a Obama ganar dos veces la presidencia, en la cual el sector de mayor crecimiento fue el de las mujeres afroestadunidenses. También es interesante advertir que entre las gráficas que la señora Harris incluye en su ensayo está el rápido incremento de las votantes latinas, incluso por arriba de los hombres del mismo origen.

Empieza ahora un largo camino en el que cada paso que dé la señora Clinton será examinado con especial atención y seguramente sin mucho comedimiento.