Deportes
Ver día anteriorMartes 21 de abril de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Deja para la posteridad sus brillantes actuaciones con la selección mexicana

Cuauhtémoc Blanco se retira del futbol sin un sucesor a la vista

Su despido como jugador, hoy frente a las Chivas en la final de la Copa Mx

Cambia el balompié por la política

Con el América, uno de sus 11 equipos, pasó del amor al odio

Foto
Cuauhtémoc Blanco, de 42 años, puede despedirse como campeón si esta noche el Puebla vence al Guadalajara en la final de la Copa MxFoto Jam Media
 
Periódico La Jornada
Martes 21 de abril de 2015, p. a13

Se retira de las canchas, pero deja para la posteridad la cuauhtemiña, los goles anotados con la joroba, el festejo del perrito que orina en la portería rival, la técnica para bajar el balón con una nalga, su pose burlona y triunfal recostado frente a Ricardo LaVolpe, el pleito monumental que provocó en el partido frente al Sao Caetano, su salida en camilla tras la patada que le propinó el trinitario Ansil Elcock y, sobre todo, el festejo de arquero medieval que copió a Kiko Narváez, ex jugador del Atlético de Madrid.

Más de 20 años de carrera se fueron como un suspiro; sin embargo, Cuauhtémoc Blanco Bravo (17 de enero de 1973, ciudad de México) deja una huella indeleble en la historia del futbol mexicano, sin un sucesor claro a la vista. El jugador, oriundo del barrio de Tepito, criado por la abuela materna en Tlatilco y descubierto por Ángel Coca González, jugará este martes su último partido: la final de la Copa Mx ante las Chivas.

Tras un fugaz paso por las fuerzas básicas de las Águilas, donde de inmediato sobresalió, Cuau debutó en diciembre de 1992, fue puesto al lado de estrellas consagradas, con Zague a la cabeza; en el banquillo estaba Miguel Ángel Zurdo López. Me sentí muy nervioso, quería hasta llorar, me temblaban las patitas, y pensaba: a ver si no me equivoco, recordó sonriente el 10 hace un par de años en entrevista con ESPN.

En las canchas el Temo fue víctima de su carácter indomable, pero también lo impulsó a realizar sus máximas hazañas. Brilló con luz propia en la era de Leo Beenhakker y se elevó a la altura de los africanos François Omam Biyik y Kalusha Bwalya.

Las estrellas son caprichosas, los superdotados se cuecen aparte, y eso los aferrados a disciplinas casi de tipo militar nunca lo entienden. Los roces con la directiva americanista pronto comenzaron y en una especie de castigo el mediocampista fue enviado al Necaxa en el torneo Invierno 1997, donde permaneció un año y paladeó el morboso placer de anotarle a su ex equipo, un América al que hoy odia y desdeña justo porque lo ama como a ninguno otro de entre los 11 clubes en que militó.

Con las Águilas debutó y estuvo hasta 1997. Su segunda etapa fue de Invierno 98 a Verano 2000, y tras dos años en el Valladolid regresó al nido del Apertura 2002 al Clausura 2007. Era tanta la mutua atracción América-Cuau, que luego de un torneo con Veracruz (el Apertura 2004) vivió su cuarta estadía en Coapa, y por fin pudo alzar la copa, su único título de liga en el máximo circuito en el Clausura 2005. Salió del equipo en el torneo Clausura 2007 para no volver.

Etapa en la selección

El Cuau debutó en el Tri bajo las órdenes de Bora Milutinovic en 1996, ganó la Copa Oro 1996 y 98, así como la Copa Confederaciones 1999. Participó en los mundiales Francia 1998, Corea-Japón 2002 y Sudáfrica 2010; en todos marcó gol. Fue el gran ausente en Alemania 2006 porque el técnico Ricardo LaVolpe hizo caso omiso del clamor popular y lo marginó de la lista.

Blanco marcó un hermoso gol en Francia 1998 y patentó ante el mundo la cuauhtemiña. Su anotación de alto grado de dificultad parecía imposible, pero logró conectar el balón con la pierna zurda para el 2-2 ante Bélgica. El tanto fue utilizado en los espots de la televisión local para promover el torneo.

En las eliminatorias para Corea-Japón sufrió la artera patada propinada por Elcock y estuvo en España convaleciente.

De su paso por el Valladolid queda el recuerdo del golazo que le anotó al Real Madrid y que con el 1-1 rompió la quiniela de propios y extraños; sus compañeros en vez de felicitarlo lo regañaron porque habían acertado 15 de 16 resultados en los pronósticos, y todos habían apostado a que ganaban los merengues.

En el torneo Clausura 2004, al finalizar su tercera etapa con la playera amarilla, fue iniciador de una batalla campal en el partido de la Copa Libertadores tras quedar eliminados frente el Sao Caetano. El Cuau fue inhabilitado un año por la Conmebol.

Parecía el declive. Hasta el timonel del Tri, el sueco Sven-Göran Eriksson, ideó un homenaje para su retiro: un partido en Chiapas en septiembre de 2008. No obstante, el rebelde jugador volvió a enfundarse la casaca verde en junio de 2009 para, a sus 37 años, echarse el equipo al hombro. Fue pieza clave para lograr el boleto a Sudáfrica 2010, donde le anotó a Francia.

Hubo otros amores fugaces, pero importantes, como el Chicago Fire y Santos Laguna. No desdeñó la división de Ascenso y jugó para Dorados de Sinaloa, Irapuato y Lobos BUAP hasta que Rubén Omar Romano lo rescató para llevarlo al Puebla. El sábado 24 de enero, en el América-Puebla el Coloso de Santa Úrsula le rindió un conmovedor y merecido tributo; la afición americanista se postró a los pies del último ídolo del futbol mexicano. El Cuau ya juega en otras canchas, en las de la política, como aspirante a la alcaldía de Cuernavaca.