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Expresa que a la fecha no conoce la acusación que se le hizo

Lamenta Coria, ex director del CUEC, que no pudo defenderse

En reunión con Teresa Uriarte le plantearon: renunciar o ser cesado

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José Felipe Coria, ex director del CUEC, en imagen de archivoFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Miércoles 22 de abril de 2015, p. 17

Cuatro días después de que José Felipe Coria presentó su renuncia a la dirección del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM –tras la acusación de un grupo de estudiantes de presunto abuso de autoridad y violencia de género–, sigue sin conocer los términos de las acusaciones en su contra.

En entrevista, el cineasta Coria manifestó que sólo se ha enterado a través de redes sociales y medios de comunicación de esos señalamientos, que lo orillaron a dimitir de una forma muy violenta del cargo.

Explicó que el viernes pasado, 10 minutos antes de la una de la tarde, un grupo de estudiantes del centro llegó hasta la dirección y le entregó un documento de unas cuantas líneas y sin firmas en el que señalaban que se tomaría esa oficina en solidaridad con una alumna (posteriormente supo que se trataba de una chica de origen español) y por otras situaciones parecidas.

Antes de dejar las oficinas, pudo hacer varias llamadas y recurrió a la Oficina del Abogado General de la UNAM, a cargo de César Astudillo, y con su jefa directa, la coordinadora de Difusión Cultural, Teresa Uriarte.

Luego de una larga tarde, el cineasta fue citado a una reunión con Uriarte y un representante de la Oficina del Abogado General en el piso 9 de la torre de la rectoría, y aun cuando en discusiones previas se le había dicho que el problema se solucionaría, en ese último encuentro le pidieron su renuncia.

En ese momento no sabía quién me acusaba, no sabía que se trataba de esta alumna (española). Pese a tener pruebas y asegurar que yo no era culpable, me dieron dos opciones: o renunciaba o me cesaban. Parecía una decisión tomada. No se me dejó hacer una defensa mayor. Yo lo vi muy perdido, no sabía si el rector (José Narro) estaba enterado, si había algún apoyo. Me sentí completamente solo. Por eso decidí que me iba, dije que si era lo mejor para la institución, pues renunciaba.

Lamentó que no se le haya dado derecho a defenderse. Cuando hay acusaciones graves tendría que llegar un citatorio, por ejemplo, si hubiese actuado la Defensoría de los Derechos Universitarios, debieron citarme, y siempre se da un plazo para contrargumentar. Pero mi caso fue distinto, no se me informó y sigo desconociendo (oficialmente) de qué se me acusa. (Los funcionarios) sólo me dijeron que había una queja, pero hoy a esta hora (martes por la tarde) no conozco el contenido de la misma.

El CUEC ha sido parte de la vida de Coria, quien lleva 35 años dentro de la institución (cinco como estudiante y casi 30 como académico). En mi expediente dentro de la escuela no tengo ningún antecedente similar. Dijo que estas acusaciones no sólo lo han dañado a él, sino a su familia, por lo que se siente dolido por la situación.

Los señalamientos de la estudiante española, de acuerdo con lo publicado en varios medios informativos, son que aparentemente Coria intentó quitarle los derechos sobre una película de su autoría que graba en España, que le negó un permiso para regresar al CUEC y que el ex director se opuso a darle un permiso para trabajar en Tv UNAM.

El ex funcionario aclaró que la estudiante trabaja en un proyecto personal en coproducción con la Escuela de Cine Audiovisual de la Comunidad Autónoma de Madrid, pero debido a que es alumna del CUEC se necesita establecer un convenio para que la UNAM forme parte de los derechos. Lo del permiso para que regrese a la escuela, debido a que solicitó ausentarse por un año, no me corresponde a mí, sino al Consejo Asesor (órgano de representación y decisión). Mientras que para su ingreso a la televisora universitaria se le intentó orientar que debía cumplir requisitos tanto de las normas de la institución como de la Ley Federal del Trabajo, particularmente referentes a la contratación de extranjeros.

Coria calificó la manera en que se dio su salida del CUEC como agridulce, y es que en dos años y medio como director había concretado algunos de los históricos anhelos de la comunidad: una sede en Ciudad Universitaria, que los estudios en el centro se convirtieran en licenciatura y la homologación de los estudios de generaciones pasadas para obtener el título correspondiente. Actualmente trabajaba en el proceso para convertir esta entidad en la Escuela Nacional de Cinematografía.