Sociedad y Justicia
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El fenómeno se define por la mayor distancia entre cada cresta

El mar de fondo se combinó con marea viva y fuertes oleajes, explican expertos
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Familias de los poblados de Carrizalillo y Playa Azul, en el municipio de Coyuca de Benítez, Guerrero, fueron llevadas a albergues debido a que sus casas y negocios resultaron afectados por el fenómeno natural llamado mar de fondo. Los evacuados rescataron en lanchas algunas de sus pertenenciasFoto Javier Verdín
 
Periódico La Jornada
Jueves 7 de mayo de 2015, p. 39

El fenómeno de mar de fondo que se presenta desde el sábado en costas del Pacífico mexicano se explica por la larga distancia entre las crestas de las olas, lo que genera gran acumulación de agua entre una onda y otra, generando que al tocar tierra el mar penetre varios metros, explicaron investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

David Salas de León, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, indicó que este fenómeno se originó en la mitad del Pacífico, a miles de kilómetros de las costas nacionales, debido a las tormentas de invierno en el hemisferio sur. Su característica es que al haber tanta distancia entre las olas –de entre 200 y 300 metros, cuando comúnmente es de 25 a 50– hay gran acumulación de agua que al tocar tierra se extiende más allá de la costa.

Son olas muy grandes que se forman por tormentas lejanas. Lo que estamos viendo ahorita es el resultado de una tormenta que se formó a la mitad del océano Pacífico. Son olas muy rápidas y largas que mueven mucha agua. Se le ha llamado mar de fondo porque pareciera que estas grandes olas salen debajo del mar y superan a las olas cotidianas al ser mucho más grandes.

El académico explicó que todos los años hay mar de fondo, pero en esta ocasión –el que se dio en México— se combinó con mareas altas vivas y oleaje muy fuerte. La suma de estos tres factores es lo que provoca que se tenga un nivel del mar extraordinario, que se desbordó más allá de las costas.

Jorge Zavala Hidalgo, del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM y colaborador del Servicio Mareográfico, refirió que hay un monitoreo constante de este tipo de fenómenos para evitar daños más allá de los materiales.

Explicó que este oleaje se produce en sitios muy remotos, a miles de kilómetros de distancia y la longitud de onda entre cada cresta es muy amplia.

El oleaje habitual, dijo, es causado por el viento y poco a poco va creciendo hasta alcanzar un equilibrio con la condición del viento que las ha generado. En el caso de las olas del mar de fondo son ocasionadas por sistemas meteorológicos de gran tamaño, en los cuales el viento es intenso y varias fuentes soplan en la misma dirección, generando la larga distancia entre una ola y otra y una altura muy superior a las comunes.

Una vez que se forma ese oleaje y sale de la zona de influencia, donde está el viento, puede seguir viajando miles de kilómetros con muy poca disipación ya que casi no tiene fricción con el fondo. Son olas muy largas y, cuando una entra a tierra avanza mucho más allá de la zona típica de rompientes, eso genera que la que viene detrás también se desplace tierra adentro inundando las zonas costeras.

Debido a que son fenómenos que se pueden pronosticar con tiempo, las afetaciones son más materiales que humanas. Además, aclaró, si hay embarcaciones en altarmar éstas no se ven dañadas ya que mar adentro la oscilación es relativamente común.

Salas de León, por su parte, recomendó estar atentos a las indicaciones de protección civil o de instancias como la Secretaría de Marina y la policía a fin de evitar pérdidas humanas y reducir el daño material.