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El pensador estadunidense envió una ponencia al seminario del EZLN en Chiapas

La votaciones pueden minimizar el daño de la derecha, dice Immanuel Wallerstein
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 9 de mayo de 2015, p. 13

San Cristóbal de las Casas, Chis.

El sociólogo e historiador estadunidense Immanuel Wallerstein afirmó que se deben usar defensivamente las tácticas electorales y, aunque es claro que las victorias en las votaciones no transforman el mundo, también es verdad que no deben ser menospreciadas, porque pueden ser un mecanismo esencial para proteger las necesidades inmediatas de las poblaciones contra la pérdida de beneficios ya adquiridos.

Esas batallas electorales, agregó, deben ser desarrolladas en la lógica de minimizar el daño que pueda aún infligir la derecha global por la vía del control de los gobiernos de todo el planeta.

En una ponencia que envió por escrito al seminario El pensamiento crítico frente a la hidra capitalista, organizado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que se lleva a cabo en esta ciudad, sostuvo que no debemos despreciar estas batallas, porque todos vivimos y sobrevivimos en el presente y ningún movimiento puede decirle a la gente que la sobrevivencia en el corto plazo no es relevante.

Aclaró que ello implica que las tácticas electorales sean asumidas exclusivamente como asunto pragmático, pues ninguno de nosotros debe pensar que conquistar el poder del Estado es un modo de transformar realmente el mundo; pero la decisión de cuál es en cada caso la opción menos mala debe de ser analizada caso por caso y momento por momento.

En su ponencia Los movimientos antisistémicos y el futuro del capitalismo, leída y traducida por el científico social Carlos Antonio Aguirre Rojas, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, dijo que esta decisión depende en gran parte del sistema electoral de que se trate. Un sistema en que el vencedor se queda con todo debe ser confrontado de manera diferente a uno en el que existen dos vueltas o a uno de representación proporcional.

Añadió: “Hay diferentes tradiciones partidarias o subpartidarias dentro de la izquierda global y, aunque la mayoría son reliquias de una era anterior, mucha gente sigue votando de acuerdo con esas tradiciones.

Entonces, si las elecciones estatales son sólo un asunto pragmático, es crucial crear alianzas que respeten estas tradiciones buscando el 51 por ciento que pragmáticamente hablando cuenta mucho. Pero es muy claro que no saldremos nunca a brincar de gusto en las calles cuando logremos vencer en esas elecciones estatales, pues la victoria electoral no es otra cosa que una simple táctica defensiva.

Tras aseverar que se debe presionar hacia una mayor democratización, Wallerstein manifestó que “por lo menos durante los dos últimos siglos, lo que los movimientos de izquierda y el pueblo han demandado más clamorosamente de los estados puede resumirse en la palabra ‘más’: más educación, más salud, más ingresos que garanticen un cierto nivel de vida, y estas demandas no sólo son populares, sino inmediatamente útiles en la vida diaria de la mayoría”.

Expuso que “la conquista de esos ‘más’ reduce las posibilidades de la acumulación incesante del capital, por lo que “estas demandas deben ser sostenidas continuamente, pues aquí nunca se alcanzará el punto del ‘demasiado’”.

Es crucial que los movimientos populares frente a los gobiernos de centro, centroizquierda, a veces llamados progresistas que ellos mismos han elegido, no les perdonen la satisfacción de estas demandas por más salud, más educación, más ingreso, porque el hecho de que se trate de un gobierno amistoso y no de un gobierno abiertamente de derecha, no significa que debemos bajar los brazos y detener nuestro combate.

Por el contrario, continuó, presionando a esos gobiernos amistosos o amigos obligamos a las fuerzas de oposición de la derecha a verse hacia una posición de centroizquierda, y si no los presionamos empujamos a esos gobiernos de centroizquierda hacia posiciones de centroderecha.

De 84 años, Wallesterein dijo que los movimientos antisistémicos están en medio de una feroz lucha en torno de lo que puede ser nuestro futuro, pues el sistema mundo capitalista se encuentra en la fase de sus crisis estructural.