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El circuito interior... aborda los cambios que han sufrido el país y la ciudad

Francisco Goldman echa un vistazo casi ingenuo a México

El nuevo libro lo ayudó a superar un duelo: Dejarme ahí no fue difícil; eso es escribir: exponerte

El dolor es el alma secreta de esta nación y de Centroamérica: trauma

La presentación del volumen será el 28 de mayo, con la presencia de Juan Villoro

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“Cuando estuve con las madres del caso Heaven, veía cómo lloraban y sabía qué sentían, porque no es tristeza, es terror”, recordó en entrevista el escritor y periodista estadunidenseFoto Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Domingo 17 de mayo de 2015, p. 2

En el verano de 2012 un extranjero enamorado de la ciudad de México decide aprender a manejar en sus caóticas calles como una forma de ayudarse a salir del duelo por la muerte de su esposa, ocurrida en 2007. Ese fue el origen de El circuito interior: una crónica de la ciudad de México, en el que Francisco Goldman habla no sólo de ese proceso, sino de los cambios que han ocurrido en la ciudad y en el país: desde el movimiento estudiantil #YoSoy132, y los casos violentos en Tlatlaya y Ayotzinapa, así como los sacudidones políticos, la corrupción. La violencia.

–Este libro no es sólo una crónica de la ciudad de México, es una crónica de lo que ocurre en todo el país.

–Sí, y de mi vida. Creo que es una crónica de qué pasaba en un país observado de manera casi ingenua, muy de cerca, por alguien que vive aquí, pero no es experto en política ni nada, que poco a poco se da cuenta de qué está pasando y que las cosas están cambiando. También me di cuenta de que es un libro de cómo salí del duelo, del papel que jugó la ciudad de México en esa salida, en ese despertar.

El escritor y periodista estadunidense recuerda que en 2012 lo primero que le hizo pensar que algo estaba pasando, que algo estaba cambiando, fue el movimiento #YoSoy132, que nació tras la visita de Enrique Peña Nieto a la Universidad Iberoamericana. “Los chavos vieron muy bien qué iba a significar que un hombre así llegaría a la Presidencia.

“Atenco fue la consigna ese día. Mucha gente me dice: ‘Mira, la estrategia aquí es que esas cosas se olviden’. Ahora vemos esa estrategia con los 43 estudiantes desaparecidos. Pero los jóvenes demostraron que esas cosas no se olvidan, y ese día la consigna fue Atenco, y en algunos años sin duda será Ayotzinapa o tal vez otros casos, porque existe esta increíble sed de justicia; hay una indignación, un deseo enorme, esto también es muy importante, todos quieren tachar a esos jóvenes como amloístas, de izquierda dura, y no es eso, lo veo como una expresión de vivir en una sociedad moderna.”

Fue en 2012 cuando él también tocó fondo. Había pasado un lustro desde la muerte de Aura (toda su historia la compartió en el libro Di su nombre). Fueron cinco años muy duros.

–¿La escritura no ayudaba?

–La escritura es muy solitaria, terminaba de escribir en el día, pero llegaban la noche y la soledad. La tremenda pérdida de Aura fue una tragedia que definió mi vida. Uno convive con esa pérdida siempre, me acabo de casar de nuevo, al fin estoy mucho mejor, pero para mí aquí es la semilla del libro de cierta manera, porque llegando a 2012 quería abrirme otra vez a la vida.

–Escribió Di su nombre y este libro pensando mucho en Aura, ¿qué tan difícil fue exponerse en ese nivel?

–La escritura siempre es difícil. Dejarme ahí no fue difícil. Eso es escribir: exponerte. Me sorprende que me expusiera tan poquito en las novelas anteriores. No entiendo a quien no se puede reír de sí mismo, si no puede ver el humor en las peores cosas que pasan. Reír de ti mismo es una cosa fundamental y no tener vergüenza de las cosas que te suceden, porque la vida es absurda.

–¿Se acabó la literatura del dolor?

–No. Creo que nunca. Sólo he descubierto qué tan presente está el dolor en todos. Creo que mi escritura siempre ha tenido relación con un dolor, la diferencia es que escribía viéndolo desde fuera. Perder a quien es el centro de tu vida, de un momento al otro, y saber que nunca la vas a ver, eso es trauma, eso te mete en el mundo del trauma. Me di cuenta de cuántos miles de mexicanos y centroamericanos conviven con ese trauma, y sabes que eso es el alma secreta de México y Centroamérica: trauma.

Cuando estuve con las madres del caso Heaven, veía cómo lloraban y sabía qué sentían, porque no es tristeza, es terror. Y eso es lo que viven miles de familias. Eso es trauma. El presente se convierte en abismo. Para mí sigue siendo un tema súper importante que quiero seguir explorando.

El circuito interior…, publicado por el sello Turner, se presenta el 28 de mayo en la librería Mauricio Achar, a las 19 horas, con la presencia del escritor Juan Villoro y la editora Diana Hernández.