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El Senado, obligado a avalar ley de minisalarios
 
Periódico La Jornada
Miércoles 20 de mayo de 2015, p. 17

El PRD en la Cámara de Diputados consideró que el Senado tiene la obligación de aprobar la minuta que separa el salario mínimo de multas y créditos, para permitir su aumento, y si no lo hace obstruiría una política de sueldos que mejore la precaria situación de los trabajadores y sus familias.

Sin una política que mejore los salarios reales, impulso industrial y agrícola consistente, así como gasto público e inversión crecientes, con recortes y más austeridad presupuestal, la economía seguirá estancada, afirmó el coordinador del PRD, Miguel Alonso Raya.

Hasta ahora, dijo, el gobierno federal y los empresarios asumen que al anclar o congelar los salarios incentivan la inversión, la productividad, la ganancia y la eficiencia de los mercados, pero luego de tres décadas de reformas estructurales, es evidente que esa política salarial sigue siendo una gran equivocación.

La minuta respectiva, insistió, no puede quedarse en el Senado, porque es urgente una estrategia de recuperación salarial, pues el poder adquisitivo de los sueldos para la clase trabajadora ha sufrido una pérdida de 75 por ciento entre 1980 y 2014.

En esta época, desde que dieron inicio las reformas estructurales, México congeló las percepciones reales de los trabajadores, al considerar que esta variable es consustancial al modelo, pero el salario mínimo en México se estancó y es de los más bajos de América Latina y del mundo, expuso.

Asimismo, refirió que según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, el precio de la canasta alimenticia recomendable es de más de 200 pesos, por lo que con el salario actual de 70.10 pesos una familia debe trabajar al menos 25 horas para comprarla.

Con todos estos indicadores, vemos que el camino para que más mexicanos lleguen a la pobreza se acorta todos los días, resaltó.

México pasó de un país con grandes expectativas a una situación preocupante y de incertidumbre, que detiene el crecimiento y dejó de lado la posibilidad de mejorar el poder adquisitivo de los salarios y la generación de empleos de calidad, suficientes y bien remunerados, advirtió.