Sociedad y Justicia
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El submundo del trabajo, la explotación
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Maquiladora ubicada en Xicohtzinco, TlaxcalaFoto La Jornada
 
Periódico La Jornada
Lunes 25 de mayo de 2015, p. 36

Hay todo un submundo laboral en el país, en el que las personas padecen las peores condiciones de trabajo. Las costureras, lo mismo que quienes están en fábricas textiles, maquiladoras, productoras de plásticos, distribución de alimentos, choferes, cargadores, gasolineros, vigilantes y muchos otros están en situación de explotación en México.

Son cientos de áreas en las que los patrones viven de la sobrexplotación de los trabajadores, de la mano de obra barata, como única forma de competir. Es un drama de personas de muchas ramas de la industria manufacturera, sustentadas en el valor marginal del trabajo, señaló en entrevista el abogado laboralista Arturo Alcalde.

Expuso que, por ejemplo, si hubiera otro temblor que derribara fábricas de ropa como en 1985, de sus escombros volverían a salir las costureras escondidas, en las mismas condiciones de trabajo hiperprecario de subsistencia.

Ellas, como trabajadores de muchas rubros, laboran ganando de uno a dos salarios mínimos al día. Están sin Seguro Social e Infonavit, y no les hacen aportaciones al Sistema de Ahorro para el Retiro. En muchos casos les cobran derecho de piso, como a cargadores y vigilantes, quienes para poder emplearse tienen que pagar a los dueños de empresas, establecimientos o dirigentes de ciertas zonas, una cuota diaria.

Así, la mano de obra barata, gratis e incluso la que paga para poder laborar es recurrente, que se ve con normalidad. Es el trabajo invisible y la explotación visible que es muy común en el país, y es el plus de los empresarios.

Es, subrayó, una realidad del mundo del trabajo. Pasan décadas y gobiernos, y las condiciones son igual de fregadas para sectores como el de las costureras, a cuyo sindicato democrático atacaron desde varios frentes hasta casi desaparecerlo. Entonces, los trabajadores mexicanos aguantan porque no hay empleos y son sometidos a jornadas extensas por salarios que no son aceptables en la mayor parte del mundo.

La moda son las renuncias en blanco, el intermediarismo, la contratación sin Seguro Social o en pequeñas empresas familiares, tallercitos. Sin condiciones de seguridad adecuadas, con sindicatos de protección. Es el submundo del trabajo, que está escondido y a la vista de todos, de los trabajadores invisibles, marginales. Que no están formalizados, sindicalizados ni reconocidos. Y no lo estarán, porque a los empresarios simplemente no les conviene, concluyó Alcalde.