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Muestran la invención de la arquitectura emocional en el centenario natal del artista

Inauguran magna retrospectiva dedicada a Mathias Goeritz

Mientras la escultura monumental Ataque o La serpiente de El Eco no regrese al museo experimental, una parte del edificio recuperado por la UNAM permanecerá cercenada, afirma Francisco Reyes Palma, curador de la exposición montada en el Palacio de Cultura Banamex

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Réplica de Ataque o La serpiente de El Eco, escultura de Mathias Goeritz (1915-1990), emplazada en el patio del recinto ubicado en Madero 17, Centro Histórico. La muestra en memoria del artista de origen alemán se abre hoy al públicoFoto Marco Peláez
 
Periódico La Jornada
Jueves 28 de mayo de 2015, p. 3

Mientras la escultura Ataque o La serpiente de El Eco, 1953 no regrese al lugar que ocupaba en el patio del Museo Experimental El Eco, una parte del edificio recuperado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) permanecerá cercenada, expresó Francisco Reyes Palma, curador de El retorno de la serpiente: Mathias Goeritz y la invención de la arquitectura emocional, retrospectiva inaugurada anoche en el Palacio de Cultura Banamex.

Para el especialista en el concepto de arquitectura emocional –eje de la muestra– planteado por Goeritz (1915-1990) es fundamental la relación serpiente/arquitectura, pues su diálogo es lo que produce esa emoción.

Respecto de por qué la escultura de la serpiente (actualmente en encuentra en el Museo de Arte Moderno) no ha regresado a El Eco, obra clave de la historia del arte mexicano, el curador lo atribuyó a un choque de conceptos museísticos.

Al recuperar el edificio, obviamente tiene que tener una función porque es un museo vivo. Sin embargo, emplear el patio como espacio de exhibición le resta a la obra como tal y se cercena una parte central y fundamental para entender la propuesta.

Aunque se rescató el inmueble, no se recuperó el concepto de arquitectura emocional, señaló Reyes Palma.

Obras urbanas en total abandono

Organizada por el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, donde se exhibió durante cinco meses, tiempo en que la vieron 130 mil personas, la magna exposición dedicada a Goeritz incluye unas 500 piezas –con el proyecto editorial suman 540–, así como un centenar de obras más que no se vieron en Madrid por diferentes motivos, como la falta de espacio.

En algunos casos se trata de piezas de remplazo de obras que no pudieron viajar a México por cuestiones de conservación, así como la restauración y el préstamo de una obra mural (sin título) del Instituto Goethe.

También se agregó un apartado, del total de 17, en torno al humor e ironía que Mathias Goeritz manejaba y se extendió la obra comprendida en el núcleo religioso.

La exposición por el centenario del nacimiento del artista de origen alemán, avecinado en México desde 1949, incluye escultura, pintura, gráfica, tapices, registros fotográficos de época, proyectos y maquetas, mobiliario, impresos, libros, documentos, material hemerográfico y manuscritos, además de apoyos audiovisuales en video.

Según Reyes Palma la relevancia de Goeritz proviene de su capacidad de quebrar los límites del arte al fusionar la arquitectura, la historia, las grandes religiones, el sentido del diseño, en su propia obra, y así obligar al espectador a repensar la historia del arte en un sentido menos de marginaciones y más desde la lógica de la diferencia.

El estudioso también mencionó varias obras urbanas de Goeritz en total abandono, como el pájaro amarillo, en Guadalajara, cuyo contexto cambió; La ruta de la amistad tuvo que ser desplazada para sobrevivir y el muro amarillo de la Unidad López Mateos, en Viveros de la Loma, estado de México, entidad que tiene un área cultural que en este caso no está haciendo su tarea.

Luego, al Museo Amparo

Cándida Fernández, directora de Fomento Cultural Banamex, encabezó la rueda de prensa, a la que asistieron Rosario Peiró, jefa del área de colecciones del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía; Ramiro Martínez, director del Museo Amparo, en Puebla, adonde viajará después; Ludwig Johannes, representante del Patronato de la Industria Alemana para la Cultura, y Cristina Gálvez, asesora del proyecto en México.

El acto inaugural contó con la presencia de José María Lasalle, secretario de Estado de Cultura del gobierno español; Viktor Elbling, embajador de Alemania en México, y Roberto Hernández Ramírez, copresidente del consejo directivo de Fomento Cultural Banamex, entre otros.

(El Palacio de Cultura Banamex se localiza en Madero 17, Centro Histórico.)