Sociedad y Justicia
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El rango de edad de quienes no estudian ni trabajan va de 16 a 29 años, según informe

En México, 7 millones de los 39 millones de ninis que hay en naciones de la OCDE

Este sector también afronta la mayor tasa de desempleo o sólo consigue contrato temporal

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Los millones de jóvenes que no estudian ni trabajan representan un inaceptable desperdicio de capital humano, además de que son muchos los que abandonan las aulas con poca experiencia laboral, destaca la OCDEFoto Pablo Ramos
 
Periódico La Jornada
Jueves 28 de mayo de 2015, p. 38

En los 34 países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) hay 39 millones de jóvenes de 16 a 29 años que no estudian ni trabajan, reveló el organismo internacional. En México, la cifra es de poco más de 7 millones.

Destaca que a escala global el número de afectados por esa condición se incrementó en 5 millones desde la crisis de 2008, lo que representa un inaceptable desperdicio de capital humano.

De acuerdo con el Programa para la Evaluación Internacional de las Competencias de los Adultos, 10 por ciento de los recién egresados de bachillerato tienen pobres competencias lectoras y 14 por ciento alcanza niveles bajos de habilidades matemáticas, mientras más de 40 por ciento de quienes abandonaron la preparatoria tienen bajos niveles de competencia en ambas asignaturas.

En el documento Perspectivas de las competencias en la OCDE 2015. La juventud, las competencias y el empleo, el organismo multinacional advierte que tal condición no sólo es una desgracia para este sector de la población, también es una inversión malgastada, pues las habilidades que adquirieron durante su educación no se emplean de forma productiva.

Además, advierte que esos jóvenes representan una carga potencial para sus países. Desde menor recaudación fiscal, pagos más elevados de seguridad social e inestabilidad social, la cual puede incrementarse cuando parte de la población se encuentra desempleada y afectada moralmente. Los jóvenes, afirma el texto, deberían ser un activo de la economía, no un potencial pasivo.

La OCDE destaca que son muchos los que abandonan las aulas con poca experiencia en el mundo laboral. En 22 países analizados se detectó que menos de 50 por ciento de sus alumnos están en programas de formación profesional y menos de cuatro de cada 10 asisten a programas de formación en su centro laboral.

Recordó que este sector de la población enfrenta la tasa de desempleo más elevada, pues se estima que un joven tiene el doble de riesgo de no tener fuente de trabajo en comparación con los adultos. A esto se suma que uno de cada cuatro que logran ingresar al mercado laboral obtiene un contrato temporal, mientras 12 por ciento está sobrecalificado para la labor que realiza.

Hacer frente a este escenario, del cual la OCDE reconoce que no se saldrá en los próximos años, en particular en las economías europeas, demanda que quienes egresen de la educación media superior y superior cuenten con una amplia gama de competencias cognitivas, sociales y emocionales.