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Para el cronista se terminó el ostracismo: Puebla es una ciudad más cosmopolita

La sicología del poblano, consecuencia de su realidad histórica y social: Palou

Los habitantes son muy reservados, resultado de un trauma que viene desde la fundación

Enviado
Periódico La Jornada
Viernes 29 de mayo de 2015, p. a10

Puebla.

El poblano ha pasado a la historia como héroe y villano, atosigado por el esquematismo propio de las leyendas, que ni la microhistoria ha podido desmitificar. Se dicen muchas cosas malas del poblano... es mucho peor, expresó en entrevista Pedro Ángel Palou, cronista de Puebla, nacido en Orizaba, Veracruz, criado desde muy chico en el primer estado y ahora hijo por decisión propia de esta tierra, donde el barroquismo aparece por doquier, en iglesias como la del Rosario, de churrigueresco rotundo, hasta en platillos de fama mundial, como el mole y el chile en nogada.

El pasado domingo concluyó el Festival 5 de Mayo, con la actuación de Fito Páez, quien se negó a dar una conferencia de prensa y movió una hora la cita de su concierto.

Sobre la idea que esquematiza a los poblanos, Palou, también novelista, expuso: “Aquí estoy, chambeando. Desgraciadamente, no ha habido un estudio a fondo sobre la tipología del poblano. Hay un buen intento de Jorge Eugenio Ortiz en el libro Mono, perico y poblano, pero no llegó a profundizar.

Coloquialmente se ha tratado de definir al poblano. Hace muchos años a alguien se le ocurrió poner a la entrada de Puebla, en una gasolinera, un letrero que decía: ‘Bienvenidos a Puebla. No somos como dicen. Somos peores’. Falta un trabajo más exhaustivo. Creo que el origen de todo esto, en mi opinión, radica en que Puebla nació como una ciudad española que de pronto se convirtió en una ciudad de mestizos.

“Aquí no hubo ángeles. La fundación de Puebla fue para solucionar el problema de los españoles vagabundos, quienes habían creado un problema social. Así se dio un mestizaje biológico y cultural. Hacia 1531, Puebla se dio o se hizo por los españoles como una forma de enfrentar lo que era Cholula, importante para los conquistadores y para Hernán Cortés, pues era la Jerusalén mesoamericana.

“Se creó Puebla con unas características a lo español, que era individualista. Puebla adquiere características muy especiales, como haber tenido el primer centro comercial industrial y haber sido el primer centro agrícola de la Nueva España. Todo se lo llevó el tiempo, porque se sobrepuso la minería. Todo eso originó muchos aspectos del poblano.

“En 1843, la marquesa Calderón de la Barca, esposa del embajador español, vino a México y dijo que según un proverbio todos los hombres tienen cinco sentidos, pero que los poblanos tienen siete, porque son gente muy reservada, consecuencia natural de su trato social, producto seguramente de un trauma que viene desde el momento de la fundación de la ciudad de Puebla, que tiene que ver con el relieve, porque esta tierra es alta, con aguas sulfurosas, con temporadas de lluvias muy fuertes, como las que actualmente suceden, pero que han sido las de siempre, lo cual produce, según los estudiosos, la sicología del poblano: lo físico se proyecta en la apatía, el encierro y la desconfianza.

“Independientemente de eso, Puebla tuvo grandes problemas en el periodo independiente. El obispo de Puebla era muy amigo de Iturbide, quien tenía un grupo contrario a él. Esta ciudad fue de sitios militares, de 1821, con la llegada de Iturbide a Puebla, a 1867. Fue una ciudad mártir, ya que perdió parte de su patrimonio arquitectónico. Influyeron los tres siglos de virreinato. La recuperación empezó en el siglo XIX. La Reforma ni se diga. La separación de la Iglesia del Estado influyó muchísimo.

“Comonfort, quien era poblano y fue presidente de la República, llevó a cabo las primeras leyes reformistas en Puebla, de donde se originó un enfrentamiento entre liberales y conservadores. El 9 de mayo, cuatro días después del triunfo sobre el mejor ejército del mundo, Ignacio Zaragoza no tenía dinero para pagar los emolumentos de los soldados, ni comida para los triunfadores, porque, lógicamente, el dinero y los comestibles estaban en manos de los conservadores.

“Todas estas realidades, de carácter histórico, físico, social y económico, terminaron reflejándose en la sicología del poblano, en su desconfianza y en el encierro, en una lucha de liberales y conservadores. Ese encierro ha venido cambiando y hoy Puebla es una ciudad cosmopolita. Se terminó el ostracismo del poblano hacia los mismos poblanos y hacia los no poblanos.

–¿El despectivo pipope (pinche poblano pendejo)...?

–Es del siglo XIX. Es del dicho de que a un poblano no lo toques ni con una mano, porque el poblano casi es diablo. Es una manera coloquial de referirse al poblano, pero no es profunda. Somos barrocos en lo plástico y en la comida, como el mole y los chiles en nogada. Somos barrocos por naturaleza y se refleja en la vida.

Para el maestro Palou es un orgullo ser poblano, digan lo que digan los demás, como canta Rapahel.