Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Director: Iván Restrepo
Editora: Laura Angulo
Número Especial mayo junio 2015 No 199

El crecimiento de los corales
y la amenaza del cambio climático

Juan P. Carricart-Ganivet
Unidad Académica de Sistemas Arrecifales en Puerto Morelos,
Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, UNAM

Correo electrónico: [email protected]

Nos sentimos asombrados cuando los viajeros nos hablan de las enormes dimensiones de las pirámides y de otras grandes ruinas, pero hasta las más grandiosas de ellas son insignificantes cuando se las compara con estas montañas de piedra acumuladas por varias especies de diminutos y débiles animales.
Charles Darwin
Viaje de un naturalista alrededor del mundo

Los arrecifes de coral se elevan como “oasis” desde el fondo hasta la superficie del agua en los desiertos mares tropicales. Son los ecosistemas con mayor productividad y diversidad biológica del planeta. Y eso que apenas ocupan 0.2 por ciento del área oceánica mundial. Sin embargo, cuantitativamente son muy importantes ya que albergan 30 por ciento de las especies marinas, mantienen alrededor de 10 por ciento de las pesquerías de todo el planeta y son la principal fuente de proteína en la dieta de más de 500 millones de personas.

Asimismo, la industria turística de muchos países está basada en la oferta de servicios ambientales asociados a los arrecifes de coral. Esto último no debe resultarnos ajeno pues en México, en el estado de Quintana Roo, existe una gran industria turística que se basa principalmente en la explotación de servicios ambientales arrecifales, responsable de un porcentaje muy alto de los ingresos nacionales de divisas. Las playas de arenas blancas y tonos de mar de azules multicolores no existirían si no fuera por la presencia de arrecifes de coral en la zona.

Los responsables de formar la estructura básica de los arrecifes modernos son los corales: organismos muy simples formados por dos capas de células, que tienen un esqueleto externo de carbonato de calcio en la forma cristalina de aragonita y que mantienen una simbiosis mutualista con algas microscópicas, conocidas como zooxantelas. Esta relación mutualista, además de conferirle características autótrofas al coral (es decir que pueden realizar fotosíntesis), le otorga varias ventajas fisiológicas.

La más importante de las ventajas es el acrecentamiento de la tasa de calcificación o la velocidad a la que deposita su esqueleto, siendo ésta más rápida que la erosión ambiental. En otras palabras, la habilidad que tienen los corales para usar la energía del sol y acrecentar su calcificación permite que los esqueletos coralinos sean los “ladrillos” en la construcción de la estructura del ecosistema. Es la clave de la existencia de todos los arrecifes de coral.

A nivel espacial se ha visto que la tasa de calcificación de los corales aumenta con el incremento de la temperatura del agua superficial. De tal forma que aquellos corales que habitan en aguas más cálidas tienen mayores tasas de calcificación. Por ejemplo, los corales que existen en los arrecifes del Sistema Arrecifal Veracruzano, donde la media anual de temperatura es de 26.2 °C, tienen tasas de calcificación más bajas que aquellos que se encuentran en el Caribe mexicano, donde la media anual de temperatura es de alrededor de los 28.1 °C.

Esto podría hacer pensar que, en el escenario del incremento de la temperatura del agua oceánica ligado al cambio climático global (causado por la acumulación e incremento de los llamados gases invernadero en la atmósfera), la tasa de calcificación de los corales podría verse favorecida, pero no es así.

Tanto los arrecifes de Veracruz como los del Caribe mexicano tienen su origen en hace aproximadamente 10 mil años y los corales han tenido todo ese tiempo para aclimatarse a las condiciones ambientales de cada sitio. Así, la sensitividad térmica de los corales hermatípicos ha sido señalada como su talón de Aquiles. En consecuencia, los arrecifes de coral se encuentran entre los primeros ecosistemas que exhiben los impactos del calentamiento global.
Desde los inicios de la década de los ochenta del siglo pasado y hasta la fecha, en todos los arrecifes del planeta se ha presentado el fenómeno de blanqueamiento de coral. Este fenómeno se ha relacionado con temperaturas del agua superficial anómalamente altas e, incluso, se ha detectado un aumento en su frecuencia, severidad y cobertura geográfica con el pasar de los años.

Así, el blanqueamiento es causado por un aumento inusual de la temperatura del agua. Biológicamente se define como la ruptura de la relación entre los corales y sus zooxantelas; se caracteriza porque, al perder los corales sus algas simbiontes, es posible ver el esqueleto blanco a través del tejido coralino, el cual es transparente.

Cuando se da el fenómeno de blanqueamiento, los corales dejan de reproducirse y de depositar su esqueleto de carbonato de calcio, por lo que dejan de crecer. En caso de que el estrés térmico se prolongue por mucho tiempo, el fenómeno puede causar la muerte de los corales. Por ejemplo, durante 1998 se sucedieron blanqueamientos de coral en prácticamente todos los arrecifes del planeta. En algunas de ellos, como los del Pacífico mexicano, murieron más del 90 por ciento de los corales. A nivel planetario se calcula que se perdió alrededor del 16 por ciento de la cobertura coralina.

Ahora bien, el estrés térmico no siempre conlleva al fenómeno de blanqueamiento. Pero, desgraciadamente, sí causa efectos subletales o crónicos en los corales, afectando básicamente sus tasas de calcificación. Se ha observado de manera experimental que cuando se exponen corales a gradientes ascendentes de temperatura y se les mide la tasa de calcificación, ésta va aumentando hasta llegar a una temperatura óptima, para después de este punto empezar a decrecer.

Por otro lado, en varios arrecifes del mundo se ha observado que, desde los años setenta del siglo pasado, la tasa de calcificación de varias especies de coral se ha reducido de manera ligada al aumento de la temperatura del agua superficial del mar.

Como se mencionó antes, la calcificación es uno de los procesos biológicos más importantes que ocurren en los arrecifes de coral, pues permite a los corales hermatípicos producir grandes cantidades de roca de carbonato de calcio, que contrarrestan la erosión física que sufre la estructura arrecifal. Si ésta se ve afectada en un momento determinado, también resultará afectada, y de manera fundamental, la función arrecifal, la capacidad de recuperación y la sobrevivencia del ecosistema arrecifal.

Si los corales dejan de crecer o mueren, la erosión ambiental puede destruir en pocos años la estructura geológica arrecifal, resultado de miles de años de crecimiento. El futuro de estos importantísimos ecosistemas no luce muy halagador. A menos que se establezcan medidas para reducir la emisión de gases invernadero a la atmósfera y para detener la deforestación de selvas y bosques, se corre el riesgo de perder para siempre a los arrecifes de coral y los importantísimos servicios ambientales que proporcionan a la humanidad.

Números anteriores

Correos electrónicos: