Directora General: Carmen Lira Saade
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Director: Iván Restrepo
Editora: Laura Angulo
Número Especial mayo junio 2015 No 199

Reclutamiento coralino en los arrecifes coralinos del Caribe y Golfo de México

Miguel Ángel Ruiz Zárate, Héctor A. Hernández Arana y Alejandro Vega Zepeda
El Colegio de la Frontera Sur, unidad Chetumal
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Isael Victoria Salazar
Posgrado en Ciencias Biológicas, UNAM
Correo electrónico: [email protected]
Horacio Pérez España y Sara Micaela Melo Merino
Instituto de Ciencias Marinas y Pesquerías, Universidad Veracruzana
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Figura 1. Peces en el arrecife de coral (Foto: Alejandro Vega Zepeda)

Reclutar indica incorporar, anexar y sumar. Es un término que también indica incrementar las tropas de cualquier fuerza militar o guerrera. No obstante, el o los reclutas cuando se anexan a las tropas existentes, no tienen las mismas cualidades que el resto pues no tienen la experiencia ni las mismas capacidades que los integrantes veteranos.

Los arrecifes coralinos no son una fuerza beligerante, aun cuando se encuentran bajo ataques constantes y se libran batallas violentas en ellos. Pero sí son uno de los ecosistemas marinos tropicales con mayor diversidad y que proporcionan recursos y bienestar a gran parte de las comunidades humanas.

Los integrantes primordiales de estos ecosistemas son los corales duros o pétreos, ya que son organismos que producen estructuras carbonatadas, unas sobre otras, constituyendo la mayor parte del entramado que da forma y tamaño a los arrecifes. Este entramado es un atrayente para otros organismos que viven permanente o temporalmente en los arrecifes de coral. Es el caso de peces, moluscos, crustáceos, que en buena parte son extraídos para consumo u otros usos humanos (Fig. 1).


Figura 2

La adición de nuevos integrantes a las poblaciones de corales se llama reclutamiento coralino. Y como mencionamos, los reclutas de coral no tienen las mismas capacidades que los corales que ya hacen parte de la estructura arrecifal. Esto se debe a que les hace falta un tamaño adecuado que les permita competir por espacio con otros organismos que habitan el fondo, como algas y esponjas; o para evitar ser eliminados y resistir daños parciales debido a lesiones por otros organismos (depredación y enfermedades) o por elementos físicos (abrasión) (Fig. 2).

Otra característica importante para el reclutamiento coralino es cómo arriban los nuevos reclutas al arrecife. Esto sucede por la llegada o producción misma del arrecife de huevecillos que se convierten en larvas llamadas plánulas y son arrastradas por las corrientes a nuevos sitios. Estas larvas se originan por la reproducción sexual de los corales adultos y pueden desarrollarse en su interior o en la columna de agua cuando los gametos son expulsados. Su desarrollo toma varios días y, cuando finaliza, las larvas pudieron haber sido transportadas a muchos kilómetros de distancia del arrecife originario.

De igual forma, pudieron quedarse muy cerca, dependiendo de las corrientes marinas. En este momento, las larvas comienzan a buscar un sitio adecuado para dejar su periodo de vida en la columna de agua (fase planctónica) e iniciar su vida como coral sésil (fase bentónica). Esta etapa se inicia cuando la las larvas se acercan al sustrato o fondo marino y localizan un sitio adecuado para fijarse pegándose al sustrato (asentamiento) y se transforman (metamorfosis) dando origen a un tipo de organismo llamado pólipo, parecido a una anémona diminuta, el cual produce carbonato de calcio para formar un exoesqueleto protector. A partir de aquí empieza el proceso llamado reclutamiento coralino.


Figura 3


Figura 4


Figura 5


Figura 6

Una larva da origen a un pólipo que, una vez que está bien desarrollado, se divide (reproducción asexual) y da origen a dos pólipos. Estos vuelven a dividirse y así sucesivamente dando origen a una colonia de pólipos que se mantienen interconectados y que va creciendo conforme los pólipos se van reproduciendo asexualmente y depositando más carbonato de calcio.

Existen diferentes formas de colonias y cada especie de coral tiene generalmente una forma muy particular, aunque existen excepciones a esta regla. Cuando las colonias de coral mueren, deben ser reemplazadas; en caso contrario, el arrecife dejará de desarrollarse y eventualmente desaparecerá. Es aquí donde el reclutamiento toma importancia en virtud de que este proceso permitirá la adición de nuevas colonias que reemplazarán a las que murieron (Fig. 3).

En los arrecifes del Caribe y Golfo de México, las especies de coral que contribuían sustancialmente a la conformación de los arrecifes presentes en esas áreas fueron durante mucho tiempo Acropora palmata (Fig. 4) y Orbicella annularis (Fig. 5); aunque en el Golfo de México otras especies, como Montastraea cavernosa y Colpophyllia natans también son muy importantes en ese sentido.

Sin embargo, en la actualidad las poblaciones de estas especies se han visto disminuidas en gran medida y otras están dominando las comunidades de corales en los arrecifes. ¿Por qué está pasando esto? En primer lugar, las causas de mortalidad como enfermedades, encallamientos, anclaje y contaminación se han incrementado como fruto del aumento de las actividades humanas.

Y por otro lado, el reclutamiento de especies como Acropora palmata y Orbicella annularis ha disminuido o no existe en las cantidades necesarias para evitar la mortalidad temprana y poder adicionar nuevas colonias que lleguen a la edad reproductiva. Además, el ambiente arrecifal se ha visto influenciado por los cambios climáticos de escala global. Tal es el caso del aumento de la temperatura media del mar, que crea un desbalance en el funcionamiento de los organismos arrecifales afectando sus procesos reproductivos y su supervivencia.

Cada especie tiene diferente capacidad de soportar estos cambios. Aparentemente, las que menos los resisten son las que se reproducen sexualmente apenas una vez al año, como Acropora palmata y Orbicella annularis. En cambio, las que se reproducen varias veces, como Porites astreoides y Agaricia, son las que mejor soportan esos cambios ambientales.

Para revertir esta circunstancia se están haciendo esfuerzos en varias partes del Caribe mediante cultivos en los arrecifes (Fig. 6) y en laboratorio. Acropora palmata es una de las especies a las que se le ha dedicado mayor esfuerzo. Con ella se han realizado trasplantes en campo y también obtención de reclutas en laboratorio. Una vez que se tienen las colonias desarrolladas se llevan al arrecife para “sembrarlas”. No obstante, los problemas técnicos a resolver son muchos y el capital necesario para ello puede ser igualmente elevado.

Asimismo, es necesario resolver varias preguntas ecológicas y evolutivas que están detrás de este gran cambio en los arrecifes coralinos del Caribe y Golfo de México. De esta manera será posible vislumbrar si los esfuerzos que se realizan hoy día son los correctos. O si es necesario dirigir nuestra atención hacia otras técnicas o enfoques científicos para abordar la actual crisis ambiental.

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