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Hay democracia pero nos falta bienestar, afirma el secretario general de la OCDE

América Latina, la región más desigual del mundo; crece repudio a privilegios
 
Periódico La Jornada
Sábado 6 de junio de 2015, p. 31

París.

América Latina no es la región más pobre del mundo pero sí la más desigual, problema lacerante en un continente donde crece el mal humor por la corrupción y la cultura del privilegio, subrayaron el viernes en París participantes en un foro económico sobre el subcontinente.

Hay democracia, pero nos falta bienestar, constató José Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos, en el Foro económico América Latina y Caribe, organizado cada año en París por la OCDE y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en la sede del Ministerio francés de Economía.

El organismo indicó que por primera vez en 10 años la economía de América Latina crecerá en 2015 menos que los países industrializados de la OCDE, en un contexto de caída de precios de materias primas y de lenta recuperación mundial. Las economías de América Latina pierden potencia, constató Gurría en el foro.

En el renglón de la desigualdad, el 10 por ciento más rico tiene ingresos decenas de veces más altos que el 10 por ciento más pobre, lo que es un problema lacerante en América Latina, aseguró Gurría. América Latina no es la más pobre, pero sí la más desigual de las regiones del planeta, ilustró el responsable del organismo.

Pese al buen desempeño económico del continente hasta 2013 –luego se ha producido una pérdida de potencia, según la OCDE–, la gente en América Latina está de mal humor; hay un malestar, dictaminó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Y no solamente por las desigualdades, sino por la corrupción, por la impunidad debido a la falta de instituciones y por la cultura del privilegio aún imperantes en la región, afirmó la directiva del organismo dependiente de Naciones Uniddas.

En América Latina habría fondos ilícitos, producto de evasión (ilegal) o elusión fiscal por un valor de 150 mil millones de dólares, suma casi similar a las inversiones extranjeras directas (158 mil millones) y muy superior a lo que los países perciben en remesas (63 mil millones). Por ello necesitamos nuevas reglas de juego en cuestiones tributarias, afirmó Bárcena.

A su vez, el presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, que clausuró el foro, afirmó sobre la corrupción que América Latina necesita sistemas transparentes que rindan cuentas. La corrupción se esconde en la ineficiencia, aseguró. También reconoció que las desigualdades constituyen uno de los grandes problemas en América Latina. Los sectores público y privado deben trabajar juntos en favor de una mejor cohesion social, y ésta debe acoplarse a un desarrollo sostenible.