Opinión
Ver día anteriorMartes 9 de junio de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciudad Perdida

Repudio al chuchismo

Debacle digna de reflexión

Morena, la sorpresa

L

a explicación no nos causará dolor de cabeza, más bien confirma lo que desde el primer mes de este año les anticipamos: la debacle del PRD, es decir, el voto de la náusea contra los chuchos.

No, de ninguna manera tratamos de minimizar la importancia que muestra, de igual manera, la presencia de Andrés Manuel López Obrador en la contienda, porque sin su concurso, el de Morena, la gente en la ciudad no hubiera tenido opción y el abstencionismo –arma con la que siempre contaron los amarillos– hubiera alcanzado proporciones más allá de lo creíble, y el entreguismo de los chuchos hubiera campeado sobre la ciudad.

Por eso decíamos que no se requiere de mucho seso para darnos cuenta de que en la capital de México el repudio a las acciones entreguistas de Nueva Izquierda se mostró con la derrota de los amarillos en el que consideraban su bastión. Desde el inicio de este año comentábamos con ustedes que el derrumbe del PRD parecía inminente. Por ahí del fin de la primera semana y el principio de la segunda del primer mes de año, todos los signos indicaban que el PRD perdería cuando menos la mitad de lo que había ganado.

Vamos a ver si ahora Carlos Navarrete y el chuchismo en su conjunto siguen diciendo aquello de que la gente lo que quiere es una izquierda menos de izquierda, es decir, vencida a la derecha y haciéndole el juego a Los Pinos. La lección ha sido dura y todos los proyectos que se habían planeado con un PRD triunfante tendrán que ser revisados, y la mayoría desechados. Ya no caben.

Lo que pasó el domingo pasado también habrá de servir a Miguel Ángel Mancera para que se dé cuenta de que si en su futuro estaba cargar con el peso del desprestigio de Nueva Izquierda, hoy ese acto de heroísmo ya no cabe; por el contrario, este es el momento de tirar por la borda toda esa carga que sus gobernados repudiaron el domingo pasado.

Como se quiera ver, para el jefe de Gobierno, en esta elección se evaluó abiertamente el trabajo de los gobiernos delegacionales y de los diputados locales, del partido que lo postuló al gobierno de la capital del país. El resultado está a la vista, no hay nada más qué decir, aunque sí hay mucho que reflexionar y hacer, porque el carrito en el que Mancera pensaba circular por avenidas con metas más largas está desvencijado.

El golpe de Morena ha sido contundente. En delegaciones clave, más que votar por un candidato, los ciudadanos decidieron quitarse de encima a los amarillos y acompañar a lo que se ha llamado la verdadera izquierda en sus preferencias electorales. En algunas delegaciones, como Cuauhtémoc, perdieron todas las diputaciones; en Gustavo A. Madero el esquema se repetía, con una sola excepción: el distrito uno, que por la tarde de ayer se seguía peleando.

Mientras en Iztapalapa se consumaba algo increíble, que para muchos no fue sorpresa. Los distritos electorales locales 21, 22 y 33 fueron ocupados por ex colaboradores del delegado con licencia Jesús Valencia, y como va, los hijos políticos del mismo personaje: Carlos Candelaria y Abril Trujillo, que compitieron con la bandera del Partido Encuentro Social, tendrán un lugar como plurinominales.

En fin, como ya habíamos comentado hace mucho, este PRD no es más que un cascarón al que muy poco le queda por dentro, el chuchismo lo pudrió.

De pasadita

Ahora sí, dicen en el Gobierno del Distrito Federal, ahora sí se va Óscar Kaufmann, quien en los meses recientes trató de llevar la dirección de comunicación social del gobierno de Miguel Ángel Mancera, sin mucho éxito, por cierto, y más bien con muchos tropiezos que afectaron, desde luego, a su jefe. Ya no hay futuro para Kaufmann en el Zócalo. Ni modo, ya habrá de aprender.