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A partir de hoy exhibirá películas que enfrentaron la desaprobación y el señalamiento

Presenta la Cineteca Nacional el provocador ciclo Sexo, erotismo y censura en el cine sueco
 
Periódico La Jornada
Miércoles 10 de junio de 2015, p. 8

Mostrar la naturalidad del cuerpo humano no es algo que se acostumbre ver de la mano de la moral. En el cine sueco de los años 50, los desnudos femeninos protagonizados por jóvenes actrices como Ulla Jacobsson y Harriet Andersson, sacudieron las conciencias conservadoras. Así, desarrollándose a contra- corriente de lo socialmente aceptado, directores como Arne Mattson y Mai Zetterling trascendieron por plasmar el erotismo en la pantalla grande.

A partir de hoy la Cineteca Nacional, en colaboración con la embajada de Suecia en México, presenta el ciclo Sexo, erotismo y censura en el cine sueco 1950-1970.

Integrada por 12 títulos, esta selección busca ofrecer un panorama por propuestas atrevidas de distintos directores, las cuales en su momento enfrentaron la desaprobación y el señalamiento.

La programación incluye la presencia Jan Holmberg, presidente de la Fundación Ingmar Bergman, quien impartirá la conferencia Sexo, erotismo y censura en el cine sueco 1950-1970, este 10 de junio a las 19:30 horas en la sala 7 Alejandro Galindo.

La muestra se inicia con Un solo verano de felicidad (Sommardansen, 1951), dirigida por Arne Mattson y protagonizada por Ulla Jacobsson. Luego de presentarse en Cannes, la película impactó mundialmente por su contenido erótico. Describe el romance entre Göran y Kerstin en un ambiente represor.

Impacto y censura

Once años después de Un solo verano de felicidad, el cineasta originario de Uppsala realizó El maniquí (Vaxdockan, 1962), en la cual diseñó un estudio basado en la sique humana y su relación con la ilusión y el fetiche. Esto a partir de la historia de un vigilante de seguridad que roba un maniquí.

La conocida Un verano con Mónica (Sommaren med Monika, 1953) del maestro Ingmar Bergman es un retrato de la felicidad, fundada en la armonía (tanto social como erótica y sexual) de una adolescencia desilusionada ante un destino incierto. Harriet Andersson, quien interpreta a Monika, es la encargada de dotar a la película de un alto contenido erótico para la época.

De Bergman también se incluye El silencio (Tystnaden, 1963), filme estrenado con escenas censuradas en su propio país.

En 1962 la publicación del libro 491, de Lars Görling, causó un escándalo en Suecia por su ataque a instituciones de gobierno y la policía, así como por sus descripciones de prácticas homosexuales y sexo con animales. Dos años después, el director Vilgot Sjöman adaptó esta controversial obra, definiéndola como un estudio nihilista de la delincuencia juvenil. La cinta posicionó a su director como uno de los más prominentes cineastas de su época.

Foto
Fotograma de la cinta Un solo verano de felicidad, de Arne Mattson. El ciclo también incluye filmes del maestro Ingmar Bergman

Del mismo año que la película anterior, figura Parejas amantes (Älskander par), nominada a la Palma de Oro en el Festival de Cannes 1965. Se trata de la ópera prima de la actriz Mai Zetterling, en la cual yuxtapone la conquista de la emancipación femenina con el dolor y sufrimiento.

Juegos nocturnos (Nattlek, 1966) es el segundo largometraje de Mai Zetterling. La historia presenta a Jan (Keve Hjelm), quien para averiguar el motivo de su impotencia visita el castillo donde pasó su niñez. A su mente vendrán imágenes de un pasado en el que el incesto y las orgías estaban a la orden del día. Diversas escenas desafiaron la censura de la época. La cinta estuvo nominada en 1966 al León de Oro de Venecia.

Inquietudes feministas

Posteriormente, Mai Zetterling dirige Las chicas (Flickorna, 1968). La carga sensual del filme definió las inquietudes feministas de la directora durante la liberación de la mujer en Suecia.

Por otra parte, Adorado John (Käre John, 1964) fue el éxito cinematográfico más rotundo de Suecia en el extranjero hasta 1967. La película es la cuarta en la carrera de Lars-Magnus Lindgren, quien en esta ocasión se apoyó en la novela homónima de Olle Länsberg, obra casi pornográfica de la cual el realizador parte para mostrar algunas fases de la relación amorosa con autenticidad directa y sin eufemismos.

En 1966, Vilgot Sjöman realizó El fuego (Syskonbädd) sobre la obra Lástima que sea una puta, de John Ford, pieza isabelina que colocaba el tabú del incesto en un contexto de decadencia moral.

Cierra este ciclo Sjöman con su famosa y controversial película dividida en dos entregas: Soy curiosa: amarillo y Soy curiosa: azul.

Con estas películas el público se acercará a la filmografía de un país que halló en el cine la oportunidad de mostrar sus inquietudes relacionadas con la sexualidad, y a partir de ahí resaltar diversos aspectos sociales y políticos que aquejaban a la población sueca en la segunda mitad del siglo XX.