Estados
Ver día anteriorMartes 16 de junio de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Los caudales sólo se desvían para evitar que lleguen a Villahermosa, acusa organización

Señalan fracaso de proyecto para proteger a Tabasco de inundaciones

El PHIT sigue inconcluso; se anunció que estaría terminado en 2012, con una inversión de $9 mil millones

Productores han resultado afectados por obras y anegamiento constante de tierras

Foto
Vista de la compuerta El Macayo, construida sobre el río Carrizal, en Tabasco, para proteger Villahermosa y evitar inundaciones como las de 2007Foto René Alberto López
Foto
Construcción de bardas alrededor de la colonia Casa Blanca, en el centro de la capital del estadoFoto René Alberto López
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 16 de junio de 2015, p. 24

Villahermosa, Tab.

El temor ante la posible crecida de los ríos en el estado persiste entre los habitantes de las zonas ribereñas, pese a que en 2008 las autoridades prometieron proteger a la población con el Plan Hídrico Integral de Tabasco (PHIT), anunciado tras la histórica imundación que devastó la entidad en 2007, con una inversión inicial de 9 mil millones de pesos.

Aunque la posibilidad de que ocurra un desastre similar disminuyó con algunas obras del PHIT para desviar corrientes pluviales, como las ventanas de alivio en el río Grijalva y la compuerta El Macayo, en la cruce de los ríos Carrizal y Samaria, en las zonas bajas persisten los riesgos, principalmente en comunidades rurales de los municipios de Cunduacán, Jalpa de Méndez, Nacajuca y Centro, cuya cabecera es Villahermosa.

Habitantes de la zona rural de Aztlanes, municipio de Centro, y de la región chontal de Nacajuca, dijeron estar temerosos, pues los ríos referidos, que antes desembocaban en el Grijalva y el Carrizal, ahora se desplazan a sus comunidades por la construcción de los canales y la compuerta.

La zozobra es mayor cuando llueve, porque las ventanas de alivio que hizo la Conagua (Comisión Nacional del Agua) como parte del plan hídrico llevan las aguas del río Grijalva a los poblados de esta región, afirmó Javier Torres Sánchez, coordinador del Movimiento Ecologista de Tabasco (Metab).

Esta organización asesora a ciudadanos de 21 comunidades de la zona de Aztlanes que han confrontado a la Conagua y los gobiernos estatal y municipal. Desde 2010, tras el quebranto de la actividad agropecuaria y la devaluación de nuestras tierras, presentamos demandas por la vía civil, indicó.

Las inundaciones en 2010 y años siguientes, añadió, fueron causadas por las obras del PHIT y afectaron a comunidades que se ubican en la margen derecha del río Grijalva, entre ellas Tintillo, José López Portillo, Aztlán 1, 2 y 3, La Piedad, Majagual y otras, todas en el municipio de Centro.

Hicieron las ventanas de alivio para evitar que la capital del estado se inundara, pero en temporada de lluvias todavía se anegan colonias en Villahermosa. Es decir, la obra no ha servido de nada y quienes han llevado a sus espaldas el costo de estas decisiones son las comunidades referidas, porque sus tierras de cultivo permanentemente están inundadas, explicó.

El mismo problema presentan poblados de Cunduacán, Jalpa de Méndez y la zona chontal de Nacajuca, entre ellos Tierra Adentro, Reforma, así como la región conocida como los Oxiacaques.

Lluvias 300% mayores al promedio nacional

Los vecinos aseguran que en cada temporada de lluvias las hidroeléctricas del alto Grijalva turbinan hasta más de mil 200 metros cúbicos de agua por segundo, y el río Carrizal es desviado a través de la compuerta El Macayo hacia afluentes del Samaria que bordean poblados de los tres municipios e inundan zonas bajas.

La propia Conagua ha informado que por el cauce del Carrizal –que atraviesa el norte de Villahermosa– se desplaza 30 por ciento del agua, mientras el 70 por ciento restante es enviado al río Samaria para salvar de inundaciones a Villahermosa.

Según la Conagua, las lluvias en Tabasco son tres veces mayores a la media nacional y el estado cuenta con 35 por ciento del agua dulce del país.

La inundación de 2007 fue considerada la peor catástrofe en 50 años, pues 70 por ciento del territorio estatal quedó cubierto de agua, y la capital del estado sufrió los mayores daños.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe calculó las pérdidas en 31 mil 870 millones de pesos, 29.3 por ciento del producto interno bruto de Tabasco, cuyos ingresos se basan en las actividades petrolera, agrícola y ganadera.

Tras las inundaciones el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa anunció el PHIT y calculó que estaría terminado en 2012: sin embargo, tres años después no ha sido concluida y persisten los riesgos de inundaciones.

Según el Metab, las obras se han aplazado porque las planearon con ocurrencias, fórmulas mágicas y (el proyecto) se ha modificado. Esto ha ocasionado que la inversión, originalmente estimada en 9 mil millones de pesos, se haya ido acrecentado y las obras se hagan como se van presentando las condiciones climáticas. Estamos en 2015 y se ha hecho evidente que el proyecto no es efectivo.

A partir de 2010, habitantes de las comunidades chontales de Centro y Nacacuja afectadas por las obras del PHIT se han manifestado en varias ocasiones ante la Conagua para exigir que se reparen los daños que la obras han causado en sus tierras, principalmente inundaciones en parcelas agrícolas y tierras de pastoreo.

Los inconformes, quienes demandan también proyectos productivos en la región, han sido atendidos por funcionarios estatales y federales, sin resultado.

En Tabasco hay ocho grandes ríos: el más caudaloso es el Usumacinta, que atraviesa la Zona de los Ríos, formada por los municipios de Jonuta, Tenosique, Balancán, Emiliano Zapata y Centla; el Grijalva y Carrizal, que bordean la capital del estado, y Samaria, Teapa, Sierra, Puyacatenco y Mezcalapa.