Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Cultural de La Jornada
Domingo 21 de junio de 2015 Num: 1059

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Pedro Páramo
y sus astros

Adriana Cortés Koloffon
entrevista con Víctor Jiménez

La venganza del idioma
Ricardo Bada

Ramas de luz Ocho
poetas argentinos

Las etéreas fronteras
de la identidad

Fabrizio Andreella

Jorge Herralde
cumple ochenta años

José María Espinasa

Una palabra
Aristóteles Nikolaídis

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Columnas:
Bitácora bifronte
Jair Cortés
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
Al Vuelo
Rogelio Guedea
La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Cabezalcubo
Jorge Moch
La Casa Sosegada
Javier Sicilia
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
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La Jornada Semanal

 
En estos tiempos en que nos toca vivir un sistema tan rápido que lentamente denigra la historia cultural y artística hacia su disolución, dando lugar a un único camino posible, el camino de lo lindo, de lo espontáneo, en resumidas cuentas: el camino del fast-food; en estos tiempos en donde incluso el sistema maestro ha encontrado una forma –espeluznante– de inmiscuirse en las creaciones humanas de buena fe, destacando “carteles” por “poemas” igualando “lo nuevo” a “lo bueno”, como editor, me veo en la tarea de nadar contra esa corriente perdida, me veo en la necesidad de nadar con el sol de la tarde a la espalda; por eso sujeto las ramas que brillan y que ondean en el agua a punto de ser devoradas por la corriente. Es mi eterna intención dar posibilidad; que esas ramas resistan conmigo para que dejemos definitivamente la corriente y echemos a nadar libremente. Estos ocho poetas de la región mesopotámica-rioplatense que he seleccionado con cierta severidad, responden a ellos mismos en la construcción del poema. Son auténticos oficiantes del poema, genuinos en el sentido de que expresan tras un elevado oficio de poeta. Álvaro Ojeda señala que la poesía consiste en saber robar adecuadamente a los grandes, con ello no está señalando únicamente el plagio, sino una insistente reutilización y la aplicación creativa de cada uno en la reconstrucción de esos retazos. Siento que estos ocho poetas respetan esa noción y al hacerlo también se respetan a ellos mismos.

Felipe Herrero

Postal gallega
Agustín Caldaroni
(Buenos Aires, 1985)

Te perdí para no perderte
rumbo al corazón de Santiago de Compostela:
un serpentario de piedra abierto en laberintos
   místicos
que olían a langosta hervida, a caldos de ostras,
   a culo de bestia marina;
callejuelas que pedorreaban con voz de gaitas
   espectrales,
y los martes de madrugada cruzaban las soledades
   de monjes putañeros y
   de yonquis.
Soledad gallega: de piedra y herrumbre, de
   vino, cristiana, es tu atavío.
Te espié mi amor, con tu pollera de vergel y tu
   andar caribe frente a la
   catedral.
En los bares de aldea soñé tu manito de nene
   cebando
un glorioso mate coronado de espuma esmeralda
y los borrachos derredor se ríen felices como
   cerdos,
anaranjados de cerveza cantan “Home solitario”.
Te envolví en papel plateado,
mezclé tu piel de moreno hachís con tabaco,
fumé tus pesadillas de violentas noches de
   fandango,
fumé tu mirada entre vulgar y santa que una
   cama lejana se entrega a otro.
Las fondas turcas te sirvieron para mí
en pan de trigo, queso fundido, jazmines y
   colibríes acuchillados.
Una noche sin sueño te vi nadando desnuda
en la fuente de la Alameda:
el cabello revuelto, la piel se helaba azul,
   llorabas pececitos de piedra.
El amor se me perdía entre tus sombras y la
   música que oía
ya no era celta sino un tango mortecino.
Hora de volver a casa.

Es poeta y narrador. Fundador de la revista cultural Taenia Emplumada de la ciudad de Buenos Aires. Tiene un poemario inédito de próxima aparición.

XVI
Enrique Campos
(Buenos Aires, 1982)

Desorientado en calles conocidas, huele su
   pasado contra el suelo como si caminara
   delante de él. Agitado por miedos que creyó
   haber desterrado, hunde el hocico en los
   trazos húmedos de un asfalto anónimo.
Caras llenas de un dolor que se le anticipa;
   rostros demacrados por la incertidumbre y
   la ignorancia que acumularon por años.
Sin ser descubiertas, cien lágrimas metálicas
   ruedan sobre la arena para mostrar todas las
   estrellas que las componen.
Un grito de auxilio. La luz de un brote mágico
   intenta en vano detenerlo en el tiempo. Se
   frena en los ojos profundos de una niña que
   busca un sapo entre las raíces de un gomero.
   La aventura termina en la memoria.

Es poeta y cantautor. En poesía publicó los libros
Las edades de un monstruo (2009), Uno y todos los
posibles
(2011) y El momento en su boca (2012).

MVDEO
Horacio Cavallo
(Montevideo, 1977)

Montevideo es esa puta triste
a la que vuelvo siempre. Sometido
a oscuros cafetines donde insiste
en darme lo ganado por perdido.

Un cielo de fregón descolorido
nubla los ojos del que la desviste,
y andando sin andar, el recorrido
se vuelve circular. Cuando le asiste

la mañana de enero lo olvidamos.
Paseamos la pobreza en manga corta
rodeados de jazmines y glicinias.

Y en marzo, una vez más, por las esquinas,
el sueño tropical se nos acorta,
volviendo al viejo carro que arrastramos.

Es poeta y narrador. En poesía publicó los libros El revés
asombrado de la ocarina
(Premio Anual de Literatura del MEC,
2006), Descendencia (2012), La mañana olvidada (2014) y
en colaboración con Francisco Tomsich Sonetos
a dos
(Premio Fondos Concursables, 2008).

Rasgo
Marina Coronel
(Resistencia, Chaco, 1982)

El cuerpo que soy
me trae esa premura,
               calor que ocupa los baldíos
               en la porosidad de la siesta.

Tengo
el peso
de una semilla
roja.

Tierra donde caben los ruidos
y las cosas
hechas para el agua.

Es poeta y tallerista. Participó en varias antologías
de su país. Publicó los poemarios Bocas que no
saben
(2009) y Cartografía (2015).

Hélices
Carolina Giollo
(Buenos Aires, 1982)

mañanas de puro sol
y un azul rugido.
los árboles son uñas verdes,
la esperanza silenciosa
de un ciclo que no sabe detenerse,
como el viento,
susurrante,
–y todavía frío
todavía frío–,
que sacude las almas
de los primeros llegados,
de los intrusos y de los advenedizos.
las alas caen,
secas,
en el lecho de la calle empedrada
–todavía hace frío–.
quiero retener la memoria,
la sensación en mi alma
que gusta de las cuevas nocturnas
casi como un disparo,
como un cristal perpetuo
o un rubí.

Es poeta y profesora de educación
secundaria. Desde 2013 organiza, junto
a la poeta Gabriela Larralde, el ciclo de
poesía itinerante Rumiar BuenosAires.
Publicó el poemario La resistencia de la luna (2015).

Tatuar
Natalia Litvinova
(Gomel, Bielorrusia, 1986)

Escribir es ir hacia la herida para curarla
   con veneno.
Los dioses lamen poemas y escupen
   oraciones.
Cuando no escribí encontré mi reflejo en el
   ojo ciego
de un caballo. Mi madre no ve las frases que
   tatué
en su vientre.

Es poeta y traductora de poetas rusos. Reside desde los
diez años de edad en Buenos Aires. Publicó, entre otros,
Esteparia (2010), Balbuceo de la noche/Balbutiement de
la nuit
(2012), Grieta (2012), Todo ajeno (2013) y Rocío
animal
(2013). Varios de sus libros han sido reeditados
en diferentes países.

Reclamo
Juliana Mandolesi
(Carcarañá, Santa Fe, 1990)

A Adolfo Mandolesi

Antigua memoria nos pone al frente, abuelo,
Quizás nos acerca la brutalidad azul del mar que
   flagela las piedras.
O el cimiento oscuro
de un pensamiento abarrotado en mi inútil
   mantenerte vivo.

No hay tregua ni sorpresa
para estos ojos míos que no vieron los tuyos
   cerrarse
más profundamente que en una tarde
en que te permitías la inocente siesta.

Yo no quiero ver tu imagen convertida en
   duro mármol.
No tengo valor ni entereza
ni sonrisa para darte,
lágrima
o humanidad para hacerte saber que no te
   permito morir.

Tu voz viva
aún crea el grueso eco en los pasillos de mi
   infancia.
Me quedás, nono, así, en estas manos que un
   día te metiste a la boca
en este océano
que trae consigo tu antiguo nombre en
   pedazos
Y en una piedra, íntima-oscura, que vela por
   esta nietita amnésica, tuya,
que apenas si recuerda, en algún día distinto,
que te fuiste,
que ya no estás
más con ella.

Es poeta y narradora. Fue semifinalista del Concurso Internacional
Dulce Primavera del Centro de Estudios Poéticos de Madrid.
Publicó el poemario Maleza (2013).

Poesía
Eliana Naser
(Montevideo, 1983)

Es tinta que cae de los ojos
a una hoja que piensa.
Un agua que empapa en el vacío.
Lo que hace ser al mundo una palabra por decir.

Publicó los poemarios Palabra por decir (1999)
y Trapecios (2001).