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La semana pasada sufrió el allanamiento de sus instalaciones y robo de equipo

Pese al acoso, el Cencos cumple 51 años de trabajo en defensa los derechos humanos
 
Periódico La Jornada
Lunes 29 de junio de 2015, p. 6

Organización pionera en la defensa los derechos humanos y de apoyo a los movimientos populares en el país, el Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos) ha enfrentado el acoso, la represión y la censura desde las esferas del poder público, con allanamientos, robo y vigilancia de sus instalaciones a lo largo de sus 51 años de existencia, recién cumplidos el pasado martes.

Durante este tiempo, cientos, quizás miles de campesinos, indígenas, estudiantes, trabajadores, luchadores sociales y un sinfín de organizaciones de la sociedad civil han transitado por los pasillos de la casa ubicada en Medellín número 33, en la colonia Roma de la ciudad de México, para desde ahí denunciar los abusos del poder y las violaciones a los derechos humanos, aun antes de que este término entrara en uso. Pero también para recibir, con frecuencia, un alojamiento temporal. Ha sido refugio para perseguidos.

Surgido en 1964, de la mano del matrimonio de José Álvarez Icaza Manero y Luz María Longoria Gama –quienes formaron parte del Movimiento Familiar Cristiano y que, como pareja acudieron al Concilio Vaticano II en su calidad de consejeros laicos–, el Cencos estuvo ligado en un principio a la Iglesia católica, relación que apenas duró unos años, pues en 1968 se dio la ruptura. La causa: el silencio guardado por la jerarquía eclesiástica ante la represión sufrida por los estudiantes el 2 de octubre de ese mismo año.

Así, el objetivo inicial de difundir la información eclesiástica en los medios de comunicación, con el tiempo se convirtió en una alternativa a los nulos espacios que tenían las organizaciones de la sociedad civil para hacer públicas sus denuncias.

Desde el Cencos se trabajaba también con organizaciones eclesiales de base en la construcción de una doctrina de la Iglesia cercana al pueblo, dando ahí también una lucha prolongada. José Alvarez Icaza, y su hijo Emilio –quien ahora es secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos– montaron en 1992, en Santo Domingo, República Dominicana, el foro alternativo a la cuarta Conferencia General del Episcopado Latinoamerican, para hacer un contrapeso a los posicionamientos conservadores de la Iglesia católica en la región.

Para Omar Rábago Vital, actual director ejecutivo del Cencos, este espacio es de todas y todos. De todas las personas que han dejado tiempo, esfuerzo, recursos y mensajes de aliento, pero también de aquellas que no encuentran otra forma o espacios de presentar sus denuncias. Que se enfrentan y luchan todos los días contra autoridades y grupos poderosos, pero que no se amedrentan, que siguen adelante.

Los registros del Cencos dan cuenta de varios allanamientos en estos 51 años de existencia. De los más graves, dos durante el gobierno del presidente Luis Echeverría, cuando sus instalaciones fueron ocupadas por la policía secreta y sus archivos confiscados.

Del más reciente allanamiento, en el que hubo hurto de equipo, ocurrido la noche del pasado 22 de este mes, Rábago no descarta que esa acción sea consecuencia del trabajo ininterrumpido en favor de los derechos humanos y de las luchas sociales y populares.